Pablo Larrañaga es un joven artista plástico internacional, orador y autor. Tiene 34 años, y una multipremiada carrera en pintura, también en dibujo, pintura mural, poesía ilustrada, fotografía y literatura.

Hay obras de su autoría en colecciones privadas de América y Europa; además, su obra fue seleccionada para ser expuesta en Garboushian Art Gallery, en Beverly Hills, California.

También es autor del libro Artista y ¡¿cristiano?! (dentro de los 10 libros más vendidos en Miami, EE. UU en 2016). Es una persona de muchas facetas, pero todas están orientadas a transmitir por medio de ellas el amor de Jesús. Es presidente de la Fundación Pablo Larrañaga, organización sin fines de lucro que asiste a niños en lugares de pobreza extrema, comedores y hogares infantiles.

LC: Bueno, nunca te detienes; haces de todo, e incluso recientemente finalizó el 12° Congreso ART. Increíble que realmente lo hayas organizado tantas veces ¿Cómo vives cada uno de ellos a lo largo del tiempo?

PL: Sí, es así. Fueron doce veces increíbles; incluso lo hemos hecho en diferentes lugares, así como en San Martín de los Andes, en Tucumán, en Capital Federal la mayoría de las veces en Palermo porque es una zona súper artística y de murales, entonces para salir y hacer las intervenciones al aire libre es ideal. Pero estos últimos dos años fue de forma virtual.

LC: ¿Es siempre anual o realizas más de un congreso al año?

PL: Siempre anual, y se ha formado también una gran familia, vemos los frutos, de hecho. Aunque ahora esté de moda la palabra, es un congreso súper “inclusivo” ya que no solo participa gente cristiana, tal vez el 90% sí lo es, y es lindo ver que esa misma gente se involucra en participar año tras año. 

LC: Incluso pienso que en esos momentos cuando podía realizarse al aire libre, la gente que pasaba también se acercaba a ver, ¿o no?

PL: Claro, teníamos parte dentro de un auditorio, y otras partes prácticas, que eran de expresión, pero también con la misión de que la gente se encuentre un mensaje de parte de Dios, en la vía pública, en la calle, en murales, o al hacer un paseo artístico de gente pintando en vivo, que pasen mientras están disfrutando una tarde de sol, y que se encuentren con algo profético, inesperado; me encanta eso.

LC: ¿Cómo fue la contracara con la virtualidad?

PL: Fue muy diferente porque le quitó toda la parte práctica de salir y hacer. 

Pero al mismo tiempo tuvo la posibilidad de apuntar no solo al artista sino también a su familia ya que desde la casa era algo que toda la familia podía ver. Lo hicimos más amplio para que no solo el interesado en el arte pueda disfrutar sino para que la familia siga apoyando, colaborando con sus familiares artistas y los entiendan más. Que también sepan que no hace falta ser un artista para tener una vida creativa, que uno puede hacer lo cotidiano de una forma única y diferente y que eso transmita algo, le dé un propósito y a la vez se disfrute. 

LC: Es bastante amplio todo lo que abarca.

P: Se volvió amplio ahora, en la virtualidad. Antes solo era para artes plásticas o artes visuales; pero ahora se sumó crypto art, o la parte digital que antes no la teníamos en cuenta o no profundizábamos tanto porque había que salir a la acción, a la calle. También podemos abordar la parte creativa en relación a la música, a la poesía, y cómo las diferentes disciplinas se mezclan, entonces uno de los talleres fue Intertextualidad Artística, que tiene que ver con muchas disciplinas apuntando hacia un mismo lado juntas.

LC: Las personas que están a cargo de los distintos talleres, ¿se acercan para poder unirse a tu congreso como docentes, o las convocas vos en su totalidad?

PL: En realidad lo elijo (o lo elegimos, ya que es algo que nació desde mi familia), muchas veces conocemos personas y vamos anotando a quienes por su historia podrían dar talleres específicos, según su experiencia, no se trata de un taller donde se diga “debería evangelizar a través del arte”, eso lo damos por sentado. Se trata más bien de ir al tema con las herramientas del arte. 

Es por eso que incluso participan talleristas que no son cristianos, pero que en su disciplina artística son súper grosos, pero a su vez me conocen a mí y saben que soy cristiano, que los que estamos ahí somos cristianos, y que muchas veces hasta se realiza el congreso en una iglesia. Es mi forma de que ellos escuchen el mensaje, porque van a convivir uno, dos o tres días con gente cristiana, y es una experiencia muy diferente para ellos. 

Muchos tienen una espiritualidad, muy distinta a la nuestra, pero por ignorancia; cuando conocen nuestra espiritualidad, en general, les encanta. Ven un panorama de colaboración y hermandad entre los artistas creyentes distinto a lo que se suele ver en otros lados, que es más de competencia entre los artistas; entonces es mi forma de alcanzar a la gente que se suma al congreso y también a los talleristas.

LC: Algo que mencionas respecto del “apoyo al artista, y de entenderlo” sucede cuando surge un artista en la familia; la primera reacción es mirarlo raro o preocuparse ¿por qué crees que esto ocurre?, cuando incluso hoy en día hay muchos artistas digitales, influencers, youtubers que invierten su vida en las redes y lo hacen su medio de vida, ¿no debería estar más naturalizado?

