Desde los estudios de La Corriente pudimos conversar con Luis Morales, uno de los miembros principales y fundadores de la banda. Dialogamos acerca del último y reciente lanzamiento del álbum «Dios En Casa». La conversación pasó por temas como la importancia de la familia unida en adoración, una interesante comparación entre el adorador como el barro y Cristo como el alfarero, que concluyó con un mensaje para todos aquellos que necesitan volver a Cristo o, como se dijo en la entrevista, volver a casa.
Cristo en casa
La Corriente: ¿Cómo se logra que toda la familia sirva y adore unida en Cristo?
Luis Morales: Nosotros somos el fruto de muchas promesas que Dios le hizo a mis padres. Cuando mi papá vino a los caminos del Señor, definitivamente fue una decisión que cambió el destino de su generación. Y entonces el Señor le prometió muchas cosas.
Mi padre le pidió muchas cosas también y en una de ellas le dijo “si tú me das una familia, yo quiero que te sirvan y que estén dedicados a ti”. Crecimos en la iglesia, nacimos en un hogar lleno del favor de Dios, de la presencia de Dios, quizá con muchas limitaciones materiales o como puedas llamarlo, pero nunca nos faltó un abrazo, el cariño y sobre todo la guía de nuestros padres en los caminos del Señor. Entonces no te hablo de un hogar perfecto, no te hablo de un hogar sin problemas ni nada, te hablo de un hogar que en medio de situaciones difíciles, de errores, de problemas y todo, seguíamos adelante.
Veíamos a mis padres doblar rodillas, veíamos a mis padres servir en la iglesia y eso fue por muchos años, nuestra niñez, nuestra adolescencia, nuestra juventud y hasta el día de hoy. Y creo que sencillamente hemos abrazado el hecho de lo que mis padres nos inculcaron desde pequeños, no como un requisito, sino porque sencillamente amamos al Señor, porque se nos ha revelado quién es Jesús para nosotros.
Generaciones
L.M: Yo he entendido que el Señor es un Dios de generaciones, es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. La obra de Dios no se limita a una generación, es un Dios de generaciones. Y eso es lo que nosotros hemos entendido para aquellas personas que están dispuestas y que también quieren pagar el precio por hacerlo. Es decir, lo que dijo Josué: “ustedes, yo no sé qué decisiones van a tomar, pero yo y mi casa serviremos al Señor”.
Y eso es tan importante de decirle: “Señor, te entrego a mis hijos, te entrego mis generaciones. Aun los que están solteros. Mira qué importante que es desde un principio decirle “Señor, yo hago un pacto contigo. Mi vida te pertenece a ti, te voy a servir el resto de mis días. Y lo mismo harán mis hijos”, y entonces ponerlos en el altar del Señor. Ellos van a tener su propio encuentro con el Señor, van a tener su propio llamado con el Señor pero a los padres nos toca hacer una tarea, hay una responsabilidad que nosotros tenemos que hacer. Entonces eso creo yo, que ha sido lo que nosotros hemos vivido con Miel San Marcos, porque mis padres sirven al Señor y de hecho no sé si algunos son observadores, pero en algunos de nuestros videos ser pueden ver tres generaciones.
Están nuestros hijos, estamos nosotros en medio, pero están nuestros padres también. Todos juntos en la tarima. Te soy honesto, mis papás están cantando, adorando y a veces no se saben las canciones y están preocupados; dicen “no me sé esta”, y yo les digo que no es tan importante saber, es más importante el hecho de que ellos estén aquí con nosotros, que es esa la autoridad que Dios les ha dado, el que estén aquí, y eso nos ha bendecido tanto.
El alfarero
L.C.: ¿Qué pensás que Dios busca de un adorador?
L.M: Mira, la verdad es que Dios busca el corazón. Dios está viendo el más íntimo corazón, la profundidad de nuestro ser, los pensamientos. Por eso el salmista decía “examíname y mira lo que hay en mi interior”, y es exponer nuestro corazón delante del Señor, porque Él lo conoce. Nosotros no podemos aparentar delante de Dios absolutamente nada, porque delante de Él están expuestas todas nuestras situaciones, todo lo que somos, lo que hacemos, lo que vivimos, lo que sentimos. Pero Dios quiere que nosotros podamos expresárselo, que podamos correr a Él y decirle “Señor, aquí estoy”.
