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Una artista que se rindió ante Jesús

Nunca imaginé la vida que tengo ahora. Nací en Canadá, un país hermoso con tantos beneficios. Tengo una familia amorosa que me cuidó, me enseñó, me educó, me dio todo lo que necesitaba y más. Sin embargo, crecí en un hogar no cristiano, como la mayor de tres hermanos. Siempre que miro atrás y considero mi vida, me impacta tanto cómo Dios me buscó y eligió desde tan chica.

Conocí a Cristo cuando tenía ocho años, en un campamento de verano. Me acuerdo de que un chico nos hablaba al lado de la fogata en el medio del bosque de cómo Jesús podría entrar y vivir dentro de nuestros corazones… simplemente teníamos que orar y pedirle que Él entre y así lo íbamos a tener como un mejor amigo para toda la vida. A la noche, cuando me acosté sola en mi cama, le dije a Jesús que yo quería que Él estuviera conmigo en mi corazón. Fue así como arrancó mi vida de fe.

Cuando tenía once años, una amiga me invitó a su grupo de jóvenes. Decidí acompañarla y fue una de las mejores decisiones de mi vida. Me encantó la iglesia y el grupo. Cuando llegué, el pastor de jóvenes se acercó para saludarnos. Estaba vestido con un buzo grande y una gorra y cuando vio que yo era nueva me recibió con un gran abrazo diciéndome “¡bienvenida a la familia!” No lo olvido más.

Es misionera de JUCUM en Rosario, Argentina

Empecé a asistir todos los jueves al grupo de jóvenes. Las charlas, las enseñanzas y los tiempos de alabanza siempre me dejaban buscando más.

Corin Manders, misionera JUCUM Rosario

A los doce años hice mi primer viaje misionero a una isla, a seis horas de mi casa, y Dios me dejó revolucionada.

Después de un año yendo al grupo de jóvenes empecé a sentir una inquietud para decirles a mis papás que yo había decidido seguir a Jesús. Esto me generaba mucho miedo ya que mi papa venía de trasfondo católico y toda su familia dejó la iglesia hace muchos años atrás. 

Su postura siempre fue muy clara: no creía en Dios y pensaba que la Iglesia era un sistema que te lavaba el cerebro. Así que imagínense los nervios que sentía el día que se me acercó con la pregunta: “Corin, vos vas al grupo de jóvenes porque la pasas bien e hiciste amigos… o vas porque realmente crees en Jesús?” Y así fue como a los trece años enfrenté a mi papá y le dije que yo había decidido seguir a Jesús.

«Estoy segura de que mis papás pensaban que era una etapa por la cual iba a pasar con el tiempo. Pero los años pasaron y me enamoré aún más de Jesús…»

Corin Manders, misionera JUCUM Rosario

Después de un tiempo vi que yo tenía algo tan precioso que no todos mis amigos de cuna cristiana tenían; mi fe era mía y mis experiencias con Dios eran propias. Y así fue como fui conociendo a Dios: a través de diferentes experiencias con mi iglesia, encuentros personales con Jesús, viajes misioneros, y un lindo grupo de amigos que buscaban mucho a Dios. Pero ahora la pregunta es: ¿Cómo llegué a Argentina?

Cuando tenía 19 años estaba estudiando en la facultad, trabajaba en Starbucks, era líder de una célula de jóvenes, era profesora de danza y tomaba varias clases de danza también. Mi vida ya tenía un rumbo, pero un día, leyendo un libro, Dios me habló. 

Me acuerdo de la conversación que tuve con Él. Le dije que no quería perder la pasión y el fervor que vivía en mi adolescencia… que quería una vida de aventura y desafío con Él. Se ve que me escuchó, porque unos meses después me encontré en el otro punto del mundo haciendo mi Escuela de Discipulado y Entrenamiento (EDE) en Juventud con una Misión. 

Llegué a Argentina a los 20 años. Lo que iba a ser una escuela de solamente cinco meses se convirtió en un llamado a largo plazo a las misiones. Primero hice mi EDE y luego el Señor me habló de quedarme a hacer la escuela de arte AME (Artistas en su Máxima Expresión).

Esta bailarina nacida en Canadá escuchó el llamado de Dios

Siendo bailarina toda mi vida, estaba más que entusiasmada por dedicar seis meses de mi vida a la danza en un lugar cristiano. Esta escuela me impactó tanto y Dios me dio un llamado específico para alcanzar la esfera del arte y los artistas no cristianos.

Todavía me acuerdo la noche que Dios me habló de quedarme a largo plazo en Argentina. Recién venía de hablar con mi discipuladora. Mi mente iba a mil. Me acuerdo de la ansiedad, el temor, la duda, la lucha interior entre mi voluntad y la de Dios. 

En el fondo de mi corazón sabía que quería a Dios para mi vida, pero mi temor al futuro y mi propia voluntad eran muy fuertes.

Corin Manders, misionera JUCUM Rosario

La noche era hermosa, yo estaba sentada sola en un quincho y poca gente andaba por el predio. Saqué mi cuaderno, biblia y lapicera y tuve una charla importante con el Señor. Era mi voluntad o la de Él… 

Con el pecho apretado y un nudo en la garganta, decidí rendirme. Decidí dejar de luchar con Dios y abrazar sus planes para mi vida… planes que eran mucho más grandes que mi propia vida. Decidí dejar mi familia, mis comodidades, mi trabajo, mi carrera, mi seguridad económica, mi cultura, y hasta mi idioma… por algo mayor que todas estas cosas: conocer más a Jesús

Hasta este punto, en mi vida había escuchado de Jesús, había decidido seguirlo, andar en sus caminos, aprender de Él, conocerlo, amarlo… pero en este momento de tanta renuncia, experimenté lo que dicen las escrituras: conocí el significado de dejarlo todo y tomar mi cruz y seguirlo. El día de hoy llevo siete años sirviendo al Señor a tiempo completo. Tengo tantos testimonios, tantas experiencias con Dios, tanto vivido… Conozco a un Dios fiel, un Dios proveedor, un Dios Padre, Dios misericordioso, Dios de compasión, Dios de las naciones, Dios de amor, de paz, de justiciaconozco un Dios real que se revela a mi vida todos los días. No me arrepiento de mi decisión de obedecerle, fue unas de las mejores decisiones de mi vida.

Corin Manders, 27 años. Nacida en Canadá.
Misionera en Jucum Rosario Argentina hace 7 años.
Trabaja en el ministerio de arte y danza en la compañía AME.

JUCUM
JUCUMhttp://jucumitu.com.ar
Juventud Con Una Misión es una comunidad misionera de cristianos provenientes de diferentes trasfondos, culturas y tradiciones cristianas, dedicados a servir a Jesús alrededor del mundo. Servimos principalmente de tres maneras: a través del entrenamiento, la proclamación del Evangelio y al preocuparnos por aquellos en necesidad. Actualmente trabajamos en más de 1,200 lugares en alrededor de 180 países.

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