La medida establece que las instituciones espirituales son un servicio necesario para la salud pública norteamericana.
Eric Holcomb, gobernador de Indiana, promulgó un proyecto de ley el jueves pasado, en el que decretó que las iglesias y organizaciones de ayuda espiritual y social son servicios esenciales y limita la forma en que el estado puede restringirlos durante una emergencia sanitaria.
Los patrocinadores del proyecto dicen que esta ley es necesaria para proteger a las iglesias de futuras emergencias similares o incluso peores. Este grupo sostiene que la pandemia de COVID-19 llevó a los gobiernos locales y estatales a cerrar iglesias, aunque éstas desarrollan actividades que benefician a la sociedad.
El texto del proyecto de ley dice que “las organizaciones religiosas brindan servicios esenciales que son necesarios para la salud y el bienestar del público duranta una emergencia por desastre”. También cita que “el estado y su «subdivisión política» no pueden imponer restricciones a iglesias y organizaciones religiosas que sean «más restrictivas que las limitaciones impuestas a otras empresas y organizaciones que brindan servicios esenciales al público».
La nueva ley permite específicamente que el estado ordene a una “organización religiosa que cumpla con un requisito establecido de seguridad y protocolo sanitario, respetando el aforo y la aplicación correcta de estas medidas, tal como se le exige a cualquier organización o negocio que brinde servicios esenciales”.
La ley también incluye una sección que permite a las personas demandar al estado si creen que se han violado sus derechos a la libertad religiosa.
Alliance Defending Freedom (ADF) es una organización legal que se especializa en casos de libertad religiosa, y apoyó la nueva ley con gran entusiasmo. Greg Chafuen, asesor legal de ADF, expresó que «las casas de culto y las organizaciones religiosas brindan operaciones de sostén del alma que son esenciales para nuestra sociedad y están protegidas por la Primera Enmienda».
El asesor legal también remarcó que «si bien los funcionarios públicos tienen la autoridad y la responsabilidad de proteger la salud y la seguridad públicas, la Corte Suprema ha dejado en claro que la Primera Enmienda ‘no se puede descartar y olvidar’, incluso en una pandemia. Esto significa que el Gobierno no puede cerrar las iglesias y abrir los centros comerciales, restaurantes o gimnasios, porque eso es violar la Constitución«.
Las iglesias de Indiana celebran esta victoria y esperan que se pueda extender a todos los estados del país norteamericano. Ya que en Estados Unidos rige una restricción muy severa para los templos pero no para otras actividades comerciales.