En el marco del retiro nacional de pastores “Argentina Oramos Por Vos” en Mar del Plata, Sebastian Liendo conversó con el pastor Ibarra sobre el origen del movimiento de intercesión por nuestro país.
El origen de Argentina Oramos por Vos
Pedro: Comienza en el 2001 con aquella crisis, cuando hubo varios cambios de presidentes, había una revuelta muy grande y los periódicos decían que la única salida era Ezeiza. Había comenzado a ayunar durante 21 días. Entonces como en el día 17, Dios me habla de levantarle un altar, yo pensé que era un altar de la iglesia o del contexto local, pero todo lo que estaba pasando en Argentina se trasladó en una carga muy grande y con otros pastores oramos en Capital Federal.
La crisis fue muy fuerte, nos dimos cuenta de que la gente oraba y los pastores bajaban eso a sus respectivas iglesias, creo que en la crisis oramos muy bien, pero cuando pasó lo peor la asistencia ya no era lo mismo, pero creemos que eso produjo un cambio en muchas cosas y convocamos reunirnos en Plaza de Mayo, donde estuvimos miles de personas allí y el clamor nuestro era que la salida no sea Ezeiza, sino que la salida sea Dios.
Fue una oración por la nación. Todo ese tiempo nos pasamos orando, arrepintiéndonos y quebrantandonos, porque si el Señor no hacía la obra era imposible, teníamos que dejarnos guiar por Dios y escuchar su voz. Así arrancó hasta el día de hoy y ya llevamos 22 años.
Las oraciones contestadas y las que no
Cuando uno está orando refleja una marca que uno va adquiriendo en el camino, producida por un encuentro con Dios, una comunión diaria pero sobre todo conocerlo a Él, que es mucho más que conocer un ambiente o una atmósfera solamente, sino conocerlo a Él.
“Hay veces que las oraciones son contestadas de una manera y hay veces que son contestadas de otra manera”.
Pedro Ibarra
Lo importante es que Dios debe ser siempre glorificado, entonces cuando salga bien algo no va a haber ninguna situación ni de orgullo, porque le atribuimos a Dios lo que está haciendo. Nuestro camino es de gratitud; debemos estar más felices que nunca por saber que Dios en su sola potestad está haciendo cosas.
Pero cuando la cosa no sale bien, también debemos que endosarle la gratitud, yo acabo de tener una experiencia muy difícil, pero no me llevó nunca a otra cosa sino a ver cómo entregarme mejor o rendirme para que el Señor pueda tomar absolutamente toda mi vida y que no haya siquiera un milímetro en mi vida donde el lugar no lo esté ocupando Él, Él tiene que ocuparlo todo.
Dios se vuelve irresistible
Una vez que lo conoces es imposible que te quedes ahí, hay una atracción, hay un cautivar, eso te sensibiliza y todo eso te demuestra una cosa, que sí hay un verdadero altar siempre va a quedar más de Él y menos de mí.
Si yo soy salvo por el simple hecho de querer ser salvo, está bien, pero el tema es cuando vos te acercas a Dios, como cuando Moisés estuvo con Él, su rostro brillaba y la gente no podía mirarlo. Si vemos el campo de la transfiguración es algo parecido, Él se transfiguró, pero impactó de tal manera que fue por un lado sublime y por otro lado muy fuerte.
Por un lado, afuera de esa figura, la gente decía: “crucifíquenlo”, querían matarlo y muchas cosas más, pero en el monte Él brillaba. El brazo de carne lo quería liquidar, pero allá arriba el Padre decía “A Él Oíd”.
Hay una mirada dividida porque de un lado del juicio, la cruz parece el fracaso más grande porque sanó enfermos, resucitó muertos, hizo tantas cosas, pero no valieron de nada, porque terminó en un destino de crucificción pero del otro lado, el Padre dice lo contrario y eso es lo que tenemos que entender nosotros, “la debilidad de Dios es más fuerte que la de los hombres” como dice Pablo.