Una nueva encuesta realizada por el Centro de Investigación Cultural de la Universidad Cristiana de Arizona encontró que una mayoría de personas se guía por sus valores morales tradicionales antes que por los principios bíblicos.
El Centro de Investigación Cultural de la Universidad Cristiana de Arizona, a través del Estudio de Valores de Estados Unidos, llevó adelante una encuesta que arrojó que el 71% de los adultos estadounidenses afirman apoyar los valores morales tradicionales de hoy, que incluyen integridad, justicia, amabilidad, confiabilidad, libertad de expresión, crecimiento individual. Sin embargo, menos de la mitad de los adultos que mantienen estos valores consideran que la moralidad bíblica sea un valor fundamental.
El director de la investigación, el Dr. George Barna, autor de la encuesta, comentó que “los hallazgos resaltan un cambio en el origen de la moralidad de los estadounidenses”.
Otro hallazgo surgido de la encuesta es que el 42% de los estadounidenses dice que “lo que sienten en su corazón” es su guía moral absoluta para la vida, en lugar de la Biblia. Por otro lado, un 53% “confía en sus sentimientos” y no reporta ninguna afiliación religiosa, alegando que sus emociones “son el árbitro del bien y el mal”. Un 51%, por último, refieren que sus valores fundamentales son la felicidad, la comodidad y la igualdad.
Barna además agregó que menos de la mitad de “los estadounidenses creen en Dios o que la Biblia sea la Palabra verdadera, relevante y confiable de Dios para la humanidad”. Con respecto a la encuesta, comentó que las personas “se han sentido cómodas con la idea de ser los árbitros de la moralidad”.
A su vez, advirtió que, “de la misma manera que la mayoría de los estadounidenses sostienen que no existe una verdad moral absoluta, ahora creen que no se requiere ni está disponible una guía divina para definir el bien y el mal”. Barna añade que la gente hoy «es más probable que tome sus señales morales de las leyes y políticas gubernamentales que de las enseñanzas de la Iglesia sobre los principios bíblicos».
Para ilustrar mejor esta problemática, George comentó que “los estadounidenses históricamente han dicho que cuando eligen un presidente, eligen un director ejecutivo, no, un pastor en jefe, pero esa distinción parece estar pasada de moda. Uno podría argumentar razonablemente que las ideas de la nación sobre el bien y el mal ahora tienen más probabilidades de provenir de la Casa Blanca y los pasillos del Congreso que de nuestras casas de culto”.
El investigador llegó a una pequeña conclusión: “Las leyes de la Tierra están reemplazando las leyes de Dios para determinar el bien y el mal en Estados Unidos”.