PL: En un país como Argentina, donde nada es demasiado seguro en la economía, se ha visto en diferentes crisis que personas con oficios tal vez más a lo seguro terminaban sin trabajo, o debían sumar otra actividad porque eso no les rendía; en un panorama donde nada es demasiado seguro, por lo menos hacé algo que disfrutes. 

Por otro lado, yo creo que el Padre de las luces, como dice la Biblia, es el dador de todo buen don. Entonces, cómo Él no va a apoyar, o va a proveer para algo que él mismo dio. Más si lo encaramos con un propósito. 

Muchos jóvenes se enfrentan a este tema de que sus padres no los apoyan; pero el Padre del cielo sí lo hace, y a través del congreso venimos generando una comunidad de contención, que no solo pasa por nosotros, sino por la unión que se genera entre los participantes para acompañarnos en el proceso.

Larrañaga Art no es solo por mí, es porque detrás de eso hay toda una familia que acompaña y respalda. Hemos hablado con padres que han venido con este temor, y la realidad es que es una aventura. No es como trabajar en una empresa, en el arte no hay un mapa marcado, hay que ser valiente.

Muchos comparten su actividad artística con el trabajo convencional, pero fluye naturalmente, usualmente la gente estudia carreras por mandato familiar, las carreras artísticas usualmente son por elección, y lo mejor es no sufrir el proceso. 

LC: Mencionaste algo sobre la “espiritualidad” de aquellos que van al congreso y que no son precisamente cristianos, y a la vez en tu libro Artista y ¡¿cristiano?! hablas de este tema también, como si fueran cosas que no son compatibles, que no pueden ir de la mano. ¿Por qué?

PL: Esto mismo que vos preguntás, yo también lo pregunté. E incluso fue un título propuesto por la editorial, ya que hay mucha gente que tiene estas ideas como algo separado, aunque para mí no era así. Pero a mucha gente le parece que no es de Dios, para mí nunca fue un punto de conflicto. Cuando gané mi primer concurso, a los catorce años, lo hice con una obra que se llamaba “Me duele” y reflejaba el dolor de Dios por las cosas que ocurrían en la sociedad, yo quería expresar que Él no es indiferente al sufrimiento de la gente. Estamos para demostrar que son características que pueden convivir tranquilamente.

LC: ¿Y qué tipo de espiritualidad manejan los artistas no cristianos?

PL: Hay mucho de lo que es nueva era, budismo, ocultistas (muchísimos), incluso masones.

LC: Incluso sin ir a la religión está el artista que usa la marihuana como potenciador de su creatividad; son estereotipos sobre el artista con los cuales habrás tenido que lidiar, ¿es así?

PL: Sí, es cierto, tuve que lidiar con eso. El ejemplo y la constancia en la disciplina hablas por sí mismos. Ellos ven todo eso, y saben que no juego al cristiano; es mi identidad como artista, y ellos lo respetan.

Mi desafío más grande es que se enamoren tanto de Jesús para dejar todo eso que ellos ya creen.

LC: Tus obras han llegado al público internacional, ¿qué significa para vos haber podido atravesar esas fronteras?

PL: Yo siempre pinto sobre Jesús, busco predicar a través de la obra, para mí es parte de un legado que dejó, ya que la obra sigue hablando de Él aunque yo no esté allí.

LC: ¿De qué manera pensás que afecta el arte a la vida de las personas?; hablando de una persona que está totalmente ajena al arte en sí mismo, hablando del espectador común.

PL: Es hermosa la pregunta, la verdad, y te explico por qué: parte de la respuesta es que ellos también se den cuenta de esto. Muchísima gente entra a un supermercado o a algún lugar donde suena música, y no son conscientes de eso porque están pensando en lo que tienen que hacer, tal vez se fueron y nunca se dieron cuenta de que había música sonando o una pintura colgada. 

Pienso que todos están acompañados por el arte consciente e inconscientemente, y eso que ven u oyen los influye para bien o para mal. La música tiene el poder de deprimirte o de alegrarte, una pintura puede conmoverte, alegrarte o entristecerte. 

Darse cuenta del arte alrededor y ser conscientes del impacto que provoca en nuestra vida. Las personas son atravesadas por aquello que producimos en el arte. Una sala de espera médica con un cuadro que transmite paz, hace la diferencia.

El anhelo por seguir siendo de motivación a los artistas a pesar de la pandemia, ser catalizador de oportunidades y situaciones artísticas para que otros vivan el propósito de Dios en sus vidas y en el arte, es parte del leitmotiv que impulsa a este artista a seguir adelante con sus proyectos. Puedes conocer más sobre él en sus redes sociales.

Periodista. Cofundadora de Duck Movies. En 2010 se avocó a la conducción radial y televisiva. Interés por el ámbito musical .Entrevistas a grandes artistas locales e internacionales. Fue responsable de Prensa y Difusión de Corto Plazo. Actualmente estudia Producción Audiovisual en la Universidad Nacional De Arte (UNA).