Recuerdo que fuimos con mi esposa a orar a la casa de una chica del ministerio, junto con su familia. En una de las habitaciones, ellas sentían un olor desagradable y habían sucedido cosas extrañas.
Cuando oramos desde su habitación, recuerdo que una ráfaga de viento pasó por el jardín de la casa y literalmente arrancó una sombrilla de su lugar. Lo vimos desde la ventana.
Generalmente, cuando escuchamos sobre la “Guerra Espiritual” nos suelen venir imágenes sobre este tipo de experiencias, campañas de liberación, personas poseídas por demonios y todo tipo de manifestaciones sobrenaturales. Esto ciertamente es parte de la cuestión. Sin embargo, una de las mejores estrategias de Satanás, es hacernos creer que solo a esto se refiere la Biblia cuando habla de principados y potestades.
Efesios 6:12 dice:
“Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.”
Pero en la Biblia encontramos también otro tipo de manifestaciones demoníacas, con resultados mucho más poderosos que la de un endemoniado. Si leemos la historia de Sansón en Jueces 16:15-17 vemos lo siguiente:
“Entonces Dalila, haciendo pucheros, le dijo: «¿Cómo puedes decirme “te amo” si no me confías tus secretos? ¡Ya te has burlado de mí tres veces y aún no me has dicho lo que te hace tan fuerte!». Día tras día lo estuvo fastidiando hasta que Sansón se hartó de tanta insistencia. Entonces finalmente Sansón le reveló su secreto…”
Dios había levantado a Sansón como Juez sobre Israel, para traer justicia sobre los filisteos. Sin embargo, a través de la sutil seducción de cada día que realizaba Dalila, terminó derribando el gobierno de Sansón y el dominio de Israel sobre los filisteos. El texto revela explícitamente el transfondo espiritual de lo sucedido unos versículos después en Jueces 16:23.“Entonces los gobernantes filisteos se juntaron para celebrar un gran festival, en el que ofrecían sacrificios y alababan a su dios Dagón diciendo: «¡Nuestro dios nos ha dado la victoria sobre Sansón, nuestro enemigo!»”
Una situación semejante vemos en la historia de Balaam, un vidente que fue convocado para maldecir al pueblo de Israel, pero Dios no se lo permitió. Ante esta imposibilidad, Satanás utilizó otra estrategia por medio de Balaam. Así lo describe la Escritura:
Números 31:15-16 “¿Por qué dejaron con vida a las mujeres? —les reclamó—. Precisamente son ellas las que, siguiendo el consejo de Balaam, incitaron al pueblo de Israel a rebelarse contra el Señor en el monte Peor. Son ellas las que causaron la plaga que hirió al pueblo del Señor.”
Apocalipsis 2:14 “»Pero tengo unas cuantas quejas en tu contra. Toleras a algunos de entre ustedes que mantienen la enseñanza de Balaam, quien le enseñó a Balac cómo hacer tropezar al pueblo de Israel. Les enseñó a pecar, incitándolos a comer alimentos ofrecidos a ídolos y a cometer pecado sexual.”
En estos pasajes se ve claramente otro tipo de manifestaciones demoníacas, que son las que más resultados le traen al enemigo frente al pueblo de Dios. Las expresiones ruidosas del mundo oscuro muchas veces funcionan como distracciones frente a los golpes que arroja el lado de las tinieblas contra nosotros. De hecho, probablemente lo que más te está deteniendo en tu crecimiento espiritual no son perturbaciones sobrenaturales sino esos “pequeños” aspectos de tu vida sobre los cuales Cristo aún no gobierna.
Por esto es que Pablo nos da eficaces filos de la Espada al decir en Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Para poder entender que el amor de Dios no deja de ser ante nuestros errores o fallos, sino que utiliza toda situación adversa que se levante en contra para transformarla a nuestro favor. Y también nos da recursos de su Vida contra la culpa al poner en Romanos 8:1: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”
Las batallas más feroces se libran en nuestro interior, en nuestra mente y en nuestro corazón, pero “Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.” (1°Corintios 10:13).
La Palabra está llena de recursos para que podamos librar la batalla de cada día…
“Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.” (Santiago 4:1).
Todo lo que necesitamos está en La Palabra, de hecho sabemos que “…nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.” (Romanos 8:37).
¡Caminemos cada día tomados de Cristo, y nuestro vivir es para exhibir esa victoria! ¡Él es Rey Vencedor!