Existe un mundo espiritual tan real, o más, que el que vemos con nuestros ojos naturales.
Todo acto creativo expresa algo invisible. Una idea, un sentimiento, un recuerdo, un deseo. Todo lo que vemos fue creado de lo que no se ve. Al crear, una o un grupo de personas, invita a los espectadores a adentrarse a un lugar que ellos vieron primero y luego materializaron, ya sea mediante una serie, video, canción o pintura.
Por eso siempre debemos tener presente que existe un mundo espiritual tan real, o más, que el que vemos con nuestros ojos naturales, al que todos los seres humanos podemos acceder. Estamos en contacto con él, nos envuelve, sucede en simultáneo al mundo natural en el que nos movemos y, por supuesto, afecta nuestra vida. Nadie, crea más o crea menos, está exento de la realidad espiritual.
El arte y el mundo espiritual
Los artistas siempre estuvieron interesados en lo que está más allá de lo superficial. Eso no es nada nuevo. La materia prima de toda creación viene de sentimientos profundos, de una búsqueda, de experiencias espirituales. Pero algo que despierta mi atención es cómo en estos últimos años se ha hecho explícito ese interés y conocimiento. Los artistas se han hecho cada vez más intencionales en enseñar ese mundo que han descubierto y experimentado.
Series como Stranger things, músicos como Billie Ellish, el controversial y megapopular Lil Nas X son explícitos para hablar del mundo espiritual que conocieron y del cual se inspiraron. Autores latinos, como por ejemplo Gustavo Cerati, han contado abiertamente su interés en explorar el más allá (ver Cerati y sus viajes astrales) y cómo, a través de sus experiencias, crean lo que luego compartirían con el mundo.
Cada uno de los mencionados, entre otros, cuentan con millones de reproducciones y seguidores que son expuestos a ser influenciados por esa realidad espiritual en la que los artistas se sumergieron. Nada de lo que vemos y escuchamos es inofensivo.
Todo genera un impacto en nuestra mente (ideas y formas de pensar e interpretar el mundo), alma (emociones y sentimientos) y por supuesto, en nuestro espíritu. Todo lo que consumimos deja, en mayor o menor medida, algo del lugar de donde proviene.
Nuestra parte como cristianos
¿Es necesario conocer el mundo espiritual y sobrenatural al que pertenecemos? Yo creo que sí, muy necesario.
«Si no enseñamos una vida espiritual y sobrenatural bajo los principios de Dios, Satanás lo hará y pervertirá muchos corazones».
Manu Encinas, artista
Llevará a una generación entera a acceder al mundo espiritual mediante formas ilegitimas y sobre todo dañinas. De hecho, lo viene haciendo muy bien a través de la industria del entretenimiento.
Pero para lograrlo como hijos de Dios, primero debemos dejar de temer, de mistificar y de menospreciar esa parte de nuestra fe. No podemos negar y cancelar lo que no entendemos con nuestra mente natural, no podemos criticar y censurar a otros porque tienen experiencias que aún no hemos tenido. No podemos menospreciar lo que tal vez no fue parte de nuestra historia, pero sí de la historia de Dios y su Iglesia.
Negar y restar la importancia de lo sobrenatural es ignorar la historia de Dios y la humanidad. Necesitamos que esta generación tenga experiencias con Él. No solo teoría, no solo reglas morales, no solo formas religiosas.
La Biblia está repleta de historias sobrenaturales, desde Génesis y los ángeles que visitaban a Abraham hasta la visión de Juan para recibir el Apocalipsis.
Manu Encinas, artista
El Espíritu Santo es en esencia sobrenatural y las experiencias espirituales registradas en la historia de la Iglesia evidencian lo importante que fueron y son para el avance del Reino (ver testimonios de hombres de Dios como John G. Lake, Kathryn Kuhlman, Oral Roberts, Yiye Ávila, Claudio Freidzon, entre muchos otros).
Pienso en Moisés enfrentándose a los magos del faraón. Ambos operaban de manera sobrenatural, ambos conocían el mundo espiritual, pero Dios hizo que la vara/serpiente de su escogido se comiera la expresión de los representantes de aquél, evidenciando su poder sobre Egipto y el mundo de las tinieblas.
El corazón humano tiene apetito por lo sobrenatural, está en su ADN y el Señor tiene hijos que pueden representarlo y mostrar su amor, pero también su poder. Ese poder que vino a deshacer las obras del mal y que, como menciona Jesús, puede sanar enfermos, liberar endemoniados y empoderar a las personas para que tengan una vida de santidad.
Dato extra: hace unos meses, conectado con esta necesidad, creé un espacio llamado Holy Random (actualmente funciona en formato podcast) orientado especialmente a jóvenes y adolescentes para hablar de distintos temas que tienen que ver con lo sobrenatural de Dios, no solo desde la teoría, sino también desde experiencias e historias.