Creo que todos podemos coincidir en que una práctica fundamental en la vida cristiana es la oración. Ahora, así como lo es para la vida de un seguidor de Jesús, lo es también para su cuerpo, la Iglesia.

Cuando estamos hablando de esto, estamos hablando de la oración comunitaria. Este elemento está en nuestro ADN, porque fue la base que permitió el génesis de la Iglesia en Pentecostés.

La casa a la que pertenezco nació con la oración como un fundamento. Pero, desde fines del año pasado, Dios nos desafió a subir a otro nivel. Por lo que, desde principios de año, comenzamos a perseverar diariamente, como Iglesia, en oración. Algunos grupos temprano, por la mañana, y otros por la noche (más allá de eso, nuestra casa está abierta casi todo el día para el que quiera orar).

En este proceso se nos revelaron y refrescaron un montón de cuestiones, que merecerían varios artículos. Pero acá solo les dejo cinco lecciones bíblicas sobre la oración comunitaria, que no las aprendí tan solo por leer, sino que las experimenté en la práctica:

  • 1.- La persona del Espíritu Santo se manifiesta a causa de la oración comunitaria con hechos sobrenaturales (Hechos 2, Hechos 3 y Hechos 4; 4:31). En toda esta temporada las sanidades, profecía, diversos dones, visitaciones, sueños y visiones, se incrementaron de manera exponencial. ¿Alguno lee en el Nuevo Testamento una iglesia que vivió algo inferior a esa normalidad? Es importante orar apasionadamente para no conformarnos con la falta de poder.
  • 2.- La oración comunitaria moviliza una respuesta segura (Hechos 12:5; Mateo 18:19). Por esto, muchos vimos respuestas a oraciones de hace mucho tiempo. En el acuerdo la fe se ve incrementada y, al ver unidad, el Espíritu se siente como pez en el agua. Si la insistencia es una clave de la fe, sumar eso a estar de acuerdo con otros en algo es un combo explosivo.
  • 3.- La oración comunitaria trae a Jesús a la escena y nos permite crecer como Su cuerpo, en unidad (Mateo 18:20). Como si fuera poco lo anterior, estar unidos en oración perfecciona a Cristo, nuestro modelo, en la iglesia, y aun la unidad que ya nos había convocado, es pulida e incrementada.
  • 4.- La oración comunitaria da una coraza defensiva y un arma ofensiva, para avanzar en el mundo espiritual (Efesios 6:10 al 18). Esta misma unidad nos permite enfrentar la guerra espiritual en manada. Al ser tantos, en acuerdo, no solo el enemigo retrocede, sino que el Reino avanza a causa de nuestra vehemencia.
  • 5.- La oración comunitaria es una escuela para crecer como discípulos e iniciar a nuevos discípulos (Hechos 2:42). Diariamente podemos ver cómo cultivar esta práctica lleva a los más chicos a crecer aprendiendo de los que más experiencia tienen siguiendo a Jesús.

Al fin y al cabo, la oración comunitaria es útil hasta como parte del discipulado. Por eso, los que debemos estar presentes, guiando con el ejemplo, somos los que lideramos espiritualmente. No podemos esperar que los nuestros oren si jamás cultivamos una vida de oración junto con ellos. Este proceso no solo les enseñará a ellos, sino a nosotros mismos. Porque nos veremos con la responsabilidad de ser un modelo a imitar en todo.

Antes de terminar, mi consejo es que, más allá de orar en tu intimidad y mantener una comunión constante con el Padre, te atrevas a unirte a tu iglesia local en oración. El territorio donde estamos plantados se verá afectado por una comunidad que ora de día y de noche, provocando al cielo y plantando cara a la oscuridad.

Pastor junto a su esposa, Abigail, del Centro Familiar Cristiano de Eldorado (Mnes. Argentina). Realiza una maestría en orígenes del cristianismo en España. Es Director y co-fundador de EDES (Escuela de Entrenamiento Sobrenatural). Junto a Abigail, pastorea los ministerios creativos de su casa, trabajando en la expansión territorial de la iglesia en otras ciudades.