Si nos remontamos a su historia, Puerto Seguro nace en mayo de 1994 en la zona oeste del Gran Buenos Aires, Argentina. En el año 1995 graban su primera producción discográfica de manera independiente, titulada Tanto Amor. A partir de allí, todo lo demás fueron discos que abrieron puertas tanto a nivel nacional como internacional. Y próximamente escucharemos su nuevo álbum con temas inéditos que se llamará Convicciones.
Hoy, tras siete producciones discográficas, cambios en su formación y nuevas participaciones, hablamos con Daniel Álvarez, líder y voz del grupo, para que nos cuente cómo afrontaron estas transiciones y sucesos sin perderse ni retroceder en el camino.
LC: La expresión “grabar un disco” es algo que hoy en día pareciera ser obsoleto. Nos fuimos adaptando a las plataformas digitales y cada sencillo es lanzado primeramente por ese medio para luego revelar el álbum completo. En el caso de Puerto Seguro, ha pasado esta materialización desde el casete hasta lo que hoy conocemos, ¿cómo vivieron estas transiciones?
PS: Bien, nos fuimos acoplando a la manera de escuchar de la gente. Hoy en día ya ni los autos traen dispositivo para CD. Sí me parece bueno que se sigan recopilando canciones dentro de un mismo álbum.
LC: Pienso que con el tiempo el concepto de agrupar canciones dentro de un álbum también se podría perder, ¿tú qué opinas?
PS: En general, cuando la gente va a buscar lo último de una banda, busca el álbum más reciente. Bueno, la realidad es que a mí me gustaba poner el CD, leer el cuaderno con todos los nombres de los temas, los compositores, músicos, mirar los créditos. Es como si todo eso se hubiera perdido, no sé qué cantidad de gente hay que se ponga a investigar o profundizar en quiénes tocaron o quiénes compusieron, etc.
LC: Soltar el lado “romántico” del CD es lo que cuesta, aquello que lo materializaba para tenerlo en las manos y nos daba la sensación de algo finalizado, por así decirlo. Pero estas cosas también se digitalizaron. Disco tras disco son nuevos capítulos que recorre una banda, en su caso, ¿cuál fue el disco trascendente para ustedes, el que les marcó un antes y un después?
PS: Se podría decir que fue Viento Recio. Fue el desembarque de mi hermano Marcos como cantante; aunque compartimos bastante esa parte. Yo lo ayudaba mucho porque al principio él no quería hacerlo, estaba muy inhibido, cómodo en la batería, pero yo notaba que su voz era muy parecida a la de mi otro hermano Elías, y me parecía buen plan cambiar.
En ese cambio también intentamos modificar un poco “la onda”, ya que veníamos más del palo de “Los enanitos verdes”, del rock más tradicional, y Viento Recio abrió un panorama a la producción musical. De hecho Marciano Cantero (líder y voz de “Los enanitos verdes») fue una parte fundamental para elaborar ese disco. Nos enseñó a preproducir, a armar maquetas, nosotros antes de eso grabábamos casi en vivo, a partir de los ensayos, sin embargo él nos ordenó.
En Viento Recio, las canciones son más elaboradas, los sonidos se eligieron a mayor conciencia, encontramos la esencia al Puerto Seguro que resurgió en ese momento.
LC: Podemos decir que es algo que se da naturalmente en todas las bandas, ya que cuando uno se enfrenta a una primera grabación de estudio, es un inexperto. Y es gracias al proceso que comienza a prender y que cada disco cuenta con un mayor nivel y con un crecimiento en el saber que lo hace ser distinto y muchas veces mejor. Cosas que no se tuvieron en cuenta una primera vez, comienzan a ser valoradas en los discos posteriores.
PS: ¡Sin dudas! Inclusive Marciano nos decía que no nos apuráramos a definir las letras porque había canciones que necesitaban ir madurando, y nos encontrábamos con frases fáciles que queríamos poner en la canción por el simple hecho de realizarla. Y luego, en esa maduración sucede que encontrábamos otros versos muchísimo mejores o con metáforas más interesantes. Se podía lograr una canción mejor, haciéndole caso al productor.
LC: Eso también habla de una cierta humildad a la hora de dejarse guiar y aconsejar. ¿Significó un mentor para ustedes en ese tiempo?
