¿Se puede desde un feed de Instagram lograr una transformación real y espiritual?
Arrancaba el 2020 y tenía una cuenta en Instagram, era de uso relativamente personal, compartía una que otra historia para conocidos. Siempre fui un apasionado por el evangelismo y al no poder salir a la calle por la pandemia comencé a buscar otras alternativas. Esta red social fue la primer forma de “salir” que tenía al alcance.
Noté que durante la pandemia había dos temas que eran trending topic (tema del momento, todo el mundo hablando de eso, tendencia): amor y depresión. El amor es tendencia siempre, por una cuestión de que todo el mundo busca sentirse amado y en ese constante intento de descubrimiento más de una vez sucede que te rompen el corazón.
Comencé a hablar de ambos temas. Lejos de hacer un post como “Dios es amor”, “Cristo tiene la respuesta” y otras frases que son totalmente ciertas pero que lamentablemente ya se han convertido en un cliché compartido entre cristianos y a los dos meses mi cuenta había duplicado los seguidores, mil adolescentes me leían a diario y treinta escribían pidiendo un consejo.
Comencé a hacer contenido de amores y desamores: “¿Te gusta o te gusta gustarle?”, “No te quiere pero no te quiere perder”, “Yo tan corona vos tan virus”, entre otros. Lo que resultaba es que en los comentarios gente que ni era de mi círculo comenzó a preguntar, escribir y cuestionar. En esa constante búsqueda de amor me escribían buscando una respuesta. En privado los aconsejaba llegando a la conclusión de que “Dios es amor”, “Jesús tiene la respuesta”, entre otras.
En los últimos siete meses, 3 adolescentes, promedio, por semana aceptaron a Jesús en su corazón. Comenzamos a hacer una serie de reuniones por zoom que consistían en invitar a través de Instagram a alguien que no conociera de Jesús y hasta 64 personas han aceptado a Cristo en encuentros como este.
Actualmente hay un equipo de cinco personas respondiendo, diseñando y gestionando la cuenta. Vi la necesidad de armarlo porque no quería frenar lo que Dios estaba haciendo. Una de las propuestas de la cuenta es que siempre se responden los mensajes privados. Esto generó una cercanía y apertura de parte del público impresionante. Me asombro a diario de la confianza que se generó con quienes leen y las cosas que se animan a confesar.
¿Cómo hago?
- Si quieres hacer de tu Instagram algo que impacte, mi primera recomendación es que seas tú. La gente ya está cansada de la fachada, el filtro y “caretear” la vida perfecta.
El hecho de lo genuino y real impacta por sí solo, ser uno mismo ya nos hace ser diferentes.
- Define a quiénes pretendes compartirles tu contenido, hay una premisa que cuesta mucho entender pero es totalmente necesario lograrlo. No se puede alcanzar ni agradar a todos. Por lo tanto, tocará definir a quiénes les estamos hablando y a quién pretendemos agradar. (En mi caso busco agradar a Jesús, y alcanzar a jóvenes y adolescentes entre 16 y 23 años).
- Constancia. Esto es algo que nos cuesta mucho entender a los jóvenes, pero si quieres que impacte, necesitas trayectoria.
- Contenido de calidad. No pretendo con este artículo darte un curso de diseño. Con calidad me refiero más bien a contenido que sirva, que sea útil. Si es más de lo mismo, a nadie le interesará. Utilizamos un principio que le llaman “embudo”: busco un tema general para atrapar al mayor público posible, para luego traerlo a algo particular y poder compartirle lo que realmente nos interesa compartir. A Jesús.
- Respalda tu contenido. No sirve de nada que compartamos algo que no vivimos. Si decimos que estamos para escuchar, tenemos que escuchar. Si decimos que estamos para amar, nos toca amar.
Por último, me gustaría decirte que empieces, no esperes más, no solo en Instagram. Donde sea, necesitamos streamers, tiktokers, Intagrammers, youtubers que hagan de su cuenta algo que impacte.
Nada genera más cambio que Jesús, por lo tanto, te propongo que con todos los medios posibles lo acerquemos a la gente.
Romanos 8:19 dice: “La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios” y me gustaría hacerle una adaptación a este versículo: “Todos están esperando el impacto de los hijos de Dios”.