Tanto creyentes como incrédulos se han preguntado, al menos alguna vez en sus vidas, la razón por la cual estamos aquí. Las dudas existenciales no son simplemente un clima de época o corrientes de pensamiento. Fuimos hechos, de alguna forma, con una pieza faltante. Lo cierto es que, por más que intentemos ocupar ese espacio con lo que consideremos valioso en este mundo, ese hueco tiene el tamaño de la Trinidad. Ninguna otra cosa podrá llenar ese vacío. Aun así, somos insistentes en perder el tiempo intentándolo.
“Cuando entendemos el propósito eterno de Dios comenzaremos a discernir el propósito de nuestras vidas.”
La historia del origen de este libro ocurre de forma sobrenatural. ¿Quién esperaría que un día alguien golpeara la puerta de su oficina diciendo que tiene un envío de parte de Dios? David relata esta anécdota que lo llevó a un viaje sin retorno hacia las profundidades. Ese día, un desconocido llegó hasta él, trayendo una colección completa de los libros de Austin Sparks. Sus únicas palabras fueron señalando al verdadero remitente: Dios había instado a aquel desconocido a hacerlo.
Ese fue el comienzo de un camino lleno de evidencias, todas apuntando a la resolución de un enigma que desde el inicio de los tiempos ha ocupado un lugar en el corazón del hombre: «¿Para qué y por qué vivimos?»
“La intención final de Dios no era simplemente salvarte sino que nunca hubieras caído. Existe algo mucho más abismal que el mensaje de salvación que da a la iglesia.”
Solemos tener respuestas prefabricadas según la ocasión, apenas destellos de lo que es el panorama completo. David Greco hace una lista exhaustiva de las contestaciones erróneas con las que intentamos resolver nuestras dudas. Sin embargo, el fin último no puede reducirse a nada menos que la Deidad. No venimos a este mundo para evangelizar, convertirnos en maestros o plantar iglesias. Ni siquiera hemos venido para ser salvos. La única y verdadera razón de nuestra existencia está escondida en la eternidad, un misterio que solo la Comunión explica y al que solo se puede acceder mediante revelación.
“Su gloria hizo residencia permanente en nuestro espíritu.”
En el capítulo 5, titulado El buen propósito de su voluntad, el autor afirma: “Por siglos la iglesia se ha preocupado por buscar avivamientos, dones espirituales, doctrinas, teologías, justicia social, grandes eventos y conferencias que nos han distraído en nuestra razón de existir.” Estas palabras pueden servir como un diagnóstico-resumen del estado actual de las iglesias. ¿Hacia dónde dirigimos nuestra insatisfacción innata? Cualquier dirección que no sea el rostro de Dios, los brazos del Hijo y el aliento del Espíritu será una pérdida de tiempo y, sobre todo, una profunda decepción futura.
“El cuerpo de Cristo es la plenitud de aquel que lo llena todo en todos.”
¿Cuál es el punto de partida correcto para quienes deciden caminar en la verdad? David Greco no subestima al recién llegado: todos debemos recibir esta revelación para vivir un cristianismo genuino. La cura para el sinsentido, la confusión y la resignación de existir en un mundo caído es mirar hacia la eternidad.
Como nos enseñó un viejo himno que aún perdura: “Mientras haya de vivir y al instante de expirar, cuando vaya a responder en tu augusto tribunal. Sé mi escondedero fiel, Roca de la eternidad.” Dios no esconde su rostro de quienes lo buscan. Somos invitados a formar parte del misterio.
Ficha:
- Título: El misterio Revelado
- Autor: David Greco
- Editorial: Peniel
- Año: 2024
- Páginas: 140