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Hudson Taylor: El misionero que abrió el camino al Evangelio en China

James Hudson Taylor fue un misionero bautista inglés, fundador de la «Misión al Interior de China» (MIC, China Inland Mission). Nació el 21 de mayo de 1832 en Barnsley, Yorkshire, Inglaterra y dedicó 51 años de su vida al trabajo misionero en China. Esta entidad ha enviado a más de 800 misioneros al país asiático, quienes establecieron más de 125 escuelas, lo que resultó en la conversión de 18,000 personas al cristianismo. Además, la misión ha fundado 300 bases en las dieciocho provincias chinas, contando con la colaboración de más de 500 trabajadores locales.

Taylor era conocido por su profundo respeto hacia la cultura china y su fervor evangelizador. Adoptó la vestimenta tradicional china, algo inusual entre los misioneros de su época. Bajo su dirección, la «Misión al Interior de China» se convirtió en una organización interdenominacional que aceptaba a mujeres solteras, personas de clase obrera y creyentes de diferentes nacionalidades. 

Gracias a las campañas de la MIC contra el comercio del opio, Taylor fue reconocido como uno de los europeos más importantes del siglo XIX en visitar China. La historiadora Ruth Tucker escribió sobre él que «ningún otro misionero desde el apóstol Pablo ha tenido una visión tan grande y un plan tan bien estructurado para evangelizar una amplia región geográfica como Hudson Taylor».

Taylor era capaz de predicar en diversas variedades del idioma chino. Además, como conocedor del dialecto de Ningbó, tradujo el Nuevo Testamento a esa lengua.

Su padre, James Taylor, era químico farmacéutico y predicador laico metodista. Durante su adolescencia,Hudson se apartó de las creencias de sus padres, pero a los diecisiete años, tras leer un panfleto evangélico titulado «Poor Richard,» profesó su fe en Jesucristo y en diciembre de 1849, decidió convertirse en misionero en China. 

Taylor se procuró una copia del libro «China: Its State and Prospects» de Walter Henry Medhurst, que leyó con avidez. Simultáneamente, comenzó a estudiar chino mandarín, griego, hebreo y latín.

En 1851, se trasladó a un barrio pobre para trabajar como asistente médico del Doctor William Hardey. Allí, se preparó para una vida de fe y servicio, dedicándose a los pobres y confiando en que Dios proveería todas sus necesidades. Distribuía panfletos evangelísticos y predicaba en la calle a los pobres. Fue bautizado en 1852 por Andrew John Jukes, un reconocido maestro de una Asamblea de Hermanos en Hull.

Ese mismo año, Taylor comenzó sus estudios de medicina en el Royal London Hospital, en Whitechapel, Londres, como preparación para su ministerio en China. Taylor salió de Inglaterra el 19 de septiembre de 1853, antes de completar sus estudios de medicina, y llegó a Shanghái, China, el 1 de marzo de 1854. Su llegada coincidió con la guerra civil, lo que convirtió su primer año en una época de gran turbulencia.

A partir de 1855, Taylor predicó el Evangelio 18 veces en las proximidades de Shanghái, pero a menudo fue recibido con hostilidad, a pesar de sus competencias médicas y el material que llevaba consigo. Decidió entonces adoptar la vestimenta y el peinado típico de los nativos, lo que le ayudó a ganarse la confianza de la audiencia. Antes de este cambio, la gente lo llamaba «diablo negro» debido a su abrigo oscuro. Distribuyó miles de folletos y porciones de las Escrituras en Shanghái y sus alrededores. 

En 1857, estando en Ningbó, Taylor recibió una carta de apoyo de George Müller, lo que llevó a que tanto su colega John Jones como él dimitieran de su misión problemática. Trabajaron un tiempo como independientes y luego fundaron la «Misión de Ningbó». 

Al año siguiente, Taylor se casó con Maria Jane Dyer, hija huérfana del reverendo Samuel Dyer de la Sociedad Misionera de Londres, quien había sido un pionero misionero entre los chinos en Penang, Malasia. Taylor había conocido a Maria en Ningbó, donde ella trabajaba en una escuela para niñas dirigida por Mary Ann Aldersey, una de las primeras misioneras en China.

En 1859, nació su hija Grace, y poco después Taylor se hizo cargo del hospital de Ningbó, que anteriormente dirigía el Dr. William Parker. En una carta a su hermana Amelia, fechada el 14 de febrero de 1860, Hudson Taylor escribió:

«Si poseyera miles de libras esterlinas, serían para China. Si tuviera miles de vidas, China debería reclamarlas. ¡No! No es China, sino Cristo. ¿Acaso haremos demasiado para Él? ¿Se podrá hacer lo suficiente para un salvador como Él?«

En 1860, debido a problemas de salud, Taylor decidió regresar a Inglaterra con su familia. Embarcaron con su hija Grace y un joven llamado Wang Laijun, de la iglesia de Bridge Street de Ningbó, quien les ayudaría en la traducción de la Biblia durante su estancia en Inglaterra.

En Inglaterra, Taylor continuó con su trabajo de traducción del Nuevo Testamento al dialecto de Ningbó para la «Sociedad Bíblica Británica y Extranjera». En 1862, completó sus estudios, incluido un curso de obstetricia, y con la ayuda de su esposa María, publicó el libro China’s Spiritual Need and Claims (Las necesidades y reivindicaciones espirituales de China), el cual despertó simpatía y apoyo por China entre sus lectores, algunos de los cuales decidieron viajar a Extremo Oriente.

