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La Iglesia, un Cuerpo que crece y respira en Cristo

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Juan Carlos Ortiz

Dios nos ha dado el inmenso regalo de vivir en comunidad como iglesia, y esta no es simplemente una reunión de personas ni una organización; somos un cuerpo vivo, un organismo que respira y crece en Cristo.

La imagen del Cuerpo de Cristo es quizás la metáfora más profunda en las Escrituras para describir la naturaleza de nuestra relación con Él y entre nosotros. No se trata de ser una multitud que llena un edificio, sino de estar conectados íntimamente como lo están las partes de un cuerpo.

“La iglesia no es un edificio, no es una organización; la iglesia es un cuerpo,” digo esto con plena convicción. Cada uno de nosotros tiene un lugar y una función única dentro de este cuerpo, y todos somos indispensables. La función de uno no es menos importante que la del otro, pues en el diseño de Dios, cada parte tiene un propósito especial que contribuye al bienestar de todo el cuerpo.

Esta idea de ser un solo cuerpo nos impulsa a algo mayor que simplemente reunirnos en un mismo lugar o compartir creencias similares. Nos llama a vivir una unidad genuina, que no se limita a una armonía superficial sino que nos convierte en una familia profunda y verdadera. “Cuando un miembro sufre, todo el cuerpo lo siente. Eso es lo que significa ser el cuerpo de Cristo,” y esto va mucho más allá de las palabras. Es un llamado a experimentar juntos las alegrías y las penas, el crecimiento y la corrección.

Algo que he notado con el paso de los años es que tendemos a confundir la cercanía física o la uniformidad de pensamiento con la verdadera unidad. “A veces confundimos estar juntos con estar unidos,” y esto es un peligro constante. La verdadera unidad en el cuerpo de Cristo no significa que todos pensemos igual o que siempre estemos de acuerdo en todo. Al contrario, la unidad real abraza la diversidad de dones, talentos y perspectivas, y permite que cada parte cumpla su función en amor. No buscamos ganar discusiones ni imponer nuestra opinión; en cambio, buscamos cómo servir al otro con un corazón humilde.

“Dios nos ha dado dones, talentos, capacidades, pero no para que nos destaquemos individualmente,” y en este recordatorio encontramos el propósito fundamental de esos dones. Cada talento y habilidad que poseemos no es un adorno personal; es una herramienta para edificar al cuerpo, para ser de bendición a los demás. Dios ha diseñado cada miembro para aportar algo único, como los órganos de un cuerpo que, al trabajar en armonía, le dan vida al todo.

La unidad, sin embargo, requiere un ingrediente esencial sin el cual todo lo demás se desvanece: el amor. “Sin amor, todo se derrumba,” porque es el amor el que permite que cada don sea utilizado en beneficio de los demás y no para nuestra vanagloria. Es el amor el que da vida a las relaciones y sustenta el cuerpo. Este amor no es una emoción pasajera; es el mismo amor que Cristo nos mostró, un amor que da todo y busca el bienestar de los demás. Nuestra meta como cuerpo de Cristo es reflejar este amor en todo lo que hacemos. Este amor se traduce en paciencia cuando hay fallas, en comprensión cuando hay diferencias y en cuidado cuando alguien se siente débil o cansado.

“Dios nos ha llamado a ser uno,” una declaración que nos desafía a ir más allá de nuestros intereses personales y abrazar una visión común. Solo cuando comprendemos esta unidad como el cuerpo de Cristo y dejamos de lado el egoísmo, podemos cumplir con el propósito de Dios para nosotros. Él nos ha diseñado para reflejar Su gloria en la tierra, para ser Su iglesia en acción, y esto solo es posible cuando cada uno de nosotros se ve como parte de un cuerpo más grande que nosotros mismos. Esta es nuestra identidad y nuestro llamado.

Como iglesia somos llamados a una misión que solo se puede cumplir en unidad. Dios nos ha equipado, nos ha llamado y nos ha amado profundamente para que reflejemos Su carácter en el mundo. Somos el cuerpo de Cristo, y es en esa identidad, en esa verdad, donde encontramos el sentido y el propósito de nuestra vida en comunidad. Porque al final del día, la iglesia es el reflejo de Cristo en la tierra, y cuando vivimos en unidad y amor, Su luz brilla a través de nosotros, impactando y transformando el mundo.

