El fundador de la iglesia Centro Familiar Cristiano, en Eldorado, Misiones, vivió una experiencia impactante. Ante el peor de los diagnósticos, Cristo mostró su poder y sorprendió a los médicos
El lunes su hijo David Decena compartió a través de un post en su cuenta de Instagram un relato que tituló “Jesús sanó a mi viejo de cáncer”, en donde contó la historia de su padre después de haberse realizado una extracción el año pasado de lo que consideraban un lipoma, del tamaño de una aceituna, en la glándula salival que meses después fue identificado como un tumor maligno.
Guillermo y Graciela Decena contaron en su culto del día domingo, junto a su congregación con más detalles como inició este problema de salud que padecía el pastor, producto de una intervención odontológica 5 años atrás. Con un bulto dentro de su boca que crecía más y más, hasta que el pastor decena decidió consultar a un profesional sobre el asunto.
“En otras palabras: no era un simple adenoma, sino más bien un carcinoma. Dicho en criollo, cáncer”, expresa su hijo David. Lo que le siguió a eso fue que le hablaron acerca de una operación inmediata y de mayor complejidad. “La operación consistía en extender los márgenes en donde habían extraído el tumor, porque por las muestras estaban absolutamente convencidos de que aún quedaban células cancerígenas en el sitio, y quizás más allá”, relató David.
La respuesta del pastor Guillermo al enterarse de la noticia fue de una fe genuina e inocente: “Yo no lo creo, porque creo en un Dios de milagros “. Aún así la intervención quirúrgica era la única manera de comprobarlo. “Desde ahí, como familia, comenzamos una batalla de fe unidos. Todos los días clamamos desde la victoria, seguros que Jesús ya se había llevado ese cáncer en la cruz. Ayunamos, oramos, y reclamamos las promesas que Dios nos había dado, convencidos de la victoria.
"Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados". Isaías 53:5 NVI
Los ataques del enemigo en la mente fueron constantes, pero nuestros contraataques fueron aún más feroces. Nuestra oración diaria fue, ‘en la operación buscarán el tumor pero no encontrarán'», posteó David.
El panorama era “todo negativo”, “todo maligno”, afirmó el pastor y agregó que para los médicos no había esperanza. Pero lo que continuó fue sobrenatural, según los pastores, ya que el día en que el pastor Guillermo ingresó al quirófano aseguró sentir una paz inexplicable. Luego de una hora de espera, sintió que el médico se acercó y le dio una gran noticia, no había enfermedad. Después de varios estudios que confirmaron la ausencia de cáncer llegó el informe que aseguraba que Guillermo Decena estaba totalmente sano.
El pastor habló en exclusiva con nuestro medio y nos compartió acerca de cómo vivió esta prueba en este tiempo.
“Hay gente que solo se queda con la palabra de los médicos y toma la palabra de un ser humano, con toda la buena intención profesional que puedan tener, pero eso toma un lugar que no le corresponde, porque Dios tiene que estar sobre todas las cosas, encima de toda palabra y ser humano”, compartió Decena.
“Personalmente me mostró muchas cosas interesantes y profundas que antes no había visto, no había comprendido. Fundamentalmente la necesidad de la fe real, de la fe de tomar la palabra y hacerla carne y llevarla en el corazón, en la mente, en el espíritu, en la boca, en el oído, y llevar la palabra en todos lados, porque de esta manera tenemos que crecer en la fe” añadió el predicador.
“Deseo que esto pueda ayudar a que mucha gente tome conciencia de eso, porque sin fe es imposible que veamos grandes cosas, grandes obras de Dios, grandes milagros”, compartió.
“Para el Señor no hay nada imposible y eso tiene que ser nuestra fe. Hay muchos cristianos por ahí, si bien es cierto creen en Cristo y tienen fe en el Señor, pero deben crecer en la fe de que para Dios no hay nada imposible, por más que la enfermedad sea aparentemente irreversible, aparentemente mortal, terminal, incierto. Y bueno, realmente, realmente vivimos de la mano de Dios y sentimos la presencia del Señor también”, expresó Guillermo Decena
El pastor también comentó que era constantemente atacado por el diablo en su mente, ataca la mente “el enemigo juega con ideas, con pensamientos, con imágenes, hasta usa la palabra de Dios, que usa la palabra de Dios.”, describe Decena, “El Maligno me decía, ‘mejor el morir, porque el morir es ganancia’ yo siempre le respondía con la palabra y le decía ‘no moriré, sino que viviré para contar las obras del Señor’”
La familia Decena se unió en oración y adoración en este tiempo de prueba y como modelo de Cristo acompañaron al pastor en todo este proceso en el que decidió pararse firme en la fe y hoy en día usan esta victoria de Cristo para comunicar el evangelio, bendecir, y alentar al cuerpo de Cristo a creer en un Dios que tiene el poder de cambiar cualquier diagnóstico por más desalentador que sea.