Eso significa humildad, eso significa reconocer que Él es el alfarero y que yo soy el barro. No puedo decirle al alfarero “mira, hazme así”, no. El alfarero sabe lo que está haciendo, pero es importante que nosotros reconozcamos que somos el barro, porque ahí como barro es que vamos a poder ser moldeados.
Así lo dice Jeremías, que fue a la casa, lo dejaron en una misión a la casa del alfarero, y él vio que estaba trabajando sobre la rueda haciendo una vasija y la vasija se echó a perder.
Me gusta tanto porque dice que se echaba a perder, pero como estaba en las manos del alfarero él la tomaba y la volvía a hacer como él quería, y eso es tan importante. Yo creo que el Señor está buscando adoradores que se dejen moldear, adoradores que reconozcan que son barro en sus manos y que están al servicio de Él. Entonces eso es tan importante.
Volver a casa
L.C.: ¿Qué les dirías a esas personas que todavía no pueden o no han llegado a conocer al Padre?
L.M: Les diría lo que cantamos nosotros en este álbum: «en la casa de mi Padre hay espacio para ti» y esa canción de júbilo realmente la escribimos pensando en la parábola del padre amoroso, el padre misericordioso o el hijo pródigo, Lucas 15.
El hijo se va lejos de la casa del padre, se malgasta toda la herencia y cuando está lejos se queda sin nada. Pero el padre siempre lo estuvo esperando, aunque en esta oportunidad, mira qué interesante, el padre no fue a buscarlo, se quedó en casa esperándolo. Lo mismo les digo, quizás te malgastaste tu herencia, quizá malgastaste tus años, quizá malgastaste los regalos hermosos que Dios te dio, pero es tiempo de volver a casa. El Padre quizá no te está buscando, pero está tocando tu corazón diciéndote “te estoy esperando”. Y esta canción, «Júbilo», se hizo pensando en la fiesta que el Padre hace en honor a los hijos que regresan a casa.
Y por eso decimos que hay júbilo, hay danzas, celebración, alegría. Es un nuevo día. ¿Qué te quiero decir con esto? Para las personas que se alejaron es tiempo de volver, ya no es tiempo de mirar atrás los errores ni los fracasos. Si tú te arrepientes de corazón, confiesas tu pecado, te apartas y vuelves a los caminos del Señor, tienes una nueva oportunidad. El Señor te dice «ni yo te condeno», te dice «vete y no peques más», es decir, bienvenido a casa.
Hay una nueva oportunidad para ti, hay un nuevo día para ti, y ese es un regalo que tenemos todos. Pero todo empieza con una decisión, con decir «Señor, yo renuncio a esta vida de pecado y hoy me acerco y me entrego a ti, dame la vida eterna». Y el Señor te da esa nueva oportunidad. Permanece en Él, vive para Él siempre.
Más de la vida de Miel San Marcos
La banda se fundó en el año 2000 con los tres hermanos, Josh, Luis y Samy Morales, en la ciudad de San Marcos, Guatemala. El nombre «Miel» se deriva de las iniciales de Elim Ministries, el nombre inicial de la iglesia Tabernáculo de Avivamiento, y San Marcos, por el departamento en el que se encuentra situada. Realizaron presentaciones y tours por todo el mundo, convirtiéndose en una de las bandas más trascendentes en el mover contemporáneo de la alabanza y la adoración.
Los temas de Miel San Marcos recorren países a través de los múltiples éxitos originales, tales como: “Levántate Señor”, “Proezas”, “Invencible”, “Agradecido”, “Yo creo”, “Eres Dios”, “El gozo del Señor”, “Tu presencia”, “Jehová de los Ejércitos”, “Grande y Fuerte”, y “Anhelo más de Ti”, entre muchos más.
A lo largo de toda su carrera compartieron colaboraciones con otros artistas de gran trayectoria como Marco Barrientos, Christine D’Clario, Julio Melgar, Coalo Zamorano, Juan Carlos Alvarado, Fernel Monroy, Tony Pérez y Ovidio Barrios, entre muchos otros.
Como banda expresan la importancia de la familia, incluyendo a sus padres, esposas, hijos y sobrinos en el proyecto musical y este sentir convoca a personas de todas las edades a participar de sus shows en vivo.