Tiempo después de que me convertí a Jesús, queriendo conocer y saber más de Él, me encontré en una situación en la que no sabía por qué muchas veces estamos mal, por qué muchas veces las cosas no nos salen como quisiéramos. 

En esa oportunidad, mientras oraba y buscaba a Dios, meditando en este asunto, encontré en la Biblia un pasaje que no lo conocía ni nadie antes me lo había explicado. Descubrí que muchas veces nos pasan estas situaciones porque le hemos dado la espalda al Señor, pero Él nos da nuevas oportunidades y nos ayuda a levantarnos. 

Por tal motivo, quiero compartir el siguiente texto que fue y es de gran inspiración y bendición para mi vida: 

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8, RVR1960).

Esto nos indica que no podemos vivir nosotros como queremos, por nuestra voluntad…

Sino que debemos vivir según lo que Dios nos enseña en su Palabra, la Biblia, para que podamos vivir quieta y reposadamente.  Recuerdo el momento que recibimos a Jesús, me acuerdo como si fuera hoy, estábamos en la ciudad de San Justo y teníamos un largo trayecto de regreso a nuestra casa en Quilmes. Mientras regresábamos con mi familia, recuerdo que yo fumaba y prendí dos o tres cigarrillos y mi esposa María me miró como diciendo: “¿ Qué te pasa Carlos ?” 

En ese momento me di cuenta de que tenía que comenzar a cambiar por propia decisión, tomé los cigarrillos, los apreté bien fuerte sobre mí mano y los tiré por la ventanilla, y dije a mi corazón “Nunca más los voy a volver a tocar”. 

Tomémonos de la mano de Jesús

Esa misma noche, cuando llegué a mi casa, tomé todas las botellas de licor, vacié todo su contenido y las tiré a la basura. No me quedé con nada de lo que eran mis amuletos del pasado, porque eran malos para mí: el licor, el cigarrillo y la televisión. En esa época pensaba que mirando la televisión olvidaba mis problemas. Apagué el televisor. Al mismo tiempo mi esposa María se estaba deshaciendo de cosas y tirándolas a la basura. 

Había pasado un día de aquella noche y nos mirábamos con mi esposa. ¿Qué nos estaba pasando? Y ahí nos dimos cuenta de que Dios había llegado a nuestra vida.

Sentíamos que las cosas viejas habían pasado, que a partir de ese momento todo iba a ser nuevo, restaurado por Jesús. 

Desde ese momento comenzamos a consagrar nuestra vida a Jesús hasta el día de hoy. Por eso quiero animarte en este tiempo: es el momento para volvernos a Dios, es el momento de arrepentirnos, es el momento de consagrarnos por completo a Él. Cristo quiere restaurarnos por completo. Si le obedecemos, su promesa para nosotros es que nos irá bien, tomados de la mano de Jesús. 

Carlos Annacondia
Padre de Carlos, María Eugenia, Ángel, José María, Rebeca, Moisés, Elías, Ruth y Natanael. Tiene 18 nietos. Comenzó su ministerio predicando en la década de '80 en las villas de emergencia del Gran Buenos Aires. Su mensaje ha sido oído por multitudes de personas de distintas razas y condiciones sociales, de los cinco Continentes. Preside el Equipo "Misión Cristiana Mensaje de Salvación", de la Unión de las Asambleas de Dios y es miembro de una Iglesia en Buenos Aires.