PS: Si, claro que sí, y hoy en día también buscamos aprender de la nueva generación. Mi hija Meli tiene 20 años y escucha mucha música. Tiene más información y a veces yo escribo palabras para una canción y ella me dice: “Papá, ya no se usa” o “Ya no se dice”, y me reta. (Risas) Entonces le pregunto: “Y cómo lo dirías tú”, y así vamos corrigiendo y modernizando las cosas.
LC: Ya que la mencionas, la incorporación de Meli a la banda ¿ha tenido que ver con esto? ¿Con buscar un renuevo, mayor frescura, u otro matiz en las voces?
PS: Sí, más allá del talento, yo creo que aporta un nuevo sonido, anexó con ella un nuevo público, creo que es un cambio que nos favorece muchísimo en estos tiempos. Si nos hubiéramos quedado en el mismo formato de hace veinte años atrás, ya hubiéramos claudicado como banda.
LC: Pensando en los artistas en general, podemos encontrarnos con muchos que aún viven de aquellas “glorias pasadas”, esos momentos donde se sintieron en la cima, y quedan atascados en ese lugar por muchísimos años sin encontrar la manera de renovarse. ¿Cómo fue en su caso?
PS: Mira, dentro de la banda siempre hubo mitos. Cosas que creíamos que debíamos grabarla en “equis” estudio porque cuando lo hicimos ahí salió bien, o queríamos repetir la fórmula de aquello que había salido bien una vez, y creo que logramos romper con eso.
Una vez me pasó con un técnico muy amigo; hablábamos de todo lo que tenía que ver con la cinta abierta, de ese fenómeno, que en un momento fue furor y todo el mundo quería grabar asi, y por momentos él me seguía la corriente, y luego me miró y me dijo: “No Dani, hay que actualizarse”. Me cortó la ilusión, pero con mucha razón (risas).
LC: Bueno, ante tanta nueva tecnología uno se ve tentado a incorporar esos sonidos o no. Ahora, en cuanto a esto, ¿qué es lo no negociable para ustedes a la hora de grabar?
PS: No negociamos el formato del mensaje, siempre somos bastante claros. Estamos muy arraigados a nuestra formación cristiana, entonces no me sale escribir de otra manera que no sea esa. En un festival, La Fiesta de la Cereza, nos tocó participar y compartir escenario con Ulises Bueno.
Cuando nosotros empezamos a tocar, la letra sonaba super evangelística, y yo pensaba para mí mismo: “¡Chau, qué cristianas que son nuestras letras!”. Termino de tocar, me bajo del escenario y se me acerca uno de los músicos de la banda de Ulises, y me agradece porque se había conmovido, ya que antes iba a la iglesia y ahora estaba lejos de Dios. Fue una hermosa posibilidad de hablarle de Jesús. Nunca más volví a verlo ni nada, pero por ese tipo de situaciones creo que el mensaje nunca va a cambiar.
LC: ¿Es una situación frecuente en sus conciertos?
PS: Sí, es algo que suele darse. Y también a la inversa, a nosotros. Mira, tocábamos en las campañas del pastor Carlos Annacondia, y una noche tuvimos la oportunidad de que se acercara a nosotros y
«ÉL nos dijo de parte de Dios que nunca dejemos de tocar para Jesús«
Daniel Álvarez, líder y voz de Puerto Seguro
Y eso quedó sellado en mi corazón. Así que así como damos de Dios recibimos mucho también.
LC: Pensando en su trayectoria, vemos que atravesaron muchísimas crisis a nivel país, entre ellas la crisis del 2001, y claro, la actual con el Covid-19. ¿Qué los mantuvo todo este tiempo? Más allá de Dios, entiendo que es una respuesta que podrías darme, pero ¿qué más fue lo que te hizo pensar que debían continuar?
PS: Hubo muchísimos momentos, muchísimas veces donde la opción de no seguir estuvo presente. En una de esas oportunidades yo bajé los brazos, pensé en no tocar más, mucho menos en seguir cantando. Y de la nada me llamó un hermano en la fe, que creo que era de Rosario (Prov. de Santa Fe, Argentina) y me dijo: “Tú tienes que cantar, eres Álvarez, los cobardes se quedan en el camino, tú tienes que seguir”, y con eso avivó un fuego que se estaba por apagar.