Este escrito está basado en el mensaje que el recordado Juan Carlos Ortiz dejó hace unos años registrado en el canal CGN Latino:

La policía restringió a un hombre que evangelizó con carteles sobre Jesús

Ernest Giardino, residente de Chapin, Carolina del Sur, se enfrenta a una controvertida restricción que limita su derecho a expresar su fe en una acera pública de la ciudad. Durante meses, Giardino ha sostenido un cartel con mensajes de esperanza en Cristo: por un lado, se lee “Confía en Cristo, Él pagó el precio,” y por el otro, “Él salvó a otros – Jesús – Él te salvará.” Sin embargo, recientemente, un oficial de policía le informó que para continuar mostrando su cartel en la vía pública, necesitaba un permiso.

Ernest Giardino, residente de Chapin, Carolina del Sur, se enfrenta a una controvertida restricción que limita su derecho a expresar su fe en una acera pública de la ciudad. Durante meses, Giardino ha sostenido un cartel con mensajes de esperanza en Cristo: por un lado, se lee “Confía en Cristo, Él pagó el precio,” y por el otro, “Él salvó a otros – Jesús – Él te salvará.” Sin embargo, recientemente, un oficial de policía le informó que para continuar mostrando su cartel en la vía pública, necesitaba un permiso.

Ante esta situación, el First Liberty Institute (FLI), organización legal que defiende las libertades religiosas en los Estados Unidos, envió una carta formal a la administración de la ciudad, señalando que imponer un permiso para la expresión religiosa en un espacio público constituye una violación de los derechos constitucionales de Giardino. 

El FLI calificó la medida como una «extralimitación arbitraria» y un ataque directo contra la Primera Enmienda. “La exigencia de permisos como el que existe en Chapin sirve para inhibir el discurso antes incluso de expresarlo”, destacó la organización, subrayando que la libertad de expresión en espacios públicos, especialmente en manifestaciones de fe, es un derecho protegido que no debería estar sujeto a autorización gubernamental.

De acuerdo con un reporte de Fox News, Giardino había sostenido carteles similares durante aproximadamente ocho meses sin restricciones. Sin embargo, el oficial le informó que, además del permiso, ahora estaría sujeto a limitaciones de tiempo y ubicación: podría permanecer en el lugar solo 30 minutos y tendría que cambiar de esquina cada 15 minutos. Tanto el oficial de cumplimiento de normas como el jefe de policía confirmaron la necesidad del permiso y las restricciones adicionales.

Nate Kellum, asesor principal del FLI, enfatizó la defensa de Giardino, declarando: “Nadie necesita permiso del gobierno para expresar su fe en público. La Primera Enmienda es tu permiso”. 

Kellum agregó que la ordenanza de Chapin es excesivamente restrictiva e inconstitucional, y exigió que sea derogada o modificada para respetar los derechos de libertad religiosa.

La FLI notificó a la administración de Chapin y fijó el 12 de noviembre de 2024 como fecha límite para que la ciudad responda formalmente, garantizando que Giardino y otros ciudadanos puedan continuar compartiendo libremente su fe en lugares públicos sin restricciones.

El niño, el topo, el zorro y el caballo: Un corto que abraza al desolado

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El niño, el topo, el zorro y el caballo

‘El niño, el topo, el zorro y el caballo’ es una película animada basada en el libro homónimo de Charlie Mackesy, un autor y artista cristiano cuyo enfoque empático y humano ha resonado con una audiencia amplia, incluyendo a la comunidad de fe.

La obra ha sido galardonada con un premio Oscar a mejor cortometraje animado, concedido a Mackesy y Matthew Freud, y también ha sido reconocida en otros festivales por su capacidad de transmitir mensajes universales que reflejan valores como la bondad y la fe.

Mackesy, emocionado al aceptar la estatuilla, destacó que la reacción del público es “un premio mayor” que el reconocimiento mismo. Esta adaptación cinematográfica, dirigida por Peter Baynton y Mackesy, combina una animación dibujada a mano que recuerda las ilustraciones del libro y un elenco de voces liderado por Tom Hollander, Idris Elba, Gabriel Byrne y Jude Coward Nicoll.

