Dios tiene múltiples formas de hablarnos y sin duda puede hacerlo mediante una película, es por eso que recomendamos este film a todos.

Es nuestra responsabilidad como familia e Iglesia poder transmitir las palabras de las Escrituras a las generaciones venideras. Sabemos que no siempre es fácil captar la atención de los más chicos, es por eso que esta superproducción animada tiene tanto valor.

Ideal para niños de cinco años en adelante,  “José Hijo Amado” es una película que nos permite introducir a los más pequeños en la vida cristiana. Allí podrán conocer de una forma dinámica y divertida, aunque a su vez profunda, la vida de José. “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).

El Señor es sencillo, no hace falta usar palabras complejas para compartir sus enseñanzas, es por este motivo que si bien la película es animada, está también dirigida a un público universal que alcanza a todas las edades. 

Puedes encontrarla disponible de forma gratuita en la plataforma de vídeos más famosa, YouTube. Muy recomendada para ver con grupos los grupos de niños y preadolescentes en la Iglesia. Esperamos sea de gran edificación para tu vida y que a su vez puedas compartirla con alguien más. 

BREVE RESEÑA:

José, era un joven soñador, considerado el favorito de su padre Jacob, fue envidiado y despreciado por sus hermanos, a tal punto que estos eran capaces de hacer cualquier cosa para deshacerse de él. Un día José se acerca a ellos para contarles acerca de un sueño que había tenido, en donde toda su familia se inclinaba ante él. Esto los enfureció, en especial a sus hermanos, quienes habían percibido en José un sentimiento de superioridad. 

Movidos por sus emociones deciden tirarlo a un pozo para luego terminar vendiéndolo como un esclavo a unos mercaderes por unas pocas monedas de plata. Los hermanos deciden ocultar lo que habían hecho a su padre y en su lugar le dijeron que José había sido atacado por una bestia.

El recorrido que comienza José a partir de ese entonces no fue nada fácil. Atormentado por una enorme tristeza le preguntó a Dios el motivo por el cual estaba atravesando semejante desgracia. Aunque el Señor no respondía, siempre estuve con Él y le concedió favor. Lo hizo destacar incluso entre los esclavos. A su vez le dio el don de interpretar sueños, que fue clave para el futuro que le esperaba. 

A su vez fue acusado y encarcelado  por una causa en la que en realidad era inocente. Aun estando en prisión injustamente Dios le mostró su favor, le concedió privilegios y dones para que pudiera ser de bendición en un lugar tan oscuro.

Pasaban los años y la promesa que José había recibido no se cumplía, pero sin embargo su fe y su comunión permanecían fuertes. A pesar de ser olvidado, vendido, menospreciado y acusado José creyó firmemente que Dios no se había olvidado de él.

Con Dios el silencio no significa ausencia, Él sabe exactamente donde estoy.

Sin duda alguna,  son muchos los que pueden sentirse identificados con la historia de José. Puede ser que ahora mismo te encuentres en una gran tormenta, en medio de una gran prueba que parece no tener final. Volver a Su Palabra nos permite hallar paz aun en medio de ese dolor, mirarlo a Él, adorarlo a Él, sacando el foco de la adversidad y poniendo nuestra atención en Él.

“ Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”. 2 Corintios 4: 16-18

Al conocer el final de la historia de José podemos comprobar que no hubo una sola prueba que fuera en vano y que sus tribulaciones produjeron una gloria mayor en su vida y en la vida de toda una nación. 

Tengo 19 años y actualmente soy estudiante de Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires. Mi gran anhelo es poder usar mi profesión para transmitir mensajes que sean de edificación para la vida. Soy líder de un equipo de vida para pre-adolescentes y colaboradora en el diario La Corriente.