Mientras la agenda parlamentaria define el futuro del proyecto de ley del aborto, La Corriente entrevistó al pastor de la Iglesia Cristiana Internacional, de la provincia de Chaco, para conocer el sentimiento del interior del país frente a la propuesta del oficialismo.
LC: En el interior del país se evidencia un claro rechazo al aborto, mientras que en Buenos Aires se busca aprobarlo antes de fin de año ¿cree que el Congreso represente el sentir federal?
JL: El hecho de que se trate y se vote en Buenos Aires es solo una cuestión formal, ya que todas nuestras provincias están representadas en ese recinto. Se supone que si los legisladores elegidos por cada provincia respetan el pensamiento mayoritario de la gente que los eligió para representarlos, tendríamos un debate realmente federal. Pero creo que la gente piensa que eso no es tan así. Parece que a algunos legisladores las presiones les pesan demasiado.
LC: ¿Hubo manifestaciones en contra de este proyecto en su ciudad?
JL: Aquí ya realizamos una gran movilización hace unos días, con importantes caravanas de automóviles en muchas ciudades de la provincia. Hubo una caravana gigantesca en Resistencia que impactó la ciudad y tuvo muy buena repercusión en la prensa. Para hoy está prevista una «vigilia por la vida” en la plaza central de la ciudad, desde las 20 horas. Miles de católicos y evangélicos confirmaron su presencia, además de decenas de organizaciones sociales y religiosas de la región.
LC: ¿Cuál es el mensaje que se quiere dar a la clase política?
JL: Queremos que se entienda que nos manifestamos en contra de este proyecto porque entendemos que es injusto e inconstitucional. Porque entendemos que este proyecto de ley no refleja lo que piensa y quiere la gran mayoría de nuestra sociedad.
Porque nos parece cruel e inhumano someter a una muerte horrible y dolorosa a un ser humano que no puede defenderse ni gritar para expresar su sufrimiento. Así que nos movilizamos porque amamos la vida y nos importa la gente, no lo hacemos por ideología, lo hacemos por amor y lo demostramos con hechos.
Por amor alimentamos a miles de personas necesitadas cada semana y dedicamos miles de horas semanales a ayudar y aconsejar a madres desamparadas, a suicidas potenciales, a adictos que quieren ser libres, entre tantos otros trabajos que realizamos.
Cuando la cantidad de casos de COVID 19 redoblaban en la provincia, salimos y nos expusimos, cientos de nosotros desinteresadamente en estas labores. Salimos, sin recibir ninguna remuneración ni ayuda económica, a rastrillar los barrios casa por casa para detectar los casos sospechosos para poder aislarlos y evitar más contagios.
Todo esto lo hicimos porque amamos y defendemos la vida, y en verdad nos importa la gente.
LC: En caso de que se apruebe la ley ¿cómo debería reaccionar la iglesia?
JL: Cuando hay fe, siempre hay optimismo. También somos optimistas porque por todas las provincias del país hemos tenido entrevistas con funcionarios de alto rango del Poder Ejecutivo y Legislativo y nos hemos encontrado con profundas convicciones morales a favor de la vida y una firme determinación para defenderla por encima de cualquier presión política.
Creo firmemente que la iglesia y todos los que militamos defendiendo la vida no vamos a bajar los brazos. De hecho, sé que no lo haremos. La gente de Dios seguirá defendiendo la vida hasta que el Señor venga.