Sinopsis

La historia sigue a un niño solitario que se encuentra en medio de un vasto y nevado paisaje, donde se topa con un topo curioso y amigable. A medida que avanzan, se suman un zorro reservado y un caballo de gran sabiduría, formando un grupo que simboliza la comunidad y el apoyo fraternal. Este camino compartido se convierte en una travesía de aprendizaje y sanación, donde los personajes exploran preguntas profundas sobre la vida, el propósito y la importancia de estar juntos. Los diálogos, simples pero filosóficos, reflejan una sabiduría que resuena con las enseñanzas de Jesús sobre la aceptación, el amor y el consuelo.

La película presenta temas como la amistad, la compasión, la valentía y la fe en medio de la adversidad. Uno de los mensajes más relevantes desde una perspectiva cristiana es el llamado a la empatía y a reconocer la dignidad de cada persona, recordando la idea bíblica de que todos somos hijos de Dios y debemos tratarnos con amor.
El topo enseña a soñar y ser valientes, una alusión a la fe activa y al hecho de confiar en Dios incluso en lo desconocido. El zorro muestra cómo superar el aislamiento con amor y paciencia, reflejando el mandato de Jesús de amar al prójimo. Por su parte, el caballo encarna la paz que surge de la aceptación y la gracia, recordándonos la promesa de que en Cristo encontramos descanso y plenitud.

El impacto de la historia ha sido tan poderoso que Mackesy relató a la prensa un testimonio conmovedor: una mujer compartió que su nieto de cinco años, al leer una cita del libro (“Eres valiosa tal como eres”), la hizo llorar al pensar que ese mensaje guiaría su vida. Mackesy describió esa reacción como “oro”, reafirmando que el verdadero valor de su obra radica en la forma en que toca el corazón de las personas.

Ver ‘El niño, el topo, el zorro y el caballo’ es una experiencia transformadora que invita a una pausa espiritual. La película no solo busca entretener, sino que encierra un mensaje sobre la importancia de la comunidad y la solidaridad en tiempos de dificultad, un llamado constante en la fe cristiana. Sus paisajes y arte minimalista resaltan que, tal como enseña la Biblia, lo esencial es invisible a los ojos y está en el amor y la humildad con que nos tratamos los unos a los otros. Esta obra resuena como un eco de la enseñanza de Jesús de “amar a Dios y al prójimo como a ti mismo”.

Conclusión‘El niño, el topo, el zorro y el caballo’ no es simplemente una película, sino un recordatorio de que la persona de Cristo expresa en nosotros la bondad, la compasión y la esperanza. Con un enfoque que se alinea con la perspectiva cristiana, la obra es un llamado a ser más empáticos, a encontrar la fortaleza en la debilidad y a recordar que la verdadera grandeza se encuentra en servir y amarse mutuamente. Es una película que no solo inspira, sino que fortalece la fe en el reflejo de Dios en cada ser humano.

Inauguraron el primer monumento en honor a la Biblia en Chile

En un emotivo acto de fe y unidad, se inauguró en la comuna de Pitrufquén, al sur de Chile, el primer monumento a la Biblia de la región, iniciativa promovida por el Consejo Comunal de Pastores.

En un emotivo acto de fe y unidad, se inauguró en la comuna de Pitrufquén, al sur de Chile, el primer monumento a la Biblia de la región, iniciativa promovida por el Consejo Comunal de Pastores. 

Este memorial, ubicado en el corazón de la Avenida Francisco Bilbao, busca resaltar el valor y el impacto de la Palabra de Dios en la comunidad y en la historia de la humanidad.

La ceremonia contó con la presencia del pastor Jaime Esparza, presidente del Consejo Comunal de Pastores, quien fue acompañado por autoridades como la alcaldesa Jacqueline Romero, y los concejales Pedro Lizama y Valeria Brun. 

También asistieron la Asesora Regional de Asuntos Religiosos, Mahara Sleiman, la Encargada de la Oficina Municipal de Asuntos Religiosos, Ana María Tapia, además de equipos municipales, Bomberos, Cruz Roja y Gendarmería, en una jornada que unió a diversos sectores en torno a un mismo propósito.

