Cada una de las historias de la Biblia nos enseñan, a través de diferentes protagonistas, la importancia de aprender a perseverar en la fe y a confiar en que Dios responderá a nuestras oraciones en su tiempo perfecto.
En medio de las prisas de la vida cotidiana, la fe se convierte en ese faro que ilumina nuestro camino, recordándonos que hay algo más grande que nosotros mismos.