Muchos son los casos de futbolistas que deben salir del país para probarse en otros equipos, así como lo hizo Tomás Alassia, un lateral por izquierda nacido hace 21 años en Córdoba, quien en el día de hoy, de la mano de Dios, está compitiendo en el ascenso del fútbol italiano.

El cordobés de Villa María, que juega para el Parma Club di Ginosa, nos cuenta cómo fue la adaptación y qué lo llevó a probar en Italia, “Gracias a Dios, tengo el respaldo de Él desde que tengo uso de razón y siempre supe que era el fútbol lo que me iba a llevar a poder compartir una imagen de compromiso y sobre todo de firmeza en la fe”.

Tomás Alassia

El impacto de Dios en la vida de Tomás fue rápido, él dice “yo soy cristiano evangélico desde muy chico, me vi identificado con Jesús desde muy temprano en mi adolescencia, cuando cada uno define su personalidad, siempre busqué ser luz y paz, porque creo que a eso estamos llamados. No a buscar títulos, ni salir en tapas de los diarios, sino ser en el día a día un poco más empático, así como lo mostraba el maestro”.

“El proceso fue muy difícil mientras buscaba posibilidades en clubes de Buenos Aires. Nunca se me había dado por mi estatura, pero con el tiempo entendí que era una virtud; no debía ser un obstáculo el cuerpo que Dios me dio”, comentó Alassia, sobre lo complejo que fue tomar la decisión de irse del país a buscar equipo en otro lugar. Además, agregó “fueron años difíciles, de privarme de muchas cosas, preparándome con dedicación, con otro pensamiento. En enero estuve a punto de irme a Grecia, y aunque se frustró esa oportunidad hay que entender que todo sucedió por algo”.

El lateral lo tenía claro, por eso afirma, “desde muy chico ya sentía que estaba llamado a ser profesional; no era un capricho mío, sino que tenía que compartir un mensaje, un testimonio, y no con mis fuerzas, sino llevar ese mensaje a todos, al menos elegido, tal cual como le gusta a Dios”.

La familia fue vital en la vida del cordobés, pero a pesar de la distancia, los tiene muy presentes “va a sonar raro, pero no me costó el desapego a la familia, por más que nunca se deja de extrañar, sino que se aprende a vivir extrañando, es algo que siempre digo, es difícil pero es el proceso y tengo una fuerza que me sostiene que no es la mía”.

En lo deportivo, Alassia afirmó que “es un desafío adaptarse a un nuevo idioma, a nuevos compañeros; hay solamente un argentino, además de mí, así que es complicado pero es parte de esto, es una experiencia totalmente nueva desde el lado profesional y gracias a Dios puedo vivir esto”.

Pero también Tomás nos contó que más allá de lo futbolístico existe una meta propia, “tengo un desafío personal, de ser ese foco prendido dentro del vestuario y poder llevar la palabra y llevar a Jesús con mis acciones, tengo la mochila doble, je”.

La pandemia afectó a todos los ámbitos, por eso Tomás nos describió que fue duro entrenar sin tener el objetivo cercano de jugar algún partido, pero al tener a Dios de su lado todo se hizo más llevadero, “es un tema sensible para todos. Hace tres meses que estoy en Italia, y hace dos que estoy en el club, ya que se cerraron todos los lugares para entrenar, para buscar trabajo, para todo, fue una situación muy particular”, relató el deportista.

“Sentí de parte de Dios que donde había puertas cerradas Él las abría, eso fue lo que sentí en ese momento y no dudé en ponerme a entrenar. Vi en esa amenaza una oportunidad realmente”. Además agregó, “en la constancia del trabajo, sabía que era un año de sembrar para cosechar, aun cuando era difícil salir a correr todos los días, sin competir, simplemente para entrenar. Esto fue complicado para todo el mundo”.

El éxito es poder ser luz

Tomás Alassia

Tomás les dejó un mensaje a quienes quieran practicar un deporte y tengan que tomar la decisión de irse del país, pues él considera que es importante “mirar la base, ver las cosas con la perspectiva que Dios ve, tener en cuenta que el éxito no es ser famoso, por más que uno lo sea. El éxito es poder ser luz, un ser de bien para el resto, hacer las paces con quien sea, lo primero es eso, estar seguro de que estás cimentado en la roca, porque ahí no hay sueño, ni nada que a Dios le impida cumplir si se trata de su voluntad. Por eso hay que estar alineados con el propósito, entender que hay un mensaje que dar, y para eso podemos usar nuestra imagen, para sembrar esa semilla, porque cuando mostramos algo en redes no somos nosotros, sino que Dios va delante”.