“Este memorial es un hito importante para nuestra comuna. Es la primera vez que la Biblia, como faro de esperanza y guía espiritual, se marca físicamente en nuestra comunidad, recordándonos el mensaje eterno de Dios que todos debemos atender y escuchar”, expresó el Consejo Comunal de Pastores.

La alcaldesa Jacqueline Romero también compartió sus sentimientos en el evento, diciendo: “Me siento muy bendecida de colaborar en la instalación de este memorial. A través de este gesto, apoyamos al pueblo cristiano de nuestra comuna, quienes destacan por su fe, fuerza y esperanza en tiempos de desafío”.

La música llenó el ambiente con presentaciones del Coro de la Iglesia del Señor y el Coro Polifónico de la Segunda Iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Temuco, quienes interpretaron diversos himnos y alabanzas, elevando así el espíritu de adoración y gratitud a Dios.

La construcción de este monumento fue posible gracias a la ofrenda de la empresa constructora Elisur y el apoyo de su gerente, Guido González, junto con la colaboración de la municipalidad de Pitrufquén. 

La inscripción que luce en la placa fue leída en voz alta al momento de su develación: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio asimismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo” (1 Timoteo 2:5-6).

Este monumento es un obsequio de la comunidad evangélica de Pitrufquén, un símbolo que destaca el legado y la luz que la Palabra de Dios ha traído a la vida de muchos y su papel en la formación de los valores que sustentan a la sociedad.

Cristo en el hogar: Cómo ser una familia que refleja paz

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Familias Cristianas

Al nacer de nuevo y ser regenerados por Su Espíritu, nuestra naturaleza cambia y empieza a operar en nosotros la naturaleza misma de Cristo.

Antes de la cruz vivíamos de promesas, pero hoy vivimos la realidad de vida por Su obra. Hemos escapado de la corrupción de Adán en nosotros y hemos sido hechos partícipes de Su naturaleza. La vida de Cristo opera en nosotros.

«Porque Cristo es nuestra paz…» Efesios 2:14 NVI

Cristo es nuestra paz, como escribe Pablo a los Efesios. La paz no es algo ni un estado; es Alguien: Cristo. No se trata de una emoción ni una realidad donde todo está resuelto, ni depende de situaciones externas. La paz es parte de nuestra naturaleza interna e inconmovible. No es ausencia de tribulaciones, sino el conocimiento de los diseños de Dios y la certeza de que todo colaborará con Su Propósito Eterno en Cristo. Dios es Padre y diseñó la paternidad como agentes de paz. Los padres están llamados a ser referentes y agentes de paz para sus generaciones.

Pablo inicia su poderosa carta a los Efesios (Efesios 1:1-2) estableciendo que Dios es Padre. Y es Dios de paz. La paternidad según Dios no se trata de un hijo biológico, sino de un diseño, un plan y un Propósito Eterno. La paternidad implica una autoridad para preservar la vida. Los hijos deben ver a los padres como quienes los guían a crecer en un diseño. Esta paternidad debe surgir de un plan eterno, no de una necesidad o irresponsabilidad biológica.

El primer hombre se perdió porque fuera del huerto se quedó sin el que tenía los planos del diseño: Dios. Su desobediencia lo hizo independiente, pero sin rumbo. Así, el ser humano vive sin precisión, sin entender el propósito.

Es necesario que estemos maduros y atentos para escuchar el diseño eterno de Dios para nuestra paternidad. La familia es una alegoría de realidades espirituales y debemos vivirla alineados a lo eterno y no a lo temporal. Comprendamos que la paternidad según Dios es una construcción entre padre, madre e hijos como un cuerpo, un sistema. Cuando surgen conflictos o crisis, uno puede asumir la paternidad y marcar el rumbo hacia el Propósito Eterno: ser familias que expresan a Cristo como Señor.

Sin entendimiento del diseño de Dios para la familia y sin compromiso con Su propósito eterno, terminamos mirando lo temporal y mirándonos a nosotros mismos, en actitudes de hostilidad. Si no comprendemos el diseño de Dios, otros formarán ese diseño en nuestros hijos.