Taylor viajó extensamente por las islas británicas, hablando en iglesias sobre las necesidades existentes en China. En su hogar en el East End de Londres, entabló una amistad con Charles Spurgeon, quien fue un gran apoyo para Taylor. 

Su segundo hijo, Herbert, nació en Londres en 1861, seguido de Frederick en 1862, Samuel en 1864 y Jane en 1865, aunque lamentablemente Jane murió al nacer. El 25 de junio de 1865, en Brighton, Taylor se entregó plenamente a Dios para la fundación de una nueva sociedad destinada a la evangelización de los chinos del interior del país que aún no habían escuchado el Evangelio. Así nació la «Misión al Interior de China» (MIC) con la ayuda de William Thomas Berger. En menos de un año, se seleccionaron 21 misioneros.

El 26 de mayo de 1866, tras más de 5 años de trabajo en Inglaterra, Taylor y su familia zarpan nuevamente para China con su nuevo equipo misionero.

La llegada del mayor contingente de misioneros jamás enviado a China y la decisión de Taylor de vestirse como los chinos causaron un gran revuelo entre los extranjeros establecidos en Shanghái, provocando algunas críticas hacia la MIC. Mientras otros misioneros intentaban preservar su estilo de vida británico, Taylor estaba convencido de que el Evangelio sólo podría arraigarse en China si los misioneros adoptaban la vestimenta y respetaban la cultura de la gente a la que intentaban alcanzar. Para justificar su enfoque, citaba el ejemplo del apóstol Pablo: ”Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles.” (1 Corintios 9:22).

Taylor comenzó a trabajar como médico mientras predicaba, lo que le supuso un horario muy cargado. Cientos de personas acudían a él para escuchar su mensaje y recibir atención médica. Sin embargo, surgieron conflictos dentro del equipo de misioneros, lo que disminuyó su eficacia. 

«Se acostó en los escalones de piedra de un templo, poniendo su dinero debajo de su cabeza a modo de almohada».

Durante este periodo, el ministerio de Hudson Taylor impactó profundamente en Inglaterra, especialmente en varios miembros de la familia Studd, célebres por su práctica de críquet. Tres de los hermanos Studd se convirtieron al cristianismo y se involucraron profundamente en la fe. Uno de ellos, el famoso misionero Charles Studd, se embarcó hacia China con sus compañeros cristianos de la Universidad de Cambridge, conocidos como los «Siete de Cambridge».

Entre 1876 y 1877, Taylor viajó por el interior de China, fundando nuevas bases misioneras. Esto fue posible gracias a la firma de la Convención de Chefoo, un tratado entre China y Gran Bretaña firmado el 13 de septiembre de 1876, que abrió el interior del país a los extranjeros y permitió que el trabajo misionero se realizará legalmente. Para 1881, la MIC ya contaba con unos 100 misioneros.

Taylor viajó a Inglaterra en 1883 para reclutar más misioneros y hablar de las necesidades de China. Cuando regresó, trabajó con un total de 225 misioneros y 59 iglesias. En 1887, el número aumentó con la llegada de otros 102 misioneros del grupo «The Hundred Missionaries». En 1888, Taylor trajo consigo a 14 misioneros de Estados Unidos. 

Debido a problemas de salud, Taylor se estableció en Suiza en un semi-retiro junto a su esposa. Ella falleció de cáncer en 1904 y fue enterrada en el cementerio protestante de Saint-Légier-La Chiésaz. 

Taylor podría haber aceptado esta situación y quedarse en una forma cómoda en un solo lugar. Pero no fue esa la actitud que decidió tomar, sino que fundó la CIM (Misioneros al Interior de China). El nombre lo dice todo, con esta organización pretendía reclutar gente de Inglaterra para que se sumen a la misión en China. Fue así que logró aumentar el número de predicadores en cada año que pasaba. De este modo, sus oraciones fueron contestadas, al tener en 1887, 102 personas misionando. Pero no sólo en los puertos, sino en el interior del país.

La otra novedad de este pionero consistió en emplear mujeres en el campo, enviando misioneras al pueblo chino. Esto también sirvió, lógicamente, para acercar el evangelio a la población local, debido a que se podía llegar de otra forma a las mujeres chinas. 

En 1905, Taylor regresó a China por undécima y última vez, visitando Yangzhou, Zhenjiang y otras ciudades, antes de morir repentinamente en Changsha. Fue enterrado junto a su primera esposa María.

El 28 de agosto del 2013, las tumbas fueron excavadas y trasladadas a una iglesia local, donde fueron nuevamente enterradas en un jardín conmemorativo.

Recordando que en 1949 el poder comunista tomó el gobierno chino. Cualquier intento de religión se vio amenazado, aunque siguió existiendo la CIM. Puede que parezca que terminó “en la nada” la labor de Taylor. No obstante, el cristianismo crece en este país a una tasa importante. Corresponde a nosotros doblar las rodillas por los chinos e imitar su ejemplo. Quizás no hace falta ir hasta China, pero sí comenzar -por lo menos- por los más cercanos.  

Luciano Peiteado
Luciano Peiteado
Periodista, redactor y conductor de radio. Trabajo con adolescentes en Presencia de Dios. Contratado por el Cielo para llevar a Jesús a las personas.

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