El hermano Chun (seudónimo) nació en Corea del Norte, un país donde todo está estrictamente controlado. Desde las narrativas compartidas en los canales de comunicación regulados hasta las oportunidades educativas y laborales, nada escapa a la vigilancia estatal. Incluso la práctica de la religión está completamente restringida.
Según Open Doors, Corea del Norte es el país donde los cristianos enfrentan la persecución más extrema del mundo. Los creyentes descubiertos por las autoridades son condenados a cadena perpetua y obligados a trabajar en duros campos de trabajo, o incluso son ejecutados en el acto. Sus familiares también pueden ser arrestados y enfrentar el mismo destino.
A pesar de esta opresión, se estima que en Corea del Norte hay alrededor de 400,000 cristianos, lo que representa el 1.5% de su población de 26 millones. Estos creyentes viven su fe en secreto, asumiendo grandes riesgos. Los niños en familias cristianas solo conocen la fe cuando son lo suficientemente mayores para entender la importancia de mantenerla en secreto. En el caso de Chun, su madre le habló de la Biblia solo cuando tuvo la edad suficiente para comprender el peso de esa información.
Desde joven, Chun soñaba con escapar. Conociendo que su padre era originario de Corea del Sur, anhelaba regresar a la ciudad natal de su familia. Tras varios años de espera, Chun intentó cruzar hacia Corea del Sur, pero fue detenido en un país vecino. Por la gracia de Dios, no fue repatriado. En su lugar, fue liberado bajo condición y transferido a un campo de refugiados de la ONU, donde comenzó el largo proceso de solicitud para reasentarse en Corea del Sur.
El papel de TWR en compartir esperanza y fe
En medio de este contexto de persecución, TWR se dedica a llevar esperanza a aquellos que rara vez tienen acceso al evangelio. En colaboración con organizaciones no gubernamentales, TWR brinda seguimiento remoto a los refugiados norcoreanos, quienes a menudo sufren soledad y aislamiento. Creemos que sus corazones están abiertos a escuchar el mensaje de salvación.
Las iniciativas incluyen:
- Llamadas semanales de 60 minutos para escuchar sus luchas, orar por ellos y compartir versículos bíblicos.
- Mensajes constantes a través de WhatsApp para mantener el contacto.
- Programas de audio bíblicos en coreano.
- Sesiones de estudio bíblico y adoración en línea los domingos.
Durante su estancia en el campo de refugiados, Chun asistió a uno de estos servicios organizados por TWR Korea, recibiendo apoyo continuo hasta su llegada a Corea del Sur. Aunque la transición fue desafiante, Chun logró adaptarse gracias a su fe y al respaldo de TWR. Hoy, sirve en una iglesia para refugiados norcoreanos, cuidando de la congregación con un corazón lleno de gratitud.
Transmisiones radiales: un puente hacia los cristianos clandestinos
TWR emite 16 programas semanales en radio de onda corta, una herramienta vital para los cristianos clandestinos en Corea del Norte. Estas transmisiones son seguras, no rastreables y no pueden ser censuradas. Los programas incluyen:
- Estudios bíblicos que alimentan espiritualmente a los creyentes.
- Servicios religiosos completos transmitidos por radio.
- Programas evangelísticos que comparten el evangelio con ateos y agnósticos.
A pesar de las estrictas medidas de seguridad, ocasionalmente se reciben mensajes de oyentes norcoreanos que reflejan cómo estas transmisiones transforman sus vidas:
“No tengo palabras para expresar nuestra gratitud después de recibir este apoyo precioso, cálido y amoroso de parte de ustedes. Oramos para que la fe, la esperanza y el amor estén con todos los hermanos y hermanas del mundo”.
“Nos llenamos de alegría y os sentimos cerca cada vez que recibimos estos valiosos apoyos y cuando escuchamos vuestra voz en la radio”.