La pastora Mayra Djimondian entrevistó a Liliana Saez Teti, una mujer de Dios que hace 22 años junto con su esposo, llevan adelante el Ministerio carcelario “Aún hay esperanza” en la prisión de mujeres de Los Hornos. Ellas conversaron sobre cómo es llevar la Palabra tras las rejas y de qué forma Dios transforma y hace nuevas las vidas.

Mayra Djimondian: Un placer contar con vos, empecemos con los inicios, ¿cuándo y de qué manera surge en tu corazón y en el de tu esposo poder acompañar a las mujeres que están privadas de su libertad?

Liliana Saez Teti: Muchas veces me han hecho esta pregunta y muchas veces otras mujeres me han dicho “ay, yo quiero lo que usted tiene porque usted va a una cárcel y yo hace años que estoy orando y Dios no me ha llevado a la cárcel”.

Yo les contesto lo que te voy a contestar a vos. Nunca oré para entrar a una cárcel. El Señor me llevó por casualidad. Primero lo llevó a mi esposo al llevar a un pastor que predicaba en las cárceles un día que su coche se rompió. Entonces fuimos, lo llevamos y mientras él estaba predicando nosotros nos fuimos a caminar y después cuando salió yo digo “¿Cómo es esa gente?”.

Me dijo que “bien, pero que era muy complicado para entrar”. Entonces otro día lo volvimos a buscar a su casa pero no podía porque tenía a sus hijos enfermos entonces le dije a mi esposo “Rubén, ¿sabés lo que me acaba de decir Dios? Que nosotros tenemos una bolsa con ropa para las señoras que están en una cárcel?”

Él me dijo que no podíamos hacer tantos kilómetros.  Y le dije “¿y si es verdad que Dios me habla?” Verdaderamente llegamos a La Plata, había mucha cola para entrar a la cárcel, nosotros veíamos que había mucha gente para entrar,  no teníamos un ministerio, pero mostramos los documentos y me dicen “Sí Pastora, venga, pase”. 

Yo no era pastora en ese entonces ni lo quería ser. Pero bueno, entramos, no se veía nada por el humo del cigarrillo. La cumbia resonaba y yo le dije a mi marido “acá algo va a pasar”. Y viene una señora y me toca el hombro y me dice “Pastora, la estamos esperando, tenemos una mesita con mate para que usted nos hable la palabra”. Así comenzó y comenzó el ministerio carcelario y está, ahora está en mi piel, está mi sangre, es parte de mi sangre es el propósito.

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Liliana Saez Teti, pastora del Ministerio carcelario “Aún hay esperanza”.

MD: Qué bueno cuando Dios nos habla, nos dirige y nos enfoca en el rumbo que Él tiene diseñado y preparado para cada uno. Qué bueno lo que contás que vos ni lo soñabas ni lo esperabas, pero el Señor te habló y el Espíritu Santo te fue guiando para que puedas caminar en el diseño que Dios tenía para tu vida. Pero contame un poquito ¿qué actividades realizan desde que arrancaron hasta ahora? Yo sé que son un montón, pero contame  puntualmente algunas que realizan para evangelizar dentro de la cárcel.

LST: Bueno, nosotros trabajamos mucho con el evangelismo de amor. Yo preparo 1/4 de yerba, 1/4 de azúcar, 1/4 de fideos, lo pongo en una bolsita o artículos personales, una mamadera, un chupete, porque yo trabajo un pabellón de madres, y todo eso va con un texto bíblico.

Otra forma cuando entramos, “ay hermana pastora, el nene está volando de fiebre, no tengo pediatra, ¿qué hago?” Se lo damos a mi esposo y los dos oramos en el nombre de Jesús y es tremendo Mayra, la fiebre baja porque Dios se manifiesta porque Él es amor.

La forma de evangelizar en la cárcel es a través del amor. El Señor me fue enseñando. Por eso es lindo permitir que Él nos enseñe porque no las sé todas. El Señor me ha ido enseñando a tratarlas, cambio mi léxico. No porque sea malo. Es sentarme sobre su cama, sacarme mis zapatillas, escucharlas, como han sido maltratadas,  que no tienen a nadie. Y ahí es el momento.

“Jesucristo entra en medio de esa oscuridad y las inunda de paz”.

Liliana Saez Teti

Testimonios que traspasan las rejas

MD: Qué maravilloso, como el amor de Dios manifestado a través de la acción va sanando el corazón de estas mujeres. Yo sé que seguramente hay un montonazo de testimonios. Pero compartirnos algún testimonio de mujeres que le han entregado su vida a Cristo.

LST: Mira, yo empecé a dar un estudio, iba dos veces por semana yo sola, después me hice con un grupo de hermanas dimos un estudio de lo que era la familia, lo sentí de darlo y yo las veía que ellas cambiaban. Cuando hablábamos de los papás cambiaban su rostro. Entonces empecé a orar, hablé de los animales que viven juntos y dos chicas se largaron a llorar, una estaba embarazada de mellizos y la otra ya había tenido. 

