Un centro médico brinda una alternativa diferente a mujeres con embarazos no deseados.
El Prestonwood Pregnancy Center está ubicado en Dallas, Texas. Allí, a lo largo de sus 30 años de historia, su trabajó logró que decenas de miles de madres se decidieron a tener a sus bebés a través de la ayuda médica, la orientación y la educación que ofrecen. Además del esfuerzo profesional, el logro del sanatorio se basa a que está en una localización estratégica, frente a una clínica de Planned Parenthood, la multinacional más grande del mundo en la industria del aborto.
El centro sirve como un lugar de apoyo y contención emocional para las mujeres que se enfrentan a un problema tan desafiante como puede ser un embarazo no deseado. Donde otros no pierden la esperanza, esta institución ve una oportunidad de ayudar y compartir el mensaje de Jesús para salvar vidas. Solo en el último año, más de 400 personas aceptaron a Jesús como resultado de su ministerio.
Leanne Jamieson, directora ejecutiva del Prestonwood Pregnancy Center, cuenta que «cuando vemos a una joven o pareja entrar por la puerta de nuestro centro lo vemos como una cita divina en la que debemos ayudar a gente que suele estar destrozada y buscando esperanza». Una de las principales causas que lleva a los padres a atravesar esa dramática situación es la falta de información y acompañamiento, por lo que pone a muchas mujer consideran terminar voluntariamente con la vida de su hijo.
El sanatorio de Texas fue iniciado por la Iglesia Bautista Prestonwood, en la localidad de Plano, con el objetivo de que las mujeres conozcan todas sus opciones y comprendan que no están solas. “Le digo a nuestros voluntarios y a nuestro personal, si eres un buen oyente, entonces Dios te abrirá esa puerta”, comenta Jamieson.
El centro brinda acceso a sus servicios médicos sin costo alguno, incluyendo pruebas de embarazo, ecografía de confirmación de fecha de parto y apoyo psicológico para la futura madre. A través de la tarea que se desempeña, esta organización revela que hay un camino alternativo al del aborto, uno en el que estar cerca y prestar el oído a las necesidades de cada caso en particular se vuelven fundamentales para poder salvar vidas.