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Hablemos de la sexualidad en la pareja

La sexualidad es una parte importante y compleja de la vida humana. Tanto hombres como mujeres la experimentan de diferentes maneras, influenciados por factores como la biología, la psicología y la cultura.

Entender estas diferencias y las variaciones individuales es clave para tener relaciones saludables y satisfactorias.

La Biblia también ofrece orientación sobre cómo manejar estas diferencias y la importancia de la comunicación abierta en las relaciones. Abordaremos las diferentes dimensiones, sabiendo que unas modifican e interfieren en las otras.

Diferencias biológicas y hormonales

En cuanto a la biología, las diferencias en la sexualidad entre hombres y mujeres están, en gran parte, influenciadas por las hormonas. Los hombres suelen tener niveles más altos de testosterona, que está asociada con el deseo sexual. Esto puede hacer que los hombres tengan un deseo más frecuente y espontáneo. Por otro lado, las mujeres tienen niveles más altos de estrógeno y progesterona, que varían a lo largo del ciclo menstrual y pueden afectar su deseo sexual de maneras diferentes. En Génesis 1:27 (NVI), se dice: «Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.» Este versículo nos recuerda que Dios creó a hombres y mujeres con diferencias complementarias.

Experiencia del deseo sexual

El deseo sexual se manifiesta de manera diferente en hombres y mujeres. Los hombres tienden a ser más visuales y pueden experimentar un deseo sexual más inmediato. En cambio, las mujeres pueden experimentar el deseo sexual de manera más gradual y responsiva, y en contextos de mayor conexión emocional. Esto puede causar malentendidos si no se aborda con una comunicación abierta y honesta. Proverbios 5:18-19 (NVI) aconseja: «Sea bendita tu fuente. ¡Goza con la esposa de tu juventud! Es una gacela amorosa, es una cervatilla encantadora. Que sus pechos te satisfagan siempre; que su amor te cautive todo el tiempo.» Este pasaje subraya la importancia del placer mutuo y la alegría en la relación sexual, que empieza en la calidad de la intimidad emocional.

Expresión de la sexualidad

La forma en que hombres y mujeres expresan su sexualidad también varía debido a influencias culturales y sociales. Los hombres suelen ser educados para ser más directos en la búsqueda de satisfacción sexual, mientras que las mujeres pueden enfrentar expectativas que la limitan. Estas normas pueden afectar cómo perciben y comunican sus deseos y necesidades. En 1 Corintios 7:3-4 (NVI) se dice: «El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, y asimismo la mujer con su esposo. La esposa ya no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el esposo tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa.» Este pasaje resalta la reciprocidad e igualdad en la relación sexual dentro del matrimonio. Es el fundamento de que para toda intimidad sexual debe haber consentimiento, y desde ese acuerdo, construir el ambiente adecuado para disfrutarse.

Variaciones individuales

Cada persona es única, y no todos los hombres y mujeres encajan en los estereotipos de género. Algunas mujeres pueden tener un deseo sexual más alto y constante que algunos hombres, y viceversa. Otros factores como las experiencias personales, y la salud física y mental también influyen en la sexualidad. Romanos 12:10 (NVI) dice: «Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.» Este versículo resalta la importancia de amar y respetar las diferencias individuales, y también se ajusta a las dinámicas de las relaciones de pareja.

Importancia de la comunicación abierta

La comunicación abierta y honesta es esencial para superar las diferencias y variaciones individuales en la sexualidad. Las parejas que hablan libremente sobre sus deseos, fantasías, límites y preocupaciones sexuales tienden a tener relaciones más satisfactorias. Efesios 4:15 (NVI) dice: «Más bien, al hablar la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.» Este versículo enfatiza la importancia de la verdad y el amor en la comunicación, esenciales para una relación saludable. Así como ser empáticos a la hora de tener conversaciones incómodas, o como cuando necesitamos pedir ayuda para resolver cuestiones sexuales que podrían estar afectando la relación e intimidad.

Estrategias para mejorar la comunicación sexual

  1. Crear un espacio seguro: Establecer un entorno donde ambos se sientan cómodos y libres de juicio. Esto puede implicar programar momentos específicos para hablar sobre sexualidad sin distracciones.
  2. Practicar la escucha activa: Escuchar sin interrumpir y reflejar lo que la otra persona ha dicho para asegurar que ambos se sientan comprendidos y valorados.
  3. Ser claro y específico: Hablar abiertamente sobre lo que se disfruta y lo que no, y ser específico para evitar malentendidos.
  4. Usar recursos externos: Libros, talleres y terapia de pareja pueden ofrecer nuevas perspectivas y técnicas para mejorar la comunicación y la comprensión mutua.

Las diferencias entre hombres y mujeres en la forma en que experimentan y expresan su sexualidad son reales y están influenciadas por múltiples factores. Sin embargo, estas diferencias no deben ser vistas como barreras insuperables. A través de la comunicación abierta y honesta, y una apreciación de las variaciones individuales, las parejas pueden construir relaciones sexuales saludables y enriquecedoras. Efesios 5:33 (NVI) nos dice: «En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.» Este versículo encapsula la esencia del respeto y el amor mutuo necesarios para una relación sexual y emocionalmente satisfactoria.

La intimidad es muy importante para fortalecer los lazos en la pareja, así como lo es la intimidad de Cristo con su iglesia para fortalecer la unidad. Valorar y entender las necesidades de cada uno no solo mejora la conexión física, sino también la emocional y espiritual, creando una unión más profunda y disfrutable, pensando que es un proyecto para toda la vida.

Judith Martinez
Judith Martinez
Psicóloga Clínica con formación en Evaluación Psicológica, Educación Sexual con Valores, trabajé con familias y liderazgos, ofreciendo orientación en la crianza desde la clínica privada, talleres en escuelas y comunidades de fe. Como psicóloga institucional trabajó en Centros Residenciales, supervisando equipos técnicos de niños bajo medidas de protección excepcional.

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