A raíz de la ola de calor de los últimos días, un padre elaboró un lugar de inmersión para la menor, que sufre un trastorno crónico.
Sergio Gómez es el papá de Antonia (9), una menor que tiene el síndrome de Noonan. Ambos viven en la localidad de Santa Elena, Entre Ríos, y debido a los calores intensos tuvo que reciclar un viejo refrigerador para que la niña no sufriera mayores complicaciones en su salud. La noticia llegó a los oídos de una vecina del lugar que, junto a sus hijos, le regaló la pelopincho familiar que tenían en el patio de su casa.
Este trastorno se trata de una mutación genética que evita el desarrollo normal en varias partes del cuerpo y produce la inflamación del sistema linfático. Por eso, ante la falta de recursos, Sergio se vio forzado a crear una solución inmediata en el transcurso de estos días de temperatura extrema, para que su hija pudiera aliviarse, hidratarse y desinflamar su cuerpo.
En declaraciones para un medio local, el padre de Antonia dijo “tengo un grupo de amigos, que apodamos los ‘sin códigos’, ellos juntaron dinero para que pueda comprarle una pileta, pero mi hija se enferma seguido y ese dinero lo tuve que destinar para la atención de su salud.” Y agregó que “por una cosa u otra nunca puedo regalarle algo tan básico necesario para ella, como lo es una pelopincho”.
María Bianchini, vecina de Sergio, se enteró de la dificultad que atraviesa la familia de Antonia y fue entonces que les propuso a sus hijos, Simón de 6 y Máximo de 14, regalarle la pileta que tenían en el patio de su casa. La madre de los hermanos les preguntó si estaban seguro de la decisión, a lo que sin dudar le respondieron “sí mami, ella lo necesita más que nosotros”, y preguntaron “¿podemos ayudar a desarmarla?”.
El papá de la nena agradeció públicamente la iniciativa de la familia y compartió su emoción a través de un escrito en las redes sociales, el cual se viralizó y permitió que la noticia alcance los medios nacionales.