En la comunidad de Cateme, Mozambique, un proyecto de educación cristiana está marcando la diferencia en la vida de decenas de niños y sus familias. La iniciativa, liderada por el pastor Marcos Corrêa, combina alfabetización y formación espiritual, demostrando que la Palabra de Dios puede ser el punto de partida para un futuro con esperanza.
“La escuela cuenta con profesores cristianos calificados y un pastor local que acompaña tanto el refuerzo escolar como la enseñanza bíblica”, explica Corrêa, responsable del proyecto.
El trabajo se enfoca en dos frentes: por un lado, refuerzo escolar para quienes ya asisten a clases tradicionales, y por otro, alfabetización desde cero para niños que nunca han tenido acceso a la educación formal. El eje principal es el idioma portugués, ya que muchos de los alumnos hablan el dialecto local Nhungue en casa. Además, reciben clases de matemáticas, historia, religión y, sobre todo, Biblia.
“Fue emocionante ver a niños decir: ‘¡Aprendí a leer, y aprendí a leer en la Biblia!’”, relata el pastor Corrêa con emoción.
La alfabetización bíblica no solo enseña a leer, sino que introduce a los niños en el conocimiento profundo de las Escrituras. Rosa, una de las alumnas, comparte:
“No sabía leer ni escribir. No conocía los libros de la Biblia, pero ahora ya sé.”
Júnior, otro estudiante, añade con entusiasmo:
“Antes no sabía leer ni escribir, ni leer la Palabra de Dios, pero ahora sí.” Y cita de memoria Proverbios 15:20:
“El hijo sabio alegra a su padre, pero el insensato desprecia a su madre.”
Corrêa destaca que los niños aplican lo aprendido directamente en la lectura de la Biblia, memorizando versículos y haciendo de las Escrituras una verdad viva en sus corazones.
La escuela cristiana en Mozambique ya cuenta con dos aulas, personal de seguridad, responsables de alimentación y limpieza, y planes de expansión para incluir un centro multiuso. Los días sábados, el espacio se convierte en un lugar de culto con alabanzas, predicación y comunión, reuniendo a más de 170 personas, entre niños, padres y vecinos.
“Es hermoso ver cómo la escuela despierta la curiosidad y el deseo de conocer la Palabra de Dios”, afirma Corrêa.
Este proyecto en Cateme es un testimonio del poder transformador de la Palabra de Dios en la educación. Enseñar a leer con la Biblia no solo alfabetiza, sino que siembra valores eternos, fortalece la identidad cristiana y despierta una fe viva en los corazones de los niños y sus familias.
La educación cristiana en contextos de vulnerabilidad como Cateme es una luz que lleva dignidad, esperanza y nuevas oportunidades a comunidades enteras, demostrando que cuando la Biblia es el punto de partida, el impacto es eterno.