Los padres hemos sido diseñados para preservar tanto la vida biológica como la vida Zoe, la Vida de Cristo en nosotros. Tenemos la obligación de guiar a nuestros hijos hacia una vida de paz. La paz de Dios es un estado gubernamental en nuestro espíritu, es Cristo en nosotros, guiándonos hacia Su propósito eterno. No es tener todo resuelto emocionalmente o en circunstancias naturales.

Cristo es nuestra paz. La paz es una Vida, no un sentimiento.

Debemos enseñarles a nuestros hijos que la paz también se relaciona con el propósito de vida. Que nos vean comprometidos y trabajando en el Propósito Eterno de Dios. Nuestro trabajo verdadero consiste en edificar el Cuerpo de Cristo (ver Efesios 4:13 y 1 Pedro 2:4-5).

La paz es nuestra nueva vida: Cristo en nosotros. Desde nuestra unión con Cristo, nos transformamos en nuevas criaturas. Nos debe quedar claro que el Reino no tiene paz sino que es paz.

El sistema del mundo opera en enemistad, engaño y rivalidad, desde el primer Adán. En todos los ámbitos, ya sea el matrimonio, las empresas o la política, vemos la separación a causa de estos factores. Incluso el sistema religioso profundiza divisiones a través del engaño. La ciencia y la tecnología, en su avance, también están basadas en la enemistad y la competencia.

Cada área de la vida humana está guiada por la justicia propia y la conciencia del bien y del mal. Por eso, podemos concluir con certeza que la humanidad, sin Dios, siempre estará atrapada en enemistad, engaño y rivalidad. En Cristo, en cambio, encontramos la reconciliación, la paz, la verdad y la vida. Esto lo entendemos al comprender la cruz.

Trabajemos como familias para que nos defina ser hombres y mujeres de paz. Seamos familias de paz.

Historias de Amor con Lucas Marin en un nuevo episodio de “De Repente lo Vi”

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Lucas Marin en De Repente Lo Vi

El amor es algo tan hermoso y especial, por eso era imposible que en la mesa de De Repente Lo Vi no se hablara ni se tratara el tema en profundidad. 

En un programa lleno de anécdotas, experiencias y música, se resaltó la importancia de la paciencia, la espiritualidad y la conexión emocional en la vida de las relaciones amorosas.

Miqueas, Seba, Nair, Davi y el Embajador contaron cómo conocieron a sus parejas, tanto como novios y como casados, y relataron cómo vivieron los distintos procesos desde sus experiencias, incluyendo relaciones a distancias, consejos pastorales y momentos incómodos que trajeron muchas risas y temas a tratar en la mesa.

Las historias de propuestas de matrimonio creativas reflejaron el esfuerzo y la dedicación de cada pareja, haciendo de estos momentos algo inolvidable. Destacaron que las relaciones deben tener un propósito y como es que como iglesia muchas veces no reconocemos adecuadamente a los solteros y su papel en la comunidad. Sin dudas la oración en la pareja fue presentada como una práctica que fortalece el vínculo y permite compartir propósitos espirituales. 

Pero algo más tenía para decirnos el invitado de este noveno episodio. Lucas Marín ingresó al panel y reflexionó sobre nuestra tendencia a “queremos querer pero no saber amar”. Como que quiero que me quieran, quiero que me presten atención, quiero que me den cariño, quiero a alguien que me acompañe en mi ministerio, pero “¡Loco! ¡Amá!” y el amar tiene que ver con brindar, con dar.

De esta manera, puso el ejemplo que nos dan las Escrituras del amor que sobrepasa todo entendimiento “De tal manera amó Dios, que dió”. Marín dijo “Entonces el amar es dar, el querer es exigir. Y tenemos que aprender a amar más y a querer menos”.

Además en este programa asistieron a visitar los pastores Pablo Lavado y Próspero Palmera, que nos volvieron a traer de su sabiduría y consejos inesperados que nos llevaron a las risas y a momentos random.

Este programa se vio lleno de canciones que hablaban del amor, incluyendo al clásico “No Puedo Vivir Sin Ti”, de Puerto Seguro. Cerró el tema bien arriba con Fila 9 Ft Miqueas Veliz con la versión bien rockera de Él nos Ama. 

