El viernes 16 de mayo, mientras gran parte del AMBA despertaba bajo lluvias intensas, en la ciudad de Campana se activaban las alertas meteorológicas más graves de los últimos años.
La sudestada, sumada a una caída récord de más de 300 milímetros de agua en apenas 24 horas, provocó anegamientos en distintos barrios y obligó a cientos de familias a evacuar sus hogares.
Entre los sectores más golpeados se encuentra el Barrio San Cayetano, una zona vulnerable que históricamente sufre las consecuencias de las crecidas. Allí confluyen dos arroyos provenientes de Exaltación de la Cruz y San Antonio de Areco, que desbordaron los terraplenes y dejaron al barrio completamente bajo agua. También resultaron afectados San Luciano y San Felipe, donde el panorama fue similar: calles intransitables, viviendas inundadas y vecinos desesperados buscando resguardo.
Frente a este panorama desolador, la respuesta de la Iglesia no se hizo esperar.
Una comunidad movilizada por amor
Desde las primeras horas del viernes, la Iglesia Alfa y Omega, liderada por el pastor Carlos Schmitt, comenzó a organizar un operativo de asistencia junto a su equipo de líderes y colaboradores. Esa misma noche, desafiando la lluvia y las condiciones extremas, se acercaron hasta la periferia del barrio San Cayetano –único acceso posible, solo transitable en camionetas– para brindar apoyo a las familias más afectadas, muchas de ellas con niños pequeños, mojadas, descalzas y sin un lugar donde refugiarse.
Mientras tanto, en la sede de la iglesia ubicada en el barrio Villanueva, comenzaron a recibirse donaciones de ropa, calzado y alimentos no perecederos. Además, muchas familias de la congregación abrieron sus propios hogares para albergar a quienes no podían regresar al suyo.
“Lo triste es que muchos vecinos no quisieron abandonar sus casas por miedo a ser robados. Lamentablemente, ese temor se volvió realidad: una de nuestras líderes, que había logrado resguardar sus pertenencias en un armario, fue víctima de un robo”, contó con pesar el pastor Schmitt.
La fe que alimenta
El sábado, pese a que la lluvia no cesaba, la iglesia organizó una jornada solidaria con la preparación de viandas calientes. Muchos vecinos llegaron empapados a buscar su almuerzo, y otros tantos recibieron la comida en los centros de evacuación. En algunos sectores, donde el acceso era imposible incluso para vehículos altos, el equipo de Alfa y Omega utilizó kayaks y botes para ingresar al barrio y entregar provisiones esenciales.
Ese mismo fin de semana, todas las actividades habituales de la iglesia fueron suspendidas para abocarse de lleno a la tarea de ayuda humanitaria. El domingo, con la baja progresiva del agua, fue posible ingresar con botes hasta el corazón de San Cayetano para llevar alimentos, agua y contención.
Según estimaciones de la congregación, unas 40 familias de la iglesia resultaron directamente afectadas por el temporal.
Lo que viene: limpieza, reconstrucción y esperanza
Con la llegada del lunes, comenzó la etapa de limpieza. Sin embargo, las dificultades persisten: el barrio aún no cuenta con suministro de agua ni electricidad, y las autoridades no permiten el ingreso de vehículos particulares, lo que obliga a organizar la logística de asistencia desde las afueras.
“Hoy más que nunca necesitamos ser iglesia: estar cerca del que sufre, del que perdió, del que no tiene cómo empezar de nuevo”, expresó el pastor, quien continúa coordinando los esfuerzos desde el centro de operaciones montado en la iglesia.
La comunidad sigue necesitando ayuda. Los artículos más urgentes son colchones, frazadas, sábanas, ropa de abrigo, calzado y productos de limpieza. Quienes deseen colaborar, pueden hacerlo acercando donaciones a la sede de la iglesia o enviando su aporte económico a través del alias:
Alias: aocampana / aoargentina
Dirección: Granaderos 831, Barrio Villanueva, Campana
Contacto: 03489-15527832 / 03489-15527841