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¿Fue el emperador Domiciano realmente un gran perseguidor de cristianos?

Históricamente la iglesia siempre sufrió la persecución. De hecho, Pablo, uno de los apóstoles de Cristo, antes de encontrarse con el Cristo glorificado fue uno de aquellos perseguidores de los hermanos.

Muchos gobernantes a lo largo de la historia fueron impulsores de estas persecuciones y en esta nota conoceremos a uno de ellos.

Tito Flavio Domiciano, comúnmente conocido como Domiciano, fue emperador del Imperio romano desde el 14 de octubre de 81 hasta su muerte el 18 de septiembre de 96. Fue el último emperador de la dinastía Flavia que reinó sobre el Imperio romano desde el año 69 hasta el año 96 y abarcó los reinados de su padre, Vespasiano (6979), de su hermano mayor Tito (7981) y finalmente el suyo propio (8196).

Los registros clásicos lo describen como un tirano cruel y paranoico, ubicándolo entre los emperadores más odiados al comparar su vileza con las de Calígula o Nerón. No obstante, la mayor parte de las afirmaciones acerca de él tienen su origen en escritores que le fueron abiertamente hostiles: Tácito, Plinio el Joven y Suetonio. Dichos hombres exageraron la crueldad del monarca al efectuar adversas comparaciones con los «Cinco Buenos Emperadores» que le sucedieron. A consecuencia de todo ello, la historiografía moderna rechaza la mayor parte de la información que contienen las obras de estos escritores al considerarlos poco objetivos.

Gran parte de historiadores catalogan a Domiciano como uno de los más crueles en su persecución a los cristianos. Entre los numerosos cristianos martirizados durante esta persecución estaba Simeón, obispo de Jerusalén, que fue crucificado. Flavia, hija de un senador romano, fue asimismo desterrada al Ponto, las vastas extensiones de tierra del noreste de Asia Menor (la actual Turquía) que bordeaban el Ponto Euxino (Mar Negro).

Se dictó una ley diciendo: “Que ningún cristiano, una vez traído ante un tribunal, quede exento de castigo sin que renuncie a su religión”.

Sin embargo, tal parece que no toda información que afirma el nivel de violencia ejercida hacia los cristianos es cien por ciento fiel. En ocasiones, los escritores antiguos trataron de tergiversar su versión de la verdad. 

Brian Jones en su obra “The Emperor Domitian”, escribió que es complicado hablar acerca de la verdadera naturaleza de la personalidad de Domiciano a causa de la parcialidad de las fuentes supervivientes.

Según sugieren las partes comunes de las fuentes supervivientes, parece ser que carecía del carisma natural de su hermano y de su padre, que era propenso a sospechar de las personas, y que estaba dotado de un extraño y en ocasiones auto despreciativo sentido del humor.

La naturaleza de su carácter se vio agravada por su tendencia al aislamiento del resto del mundo. A medida que pasaban los años esta tendencia se acentuó hasta el punto que se comunicaba de manera críptica con los demás o incluso llegaba a no mantener contacto con nadie.

Podemos pensar que esto fuera consecuencia de su infancia, transcurrida lejos de sus familiares más cercanos. Es más, cuando tenía dieciocho años la mayor parte de sus familiares cercanos habían muerto en combate o de enfermedad.

Jones aborda la línea familiar de que Domiciano, que reinó entre el 81 y el 96 EC, fue un gran perseguidor de los cristianos. Este “hecho” es ahora el material estándar en muchos escritos populares sobre el libro de Apocalipsis e incluso se encuentra en algunos tomos académicos. En su discusión, Jones ensaya cuidadosamente cómo se desarrolló este “hecho”.

¿Por qué el legado de Domiciano está tan nublado en las fuentes antiguas? 

El asesinato de Domiciano en el 96 d. C. puso fin a la dinastía Flavia, y la dinastía fundada por Nerva, el próximo emperador romano , duró hasta el siglo III d. C. Debido a que Domiciano había ofendido a la élite aristocrática, el Senado ordenó la condenación de su memoria. Aunque Suetonio ( Domiciano 8.1) afirmó que Domiciano administraba justicia con cuidado y conciencia, escritores posteriores como Dio Crisóstomo (67.2.4) perpetraron su reputación dañada utilizando hechos alternativos.

Jones escribe como un historiador romano fuera de los estudios bíblicos, pero un erudito del Nuevo Testamento ha articulado de manera similar este punto de vista. Leonard Thompson plantea dudas sobre una persecución generalizada de los cristianos bajo Domiciano. Concluye que “la mayoría de los comentaristas modernos ya no aceptan una persecución de los cristianos por parte de Domiciano”.  

Pero por otro lado algunos escritores consideran el libro de Apocalipsis, él último libro del canon bíblico de género apocalíptico como una referencia a la persecución que habría realizado Domiciano, aunque Juan de Patmos nunca identificó a un emperador específico. 

Si es así, entonces el libro de Apocalipsis en la Biblia sería la única fuente antigua que apunta a tal persecución. Pasó más de dos décadas desde que dos historiadores romanos y un erudito del Apocalipsis declararon moribunda la persecución de Domiciano, aunque tales afirmaciones continúan circulando en artículos, libros y sermones. 

Esto muestra cuánto se tarda en repudiar los “hechos alternativos” que circulan desde hace más de 1.500 años en la cristiandad. Los textos literarios pueden sembrar hechos alternativos, pero la realidad arqueológica, como las inscripciones y las monedas, han ayudado a desacreditar esos supuestos “hechos”. 

Las «noticias falsas» de que Domiciano instigó una severa persecución a los cristianos y que además, afirmó sobre sí mismo ser «Maestro y Dios» provocó esta persecución debe examinarse con cuidado.

¿A qué conclusión llegamos?

A pesar de que este caso contenga inconcordancia entre los hechos y la verdad, es importante recalcar que Domiciano forma de alguna manera, parte de la historia de la iglesia y su persecución. Esto es innegable. 

Pero también cabe aclarar que la iglesia siempre sufrió la persecución y hostigamiento. Esto es un recordatorio del pasaje de 2 Corintios 12:10 en el que Pablo dice: “Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

Hasta el día de hoy los expertos continúan estudiando e investigando a aquellos persecutores de la iglesia que formaron parte de la historia del mundo. En el caso de Domiciano los resultados apuntan quizás a una exageración de su violencia, pero también podríamos sorprendernos de algunos personajes que quizás conozcamos, de lo cuales tengamos una buena mirada y los resultados de investigaciones futuras revelen que no eran tan buenos como pensábamos y que quizás formaron parte del hostigamiento y persecución a los hermanos a lo largo de la historia.

Redacción
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