Devoción comprometida y comunidad: El llamado de la Iglesia

En la iglesia, no se trata solo de tener una relación personal con Dios, sino de construir una comunidad sólida donde el amor, la devoción y el compromiso sean el fundamento. La devoción sin compromiso es una relación espiritual incompleta, y la comunidad cristiana debe reflejar ambos aspectos de manera equilibrada para caminar juntos en el propósito que Dios tiene para nosotros.

En la iglesia, no se trata solo de tener una relación personal con Dios, sino de construir una comunidad sólida donde el amor, la devoción y el compromiso sean el fundamento. La devoción sin compromiso es una relación espiritual incompleta, y la comunidad cristiana debe reflejar ambos aspectos de manera equilibrada para caminar juntos en el propósito que Dios tiene para nosotros.

“La devoción y el compromiso van de la mano, pues devoción sin compromiso es una prostitución espiritual, es una relación con Dios que literalmente prostituye a la iglesia. Si no hay compromiso no hay libertad, ni relación, ni vínculo.”

Esta afirmación resuena profundamente en la iglesia actual. Como cristianos, a menudo podemos caer en el error de enfocarnos solo en la devoción personal, orar y asistir a reuniones, pero sin un compromiso tangible con nuestros hermanos en Cristo o con nuestra misión en el mundo. Para que la comunidad florezca, la devoción debe ser acompañada por un compromiso activo de servicio y entrega.

La historia de Rut es un ejemplo clave de lo que significa vivir una devoción comprometida. Ella no solo tenía una profunda devoción hacia Dios y su suegra Noemí, sino que también asumió la responsabilidad de trabajar incansablemente, aún en circunstancias adversas. Rut se levantaba temprano cada mañana para recolectar espigas y cuidar de Noemí, mostrando un compromiso tangible con lo que estaba en sus manos.

“Rut es devota, pero también se levanta a las seis de la mañana, va al campo, levanta la espiga, multiplica lo que tiene, trabaja, se para en el refugio, es entendida en los tiempos, tiene un compromiso. ¿Con qué? Con lo que tiene en la mano, con lo que está cercano, con aquello que le queda, con los trozos de la vida que le quedan.”

Esta imagen de Rut trabajando fielmente no solo es una lección de devoción y compromiso individual, sino también un llamado a toda la iglesia para vivir en comunidad. En un tiempo de caos, violencia y destrucción, como el que enfrentamos hoy, la gente no busca templos o rituales vacíos, sino una comunidad donde puedan refugiarse y caminar juntos en el propósito de Dios.

“Más que un templo y liturgia necesitamos una comunidad que se llame Centro de Alabanza, donde la gente esté en grupos pequeños y comparta con los otros, donde el pastor no puede llegar a todos. Porque no se trata de un hombre arriba de una plataforma, sino de cómo todos construimos el reino de los Cielos.”

Este tipo de comunidad no se forma de manera pasiva, requiere de todos los miembros un compromiso real. Es un esfuerzo colectivo de construir relaciones basadas en el amor de Cristo, en donde todos se preocupan unos por otros, donde cada uno tiene un rol y una misión.

Además, este compromiso no es algo que podamos hacer por un tiempo limitado o en función de nuestras emociones. Se trata de una decisión consciente de vivir en comunión con los demás, asumiendo el riesgo de caminar juntos, incluso cuando las circunstancias sean difíciles.

“Cuando tomamos las decisiones correctas, Dios está detrás. Por eso, el compromiso produce algo en el corazón de Dios, un compromiso real, concreto, de sumar a la devoción y el esfuerzo.”

La iglesia necesita ser ese refugio, un lugar donde las personas encuentren identidad, propósito y amor verdadero. Tal como Rut halló refugio bajo las alas del Todopoderoso, la comunidad cristiana debe ser ese lugar seguro donde el amor y la gracia de Dios son evidentes en el día a día.

“Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste.”
(Rut 2:12)

Así como Rut encontró un nuevo futuro al comprometerse con su familia y comunidad, también nosotros, como iglesia, encontraremos plenitud en Cristo cuando combinemos devoción y compromiso en nuestras vidas. En estos tiempos de incertidumbre, necesitamos recordar que Dios ve nuestro esfuerzo y compromiso, y que siempre hay un plan mayor cuando decidimos caminar juntos en su voluntad.