Entonces yo les dije “¿qué es lo que está pasando?” Y me contaron que no veían a su pareja hacía meses. Y les dije “¿les gustaría casarse? ¿aceptaron a Jesucristo?, Jesucristo es vida, es paz y es familia”. Y me dijeron que no suceden esas cosas pero confié y afirmé: “Pero sí en Jesucristo, lo que necesito que me ayuden ahora con la oración”, y ahí empecé a incrementar la oración.

Fui, hablé con jefatura y con el juez, me dijeron que no. Y después me enteré que al tiempo iban a hacer un casamiento multitudinario en Varela. Cincuenta y dos parejas se iban a casar  y el muchacho estaba en Varela. Empezamos a orar y como Dios es tan grande, nos enteramos que unos pastores fueron a la cárcel de hombres y hablaron exactamente lo mismo a las parejas de las chicas.Yo no lo podía creer cuando ese pastor me contó. 

Hicimos el casamiento en Varela. Mi hija le prestó el vestido, se lo arreglamos, le compramos la alianza, le hicimos la torta y pedí una hora y media y le decoré la habitación y le dijo mi esposo al esposo nueva criatura sos, ya no la vas a tratar como antes. Pasó mucho tiempo, ella tuvo a los mellizos y se están congregando. Cada 29 de octubre, que es mi cumpleaños, me llaman y me dicen abuela, nos estamos por bautizar, abuela, estoy tocando la música. 

Hay muchos más, pero esto es algo que con Cristo se puede, porque Cristo está en la familia. Nosotros hemos hecho cinco bautismos, santa cena, comidas, regalos.

siempre Dios toma el control porque, aunque estemos en un lugar chico de la cárcel, ahí oramos y Él toma el control”.   

Liliana Saez Teti

El volver a casa, el verdadero hogar

MD: Qué hermoso, qué hermoso ¿Cómo se hace Lily para que esas mujeres se vuelvan a insertar en la sociedad? Algunas salen en libertad condicional y otras en libertad cumplida. ¿cómo las ayudan, cómo las acompañan en lo posterior a salir de la cárcel?

LST: Claro, bueno, es complicado también. Cuando faltan seis meses las sacan de la unidad y las llevan a unas casitas. Ellas ya están libres, pero no salen a la calle. Entonces es otra vida, acá hacen lo que el servicio les dice. El servicio le va poniendo orden.

La mayoría del servicio es no cristiano, pero igual hay guardias de la cárcel que también han aceptado a Jesucristo en nuestras mismas reuniones, han entregado su corazón a Cristo. Estas casitas son una preparación para la calle. No salen a hacer las compras, pero se cocinan solas, y  nosotros después tenemos nuestras reuniones en la unidad, vamos a las casitas y las vemos, les hablamos de los recursos para conseguir un trabajo, el léxico, la vestimenta, tratamos de conseguirle ropa. 

MD: Pensaba también que bendición que muchas de ellas aceptan a Jesús y se integran después de la cárcel a una comunidad de fe que pasa a ser su familia, que glorioso ver cómo Dios hace la obra completa.

LST: Eso es lo más hermoso que les puede pasar, porque yo les digo hay que buscar una iglesia cerca. Entonces yo busco entre las calles de la casa, hay muchas que salen con el arresto, que está en oración, porque logramos el año pasado que el juez dé un permiso para que ellas puedan llevar al nene al colegio y lo van a buscar. Pero estamos buscando otro para que puedan ir a congregarse. 

Ya le dieron a una interna hace dos meses y por primera vez entró a una iglesia en el centro, entregó a sus dos niños y fue toda una bendición,  porque ella era una interna que me odiaba, no me quería, ella misma lo cuenta, pero Dios obró y sus hijos hoy conocen de Él. Su familia está completa. Su esposo la golpeaba, pero desde que conoció a Cristo no, se entregó al Señor en la casa y después en la iglesia. 

“El alimento espiritual es mejor que la comida.

Liliana Saez Teti

El Señor hace nueva todas las cosas

MD: Es maravilloso ver cómo el Señor siempre hace la obra completa. Cuando uno se rinde y se entrega a Él, no importa la circunstancia. Creo que nos podemos enfocar en Cristo, en cómo Él hace esa obra completa, cómo Él sana los corazones y cómo incluso a mujeres que están privadas de su libertad les da una nueva oportunidad y son transformadas y no queda ahí lo que vos decías recién.

Es tremendo. Salen y pueden seguir a Cristo y tener una familia renovada, porque el Señor hace nuevas todas las cosas y la Palabra de Él se cumple. Las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas. Así, cuando caminamos en ellas.

LST: Hace mucho tiempo, me dijeron ¿Cómo vas a llevar a Jesús a la cárcel? Y si vemos la Palabra de Dios en Timoteo, dice que él traspasa las rejas, traspasa las paredes y las hizo libres. Él, como vos decía, Él las ha hecho libres. Si a nosotros que no éramos nada, yo personalmente era una basurita, pero estaba en libertad y a lo mejor podría haber estado como ellas detrás de unas rejas.

El mundo está lleno de mujeres y de hombres que hemos hecho lo incorrecto. Sin embargo, Él tiene su misericordia, y gracias a Él hoy estoy acá contando este testimonio, en Él soy nueva criatura.

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Mayra Djimondian junto a Liliana Saez Teti, pastora del Ministerio carcelario “Aún hay esperanza”.