Grupos de manifestantes feministas volvieron a hacer grafitis en la entrada de la iglesia Jesús es Rey.
Este jueves, en el marco del sexto aniversario del movimiento ‘Ni Una Menos’, el templo, ubicado en la provincia de Neuquén, fue vandalizado con grafitis escritos en color negro en su fachada. La Corriente habló con el pastor de la congregación, Hugo Márquez, quien brindó detalles sobre lo ocurrido y alertó al pueblo cristiano a comprender los tiempos que corren y la necesidad de levantar la verdad con amor.
Los grupos radicalizados pintaron las paredes de la entrada del templo con diferentes leyendas en color negro tales como “Abortá a tu pastor”. Hugo Márquez describe “estábamos trabajando con un grupo de hermanos jóvenes, yo tenía que grabar algunos mensajes, estábamos haciendo tareas en las oficinas y de pronto nos damos cuenta de que venían hacia nuestro templo y cuando nos asomamos vemos que estaban marcando la pared”.
Cuando observaron la situación, el equipo que estaba trabajando en el interior se precipitó hacia la puerta con el objetivo de evitar que continúen con el acto vandálico, pero siempre pacíficamente. “Nosotros no los confrontamos cuando salimos, no les gritamos. Sólo nos pusimos en la vereda, los miramos como preguntando ‘¿por qué hacen esto?’. No hubo ninguna recriminación de nuestra parte, no hubo nada, fue totalmente pacífico”, describe Márquez y cuenta “ante nuestra presencia bajaron los brazos y se retiraron”.
El pastor y presidente de la Confederación Evangélica Bautista Argentina explica que, si bien ya ocurrieron hechos similares en otras ocasiones, no los entiende como un atentado contra su propia congregación, sino contra el pueblo cristiano en general. “Tiene que ver un poco con la ubicación geográfica de nuestra iglesia, que está en pleno centro. Pero la realidad es que el objeto es atacar a la Iglesia del señor, que es el último resguardo de los valores de la familia, del matrimonio heterosexual y de la defensa por la vida”, analiza.
“La Iglesia defiende la igualdad, la libertad, el matrimonio, la familia, la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, pero ellos proponen la eutanasia, el aborto, el matrimonio igualitario, todo al revés”, sostiene el pastor de la iglesia Jesús es Rey, y agrega “ellos hablan de pluralismo, pero lo que sostienen es el pensamiento único”.
El presidente de la Confederación Evangélica Bautista Argentina remarca que la Iglesia no está a favor de ningún tipo de violencia contra la mujer. “Nosotros no estamos a favor de ningún tipo de violencia contra la mujer, nosotros estamos en contra de toda violencia. En eso coincidimos con estos grupos. Pero no solamente estamos en contra del femicidio, el aborto también es violencia”, señala.
Debe quedar en claro que nuestra posición es en contra de todo tipo de violencia. ellos tienen que entender que el aborto es parte de la violencia que dicen combatir.
Hugo Márquez, pastor de la iglesia Jesús es Rey.
Los tiempos que corren
Hugo Márquez alerta “la Iglesia debe abrir los ojos. Nadie se confunda, esto no es un problema de Neuquén y no es un problema de Jesús es Rey, es un enfrentamiento espiritual contra la Iglesia de Jesucristo, que se va a replicar y se está replicando”. Esto lo menciona haciendo referencia a otros actos vandálicos que sufrieron en otras ocasiones iglesias en Chaco, Rosario, San Lorenzo y Bariloche, entre otras.
“Abramos los ojos porque esto no tiene que ver con una iglesia específica, sino con la Iglesia del Señor”, advierte Márquez. Además, invita a los creyentes a seguir anunciando la verdad con amor “nosotros no podemos buscar la paz ingenuamente callando la verdad, la verdad no se puede callar. Uno no busca la confrontación, pero si yo privilegio la no confrontación callando la verdad de Cristo, no estamos siendo fieles a Dios”.
Nosotros no tenemos que entrar en un pleito personal y violento como ellos proponen, nosotros tenemos que amarlos, pero amarlos no significa callarnos.
Hugo Márquez, presidente de la Confederación Evangélica Bautista Argentina.
El pastor recomiendo quitar la vista de las personas para comprender que todo forma parte de un problema espiritual. “Hay que amarlos, porque no es un problema personal, es un problema espiritual”, explica, y sostiene “tenemos que confrontar con nuestra verdad, más allá de que nos pinten la iglesia, y que nos hagan un escrache. Si ese es el precio que hay que pagar, el Señor pagó un precio mucho más alto por la verdad, Él murió en la Cruz”.