Una nota inspirada en https://cdarawson.com/el-refugio/ 

Un pastor sordo recorre Asia en su bicicleta para evangelizar a los pobres

Aktash (su seudónimo) es un evangelista de origen musulmán en Asia Central que ha superado innumerables adversidades desde su niñez. Nació sordo en una sociedad que considera esta condición una “maldición de Alá”, enfrentándose al rechazo tanto familiar como social.

Aktash (su seudónimo) es un evangelista de origen musulmán en Asia Central que ha superado innumerables adversidades desde su niñez. Nació sordo en una sociedad que considera esta condición una “maldición de Alá”, enfrentándose al rechazo tanto familiar como social. 

Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando conoció a un cristiano sordo que le compartió el mensaje de Jesús. Este encuentro no solo transformó su vida espiritual, sino que también le devolvió la audición. Aceptar a Cristo le brindó una nueva perspectiva y despertó en él el deseo de llevar amor y esperanza a otras personas sordas marginadas, ofreciéndoles la aceptación que él mismo anhelaba.

La empatía de Aktash por los sordos nace de su experiencia personal de aislamiento. “Mis padres nunca me mostraron afecto ni intentaron aprender el lenguaje de señas para comunicarse conmigo”, recuerda. 

Esa soledad lo impulsó a buscar una conexión más profunda, y cuatro años después de unirse a una comunidad cristiana para sordos, aceptó a Jesús. Desde entonces, su vida ha sido transformada: abandonó hábitos destructivos y creció en su fe, sintiéndose llamado a compartir el evangelio con otros sordos que, como él, necesitaban conocer el amor de Cristo.

Hoy, Aktash es un evangelista comprometido, consciente de los peligros que enfrenta en Asia Central, donde compartir la fe está estrictamente prohibido y puede ser castigado. A pesar de las amenazas de arresto, afirma: “Dios no me dejará, porque estoy haciendo Su obra”. 

Con una bicicleta que considera un regalo de Dios, recorre largas distancias para llevar un mensaje de esperanza y salvación a personas sordas en áreas remotas. “Los sordos tienen sed de la palabra de Dios y, a pesar de los riesgos, yo hago Su obra”, declara con convicción.

La provisión de Dios es evidente en la vida de Aktash y su familia. Aunque pasa semanas fuera de casa, confía plenamente en que Dios cuida de sus hijos y satisface sus necesidades, siendo testigo de milagros cotidianos que le confirman la fidelidad divina.

Según Puertas Abiertas, su historia refleja un impacto profundo en una región donde unas 800.000 personas sordas enfrentan retos sociales y económicos significativos. Gracias a donaciones, muchos cristianos sordos han aprendido a leer, escribir y comunicarse en lengua de señas, lo que les ha permitido transformar sus vidas y vislumbrar un futuro lleno de nuevas oportunidades.

¿Cómo seguir a Jesús?

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Seguir a Cristo

Las preguntas que constantemente solemos hacer: ¿Cómo seguir a Jesús? ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo vivir para él? ¿Cómo se logra esto en el siglo XXI?

Quizás cambiaron las modas y las tendencias, ya que hoy hay un exceso de alcance a la información. Estamos viviendo adelantos tecnológicos como nunca antes; el desarrollo de la vida social no es el mismo que en siglos anteriores. Puede que las formas hayan cambiado, al igual que el envase y las etiquetas, pero la esencia de la naturaleza humana sigue siendo la misma que hace dos mil años atrás, e incluso desde el jardín del Edén, cuando Adán y Eva quisieron vivir a su manera.

El problema sigue siendo igual: la naturaleza caída, el pecado que mora en mí.

Veamos qué nos dice la Biblia acerca de los primeros seguidores de Jesús:

I. ¿Por qué algunos lo siguieron y otros no?

A. Los que sí le siguieron:

«Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.» (Marcos 1:16-20)

«Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.» (Lucas 5:27-28)

B. Los que no le siguieron:

«Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.» (Lucas 9:57-62)

«Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.» (Lucas 18:18-23)

C. ¿Por qué no le siguieron?

La multitud seguía a Jesús, no porque creían en sus palabras, sino porque «comieron pan y se saciaron.» (Juan 6:24-28)

Jesús les ofrecía vida eterna, pero ellos solo buscaban lo temporal. No entendían que Dios se había hecho carne para establecer su Reino en los corazones y saldar las deudas espirituales.

