La palabra “verdad” en el siglo XXI tiene una connotación que dista de su real significado y está sometida a los criterios individuales de cada persona.
Por ello encontramos tantas verdades como individuos existen sobre la faz de la tierra y cada uno es dueño su propia verdad y, con base en ésta, establece parámetros que lo lleven a regir su propia vida. Nuestro concepto acerca de la verdad se encuentra mucho más ligado al concepto contemporáneo que al bíblico. ¿Por qué es importante que nuestra mente se inunde con el concepto bíblico y dejar de lado el contemporáneo? Nuestra cosmovisión se encuentra influida y moldeada por la cultura y es la base para la toma de decisiones diarias.
¿Qué es la verdad bíblica?
En el Antiguo Testamento emet es la palabra que define “verdad”, y significa fidelidad y confiabilidad, y es un atributo moral adscrito tanto a Dios como a los humanos. Lamentablemente, la filosofía occidental prestó más atención a la verdad como una característica de aseveraciones que al sentido bíblico de la verdad como un atributo personal.
Josh y Sean McDowell muestran que hay básicamente dos diferentes maneras de ver la verdad y que se expresan de esta manera:
- Definición bíblica: la verdad moral se basa en el carácter de Dios; es objetiva y universal.
- Definición cultural: la verdad moral proviene del individuo, es subjetiva y situacional.
Según MacArthur, “la verdad es lo que es coherente con la mente, voluntad, carácter, gloria y ser de Dios. La verdad es la propia expresión de Dios”.
Josh McDowell también afirma que “el carácter de Dios es el que determina lo que es bueno y malo desde el punto de vista moral, y Su Palabra es la que nos revela esa verdad, Dios es el estándar de lo que es verdadero porque Él es Verdad”.
Para Francis Schaeffer, “el cristianismo no consta de una serie de verdades, en plural, sino más bien se deletrea con “V” mayúscula. Es la Verdad acerca de la realidad total, no solo por lo que toca a asuntos de religión. El cristianismo bíblico es Verdad concerniente a la realidad total, la posesión intelectual de la Verdad total, y además una vida a la luz de esa Verdad”.
La importancia de la cosmovisión
Uno de los obstáculos más grandes que tenemos cuando nos acercamos a la Palabra de Dios, a la Verdad, es nuestra cosmovisión. La cosmovisión es la concepción general del mundo desde una perspectiva determinada. Una “cosmovisión cristiana” es, entonces, una concepción comprensiva del mundo desde la perspectiva cristiana. Es la manera de entender la realidad.
¿Cómo se forma nuestra cosmovisión? A través de nuestras creencias básicas. Allí se asientan la cosmovisión, motivación, valores, creencias, lógica de pensar, actitudes y normas de conducta. Nuestras creencias básicas derivan de la socialización: familia, educadores, personas influyentes, cultura, iglesia, líderes, medios de comunicación, redes sociales, entretenimiento, etc.
¿Cuánto influyen mis creencias básicas cuando me acerco a la Palabra de Dios y en mi relación con Dios? ¿Cuánto influye Dios en transformar mis creencias básicas, mi forma de verlo y de relacionarme con Él?
Nosotros traemos nuestra cultura a las Escrituras, y cuando leemos y estudiamos la Biblia, nunca somos neutrales ni objetivos, ya que llevamos con nosotros muchísimas ideas e influencias preconcebidas al texto, y nuestros propios prejuicios y creencias, seamos conscientes o no.
La cultura en la que estamos inmersos tiene una enorme influencia en el modo en el que leemos e interpretamos la Biblia y es una fuerza que tiende a deformar el texto cuando lo estudiamos y que nos empuja a forzarlo para que encaje en nuestro mundo. Nuestra cultura actúa inconscientemente en nosotros llevándonos a rellenar los vacíos y detalles que no encontramos en algún pasaje específico.
Por esto, debemos tener un conocimiento pleno de la Biblia en vez de seleccionar versos específicos a favor de temas generales.
¿Por qué es esto importante? Cuando vamos adquiriendo un conocimiento pleno de la Palabra podemos aprender a discernir entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo falso y lo verdadero, y entre lo moral y lo inmoral.
Dios, su persona, es la fuente de la verdad porque Él es verdad
Conocemos la verdad y conocemos a Dios a través de Su Palabra. La Biblia se nos dio para guiarnos a Jesucristo y toda la Biblia se trata de Él, y sabemos que la Biblia es veraz porque es la revelación de Dios, quien es veraz e incapaz de mentir.
Jesús dijo: “Yo Soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14:6). La expresión más plena de la verdad se halla en la persona de Jesucristo. Para ser discípulos y líderes cristo-céntricos debemos construir sobre el fundamento correcto, mientras vamos quitando los conceptos distorsionados, y los vamos reemplazando por las verdades bíblicas.
Las doctrinas que son centrales deben ser parte de nuestras creencias básicas.
Si vamos a ser influenciados, debemos serlo fundamentalmente con la Verdad que proviene de la Biblia. Este es el medio principal que Dios usa para transformarnos mientras caminamos renovando nuestra mente y somos conformados a la imagen de Cristo.
Nando y Celina Bloise. Seguidores de Cristo, papás de Josefina y Lorenzo. Celina es analista de sistemas de computación y desde hace 16 años se dedica a la docencia en nivel medio. También es miembro de Refopan (Red de Formación Pastoral para la Niñez). Nando estudió Relaciones Públicas, es apasionado de las nuevas tecnologías e internet y sirve a tiempo completo en el área de Operaciones de Cru. Ambos han sido por cinco años líderes pastorales de ministerio de jóvenes. Apasionados por la lectura sobre temas que hablen de Cristo y Su Evangelio. Les encanta acompañar a otros en su caminar con Dios, ayudándolos y desafiándolos a vivir el Evangelio. Actualmente se encuentran estudiando una Maestría en Divinidad en la Facultad de Teología Integral de Buenos Aires.