Un film de los creadores de «Dios no esta muerto» que se basa en el testimonio de Abby Johnson, la exdirectora de una clínica de Texas perteneciente a la compañía Planned Parenthood, el mayor proveedor de abortos del mundo.

Lo que Abby observó allí, cambiaría su vida por completo. Ella siempre tuvo el deseo ayudar a las mujeres. Sobre todo, cuando estas se encontraban vulnerables o afrontando algún momento de crisis. En 2001, mientras estudiaba la carrera de psicología, aceptó la invitación para ser voluntaria en la poderosa organización multinacional. Esta compañía se dedica a proveer servicios de salud reproductiva, educación sexual, planificación familiar y abortos inducidos.

Jonhson creía que, de no existir este tipo de lugares, el aborto sería algo poco seguro para las mujeres. En el pasado, ella había recurrido a esta empresa para poner fin a dos embarazos. Era tal la dedicación y compromiso con PP que logró ascender rápidamente. Pasó de ser voluntaria y consejera para ocupar el puesto de directora en una de las sedes. 

Una experiencia que cambió su vida

Un día, un médico solicitó la presencia de Abby en el quirófano. Necesitaba su ayuda durante un procedimiento de aborto guiado por ultrasonido en un embarazo de trece semanas de gestación. Esa experiencia marcaría un antes y un después en su vida. 

Aquellas imágenes que observó en el monitor generaron en ella una crisis con respecto a lo que pensaba. “Creía que los fetos no podían sentir nada mientras eran abortados. Sin embargo, ese día pude verlo retorcerse y retorcerse para evitar el tubo de vacío utilizado para el aborto. Pude ver al feto moverse y tratar de huir de la cánula. Fue como si peleara por su vida. Era un bebito perfectamente formado, y luego ya no estaba”, describe Johnson. 

Abby continuó trabajando en la clínica durante nueve días más antes de renunciar. Sabía que ya no podía seguir ayudando a más mujeres a abortar. No quería tener nada que ver con ese tipo de prácticas.  Luego de dejar su cargo de directora, Jonhson comenzó a trabajar como voluntaria en una organización llamada “40 días por la vida”. Actualmente es una conferencista y activista a favor de las dos vidas.

Esta película es digna de ver y analizar. Nos brinda toda una perspectiva acerca del tema, muchas veces desconocida. Nos alienta a comprometernos en el acompañamiento y ayuda de la mujer embarazada en situación vulnerable.

El largometraje, inspirado en el libro que escribió Abby Johnson, ha sido un éxito de taquilla en su estreno en los EEUU. Producida por el estudio Pure Flix, fue dirigida por Chuck Konzelman y Cary Solomon, quienes también participaron en el film Dios no está muerto 2. Tiene una duración de 110 minutos.