D. ¿Por qué sí le siguieron?

«Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» (Juan 6:67-68)

«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.» (Lucas 9:23-25)

Solo un pequeño grupo, un remanente fiel, decidió seguirlo y permanecer en sus palabras.

Los discípulos aún no entendían todo; intentaban a través de sus propios esfuerzos, pero un día el velo sería rasgado.

En la serie The Chosen, Mateo expresa esta verdad al decir: “Una cosa solo sé, que tengo que seguirlo a Él”.

Así era la vida de los discípulos: ¿a dónde podían ir si habían hallado al Mesías?

II. La prueba crucial del seguimiento

«Mujer, he ahí tu hijo.» (Juan 19:25-26)

Los discípulos, que alguna vez dijeron “¿A dónde iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna”, ahora huían. Judas lo vendió, Pedro lo negó, los demás se escondieron.

¿Por qué cuesta tanto seguir a Cristo?

«Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.» (Mateo 7:13-14)

Seguir a Cristo es imposible cuando no hay cruz. Los discípulos del primer siglo fracasaron porque el velo aún no había sido rasgado.

Solo es posible seguir a Cristo después de la cruz.

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.» (Gálatas 2:20)

Después de la cruz hay resurrección. Cristo ahora habita en nosotros, como quedó sellado el día de Pentecostés: “todos fueron llenos del Espíritu Santo.”

III. La cruz atrae a nuevos seguidores

«Bienaventurados los que creen sin haber visto.» (Juan 20:29)

El testimonio de los apóstoles permitió que muchos conocieran a Cristo sin haberlo visto con sus ojos físicos. Ejemplos de esto son Timoteo, Tito, Silas, Priscila y Aquila.

IV. La cruz transforma a los seguidores en cristianos

«A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.» (Hechos 11:26)

En el año 50 d.C., en Antioquía, los seguidores de Cristo empezaron a ser llamados “cristianos”. Era evidente que Cristo vivía en ellos: andaban como Él, hablaban como Él, amaban como Él.

Ser cristiano es «ser carta leída»; somos llamados a manifestar a Cristo. Obedecer a Dios no es negociar con Él, sino vivir en plenitud su vida en nosotros.El evangelio no es una lista de doctrinas, sino la misma vida de Dios. Seguir a Cristo es manifestar lo que ya somos: sus hijos y portadores de su gloria.

La figura del Real Madrid y su esposa fueron bautizados en una iglesia en España

El jugador del Real Madrid, Endrick, y su esposa, la modelo Gabriely Miranda, celebraron un significativo hito en su fe cristiana al ser bautizados en la Iglesia Lagoinha Madrid, en España.

El jugador del Real Madrid, Endrick, y su esposa, la modelo Gabriely Miranda, celebraron un significativo hito en su fe cristiana al ser bautizados en la Iglesia Lagoinha Madrid, en España. 

La ceremonia tuvo lugar en una piscina, rodeados de amigos y miembros de la comunidad cristiana, quienes compartieron el emotivo momento.

En un video publicado el pasado miércoles (30) en Instagram, la pareja expresó su alegría y compromiso en la decisión de seguir a Cristo, describiendo el bautismo como un «renacimiento» y citando Hechos 2:38: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para el perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”. 

Ambos vistieron sudaderas con la frase “Yo nací de nuevo”, simbolizando su renovación espiritual.

La Iglesia Lagoinha Madrid compartió la celebración en sus redes sociales, resaltando la obra de Dios en la vida de los deportistas y sus familias en toda Europa, y subrayando la importancia de los testimonios públicos de fe. 

Gabriely, quien suele compartir momentos devocionales junto a su esposo, refuerza el camino cristiano de la pareja.

Endrick, de 18 años, y Gabriely, de 21, se casaron hace apenas dos meses, y su compromiso con la fe y la vida familiar continúa inspirando a sus seguidores.

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