Cuando llegamos al Evangelio surge una profunda necesidad de querer conocer a este nuevo Dios que se nos ha revelado. Este libro es un sendero de luz que nos ayuda a descubrir quién es nuestro Salvador por medio de las Escrituras y de la oración, sin importar los años que llevemos dentro de una congregación.  

Al comenzar las primeras páginas sentirás que querrás devorarte los capítulos en cuestión de minutos, porque el autor trasmite con facilidad muchos misterios que son difíciles de entender. De hecho, no escribe desde la intelectualidad sino de la misma experiencia y eso lo logra plasmar en cada oración. En cada párrafo destila pasión por nuestro Señor.

Tendrás la sensación, tal vez, de que el predicador itinerante está parado delante de ti contándote sin filtros cómo ir más profundamente en el conocimiento de Cristo. Por eso, te aconsejo que vayas despacio y que disfrutes del libro como si se tratara de una buena comida, te aseguro, se digiere mucho mejor. Posiblemente estés frente a un libro que te lleve a orar en cada final de capítulo.

“Antes que el hombre pudiera buscar a Dios, Dios tuvo que buscar al hombre”

A.W. Tozer – En la Búsqueda de Dios.

Esta verdad da inicio al libro, y Tozer es bien intencional en poner esta frase al comienzo, porque como está escrito en Juan 6:44 “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió”. Y el escritor explica que solo podemos buscar a Dios por que Él ha puesto desde el principio un impulso dentro de nosotros que nos estimula en esa búsqueda.

Sin embargo, ese es solo el puntapié inicial a una realidad mucho más profunda. Es que luego de entender que Dios nos atrae, nosotros debemos corresponder a esa búsqueda, respondiendo de manera inmediata y ardiente. Como lo expresaba David en el Salmos 42 “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?

“Es un profundo llamado a lo profundo”

A.W Tozer – En la Búsqueda de Dios.

El autor desafía al cristiano promedio a no estancarse en lo que se le ha enseñado doctrinalmente, sino que lo exhorta a recordar que Cristo es una persona y que solo se lo puede conocer de manera relacional. No hay conocimiento sin relación y no hay relación sin permanencia.

“Dios es una persona, y en lo profundo de su poderosa naturaleza, Él piensa, anhela, disfruta, siente, ama, desea y sufre como cualquier otra persona. Para darse a conocer a nosotros, se nos presenta como una persona”, escribe A. W Tozer, y trae una realidad que pareciera ya conocida, pero le da un renuevo a nuestro entendimiento, y logra conectar al lector con el deseo de su Creador.

“Cuando la religión ha dicho su última palabra, ya no necesitamos nada excepto a Dios mismo”

A.W. Tozer – En la Búsqueda de Dios.

La eterna lucha, desde el inicio, es reemplazar a Dios con otras cosas, sean malas o buenas. El único objeto de nuestra búsqueda profunda debe ser anhelar conocerlo a Él. En ese sentido el libro nos ofrece un camino a transitar, en diez estaciones o diez capítulos.

Si estás experimentando una profunda insatisfacción de lo que conoces de Dios o tal vez estás con un deseo de saber más de Cristo, este es un buen libro para avivar la llama de la pasión. Tozer logra conectar tres elementos inseparables, el buscador, la búsqueda y el buscado.

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Título: En la búsqueda de Dios

Autor: A.W. Tozer

Año: 2018

Páginas: 157