En esa misma semana nos llamaron de un Congreso que se hacía en Ushuaia, para que estuviéramos ahí, así que por más que yo no quisiera, las puertas se abrían para continuar, eso nos motivó a seguir adelante.
Y esto lo tengo que decir, si aún sigo intentándolo, si aún sigo pensando en renovarnos es porque no perdimos la expectativa de que algo mejor siempre está por venir.
«Todavía no dimos lo mejor, y que Dios tiene cosas grandes para nosotros aun en medio de estos tiempos difíciles».
Daniel Álvarez, líder y voz de Puerto Seguro
Sin embargo, claro, nos encontramos con aquellos a los que no les gusta lo que hacemos, y que desde la silla de su casa le da “manito abajo” en YouTube, sin importar todo el esfuerzo que uno le puso a eso, pero es normal, no vamos a gustarle a todo el mundo.
LC: ¿Te afectan mucho esas críticas?
PS: Algunas veces sí, comparando mucho nuestra época pasada con la actual, y hasta nos llegaron a decir que no teníamos nada de Dios. Hace poco, haciendo una nota para un medio de Zapala, Neuquén, se comunicó una doctora que estaba escuchando. Contaba que tenía Covid, que estaba muy angustiada y que a raíz de una canción que comentamos durante el programa se había sentido en paz y llena de fe. Nos mandó audios a mí y a la banda, tan solo escuchando la nota. Eso hace que las críticas no afecten y que nos enfoquemos en estos testimonios.
LC: Una curiosidad muy personal me surge cada vez que veo los cambios de formación y hasta de estilo que fueron surgiendo en Puerto Seguro. ¿Existió la posibilidad o el planteo de cambiar el nombre de la banda y dejar a Puerto Seguro “anclado” en lo que fue y empezar de nuevo?
PS: (Risas) Sí, ¡lo habíamos pensado!, pero me cuesta mucho, y yo soy responsable del nombre de la banda.
LC: Te cuesta soltarlo.
PS: Sí, ¿sabes? Mi abuela antes de morir me dijo que yo tenía una bendición. Y Puerto Seguro es esa bendición que Dios me dio y que no puedo soltar mientras siga bendiciendo a otros, esté yo o no, nos trasciende, volviéndose un ministerio, y así seguirá adelante aunque yo no esté.
LC: Este tiempo donde obligadamente tuvimos que permanecer más quietos, ¿fue un buen momento para probar cosas nuevas dentro de la banda?
PS: Sí, incursionamos en buscar nuevos sonidos, y también voces nuevas y diferentes, no solo con Meli sino también con Cristian Anderson (Anderson rock).
LC: Perdón, ¿se está integrando como un nuevo miembro?
PS: Está integrando en todo lo que fue la preproducción, y nos ayudó muchísimo. A mí me gusta mucho la idea de que se quede, tiene un lindo tono de voz, que yo lo veo muy parecido a mi hermano Marcos, por ejemplo, y además que yo me siento más guitarrista que cantante. Poder estar más pleno en la guitarra y dejarles la voz a otros pienso que sería algo muy bueno.
En Cuando surgen (último sencillo) ya se ve su participación. Además a nosotros nos faltaba un pianista y él toca el piano, así que cuando todo esto se abra espero que ya se quede. Yo sé que le aporta frescura a la banda.
LC: Y ahora, Anderson Rock ¿qué piensa de este “saqueo”?
PS: (Risas) No, no, la idea no es robarlo, sino que se pueda dividir y participar con nosotros sin dejar su proyecto. Al menos al principio. (Risas)
LC: En cuanto a generar mayor volumen de contenido en las redes o transmisiones, ¿piensas que esto les dio más alcance a pesar de lo sucedido?
PS: Sumó muchísimo, y queremos seguir aprovechando a hacer videos y nuevos temas mientras no se pueda salir a tocar. Es una buena manera de llegar a más personas. Aunque siempre es mejor tocar en vivo, eso es irremplazable.
Ahora estamos por lanzar una reversión de “Lo que necesito”, una canción muy antigua que perteneció a nuestro segundo disco Tanto Amor, y Meli la canta con otra fuerza, tiene unos arreglos muy interesantes, así que trabajando para que pueda salir y compartirla con todos.
También iremos mostrando poco a poco todas las canciones nuevas, más de doce temas que formarán parte de nuestra próxima producción que se llamará Convicciones