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Los beneficios de cultivar una vida de gratitud

La gratitud es un sentimiento y actitud de reconocimiento por algún beneficio que se ha recibido de alguien más, que nos lleva a expresar ese reconocimiento de alguna manera. Puede ser a través de palabras, gestos e incluso obsequios. Es decir que la gratitud además de reconocer, nos mueve a la acción. 

La gratitud es una virtud que se puede cultivar y trae beneficios para una misma y para nuestras relaciones interpersonales. El filósofo romano Cicerón dijo: «La gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás».

Desde la ciencia se han hecho estudios en el campo de la psicología y las neurociencias comprobando los beneficios en la salud física y emocional que produce la práctica de la gratitud. Mejora el bienestar general de las personas y la calidad del sueño. Disminuye la depresión, la ansiedad y la probabilidad de recurrir a adicciones. Produce una mayor satisfacción con la vida y se desarrolla más resiliencia. Además ayuda a aumentar la empatía y a disminuir el sentimiento de soledad.

El apóstol Pablo nos enseña: “Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses‬ 5:18 RVA.  O sea que “dar gracias”, es decir, ser una persona agradecida y cultivar una vida de gratitud entonces es bueno, agradable y perfecto a los ojos de Dios.

Desarrollar una actitud de gratitud implica que nuestra mente se oriente a pensar y reconocer las cosas buenas que nos pasan y que tenemos. Al ejercitarla nuestros pensamientos se enfocarán más en lo positivo, lo que producirá un cambio en nuestro estado de ánimo. No se trata de un optimismo ingenuo o de negar las cosas malas que nos pasan, sino de elegir hacer foco en lo que es bueno, en lo que Jesús hace en nosotros.

No olvidemos que el pensamiento que permitamos que prime en nuestra mente determinará nuestro estado de ánimo, nuestras acciones, reacciones y palabras; en consecuencia, nuestra calidad de vida.

¡Tenemos tanto que agradecer! Detente a pensar un momento y seguí el consejo del salmista: “Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí”.  Salmo 103:2 NTV. 

Hacé el ejercicio de traer a tu memoria las bendiciones que disfrutas en tu vida —desde los detalles más pequeños a las cosas más grandes—, reorienta así el flujo de tus pensamientos hacia lo bueno y comprobá cómo son transformadas tus emociones. 

Experimentá el bienestar que produce tener un estilo de vida de gratitud y la fortaleza que recibís para enfrentar los desafíos que se te presentan en la vida. Porque cuando recuerdo lo que Dios ya ha hecho por mí, puedo tener la seguridad de que seguirá obrando a mi favor en lo que venga por delante. 

Practicar el ser agradecidas también trae beneficios en nuestras relaciones con los demás. Una de las primeras cosas que les enseñamos a los niños es a dar las gracias. “Decile gracias a…” solemos decirles y está muy bien. Es algo que a medida que crecemos no debemos olvidar.

Pensá qué te produce cuando recibís un agradecimiento de alguien. Es agradable ¿verdad? Si bien recibir gratitud no debe ser nuestra motivación para hacer las cosas, se siente bien y nos predispone positivamente. Es decir, que cada vez que expresamos gratitud a alguien le estamos haciendo sentir esa sensación —que nos gusta para nosotras— y lo estamos motivando. 

Como vimos al principio, la gratitud se puede demostrar a través de palabras, gestos u obsequios. Así  que nos podemos poner bien creativas. 

Desde un saludo con la mano al conductor que te cedió el paso en el tránsito, un “muchas gracias, muy amable” a un desconocido que nos sostuvo la puerta para entrar a un comercio. O una notita de agradecimiento a una compañera que te ayudó con alguna tarea. Un chocolate para demostrar gratitud a esa amiga de fierro o algún detalle para tu esposo o algún familiar. 

¡Las posibilidades son muchísimas! No te limites, animate a que la gratitud sea una práctica continua en tu día a día, comienza a disfrutar los beneficios en tu vida, en tus relaciones y conviértete en un agente que inspire a otros a cultivar una vida de gratitud.

Mariana Maillet
Mariana Maillet
Líder en el área de Enseñanza en la Iglesia Vida Sobrenatural en la ciudad de la Plata, Argentina. Es ingeniera en sistemas de información y autora del libro: ¿Qué tienes en tu mano? Administradores de recursos ilimitados.

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