El golfista profesional americano Scottie Scheffler, de 27 años, compartió una perspectiva única sobre su experiencia en el Masters de Augusta, Georgia. Despertando con ansiedad el domingo antes de la ronda final, encontró consuelo en la certeza de que su destino estaba asegurado «en la cruz de Cristo».
Más tarde, Scheffler, reconocido por su fe cristiana, celebró su segundo título de Masters en tres años, superando al golfista sueco Ludvig Åberg con una impresionante ronda final de 4 bajo par 68, terminando con 11 bajo par en el torneo, cuatro golpes por delante de Åberg.
El líder del golf mundial admitió sentir la presión antes de la ronda final del domingo, compartiendo su deseo ardiente por la victoria. Reflexionando sobre su inquietud, Scheffler mencionó el apoyo invaluable de sus amigos, quienes le recordaron la seguridad de su identidad y destino espiritual, independientemente del resultado del torneo.
“Mis amigos me dijeron esta mañana, ya sabes, mi victoria estaba segura en la cruz. Y es un sentimiento muy especial saber que estoy seguro para siempre, y no importa si gano o no este torneo, o si lo pierdo, ya sabes. Mi identidad está segura para siempre”, comentó el golfista.
Scheffler reconoció que su talento era un regalo divino, comprometiéndose a competir para honrar a Dios. Para él, la competencia es una oportunidad para demostrar su habilidad y dedicación, pero su identidad permanece inquebrantable, independientemente del resultado.
Además,el golfista fue noticia al afirmar que se retiraría del torneo si su esposa entraba en trabajo de parto, un compromiso con sus valores familiares que resonó en todo el país.
Previamente, durante una conferencia de prensa, Scheffler destacó su fe como la piedra angular de su vida, afirmando su creencia en un Creador y en Jesús como su guía. Para él, la competición es una oportunidad para glorificar a Dios y demostrar su fe en acción.
Esta victoria de Scheffler en el Masters no solo es un logro deportivo notable, sino también un testimonio de su fe inquebrantable y sus valores arraigados.