Luego Dios hace su propia evaluación de toda la creación: Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno. El Acto 1º revela el deseo original de Dios para el mundo. Nos muestra que la vida misma es un regalo del Creador. Nos dice para qué fuimos hechos y prepara el escenario de toda la acción que sigue. 

ACTO 1: La Intención de Dios  —  Escena tercera: La humanidad

La tierra estaba comenzando a ser un excelente hogar para… ¿quién? El Creador se había inspirado con separar el día de la noche, las aguas de la tierra. Creó la vegetación y los animales. Pero el escenario estaba incompleto. 

y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo». Génesis 1:26-28

Ver al hombre, imagen de su propia imagen, fue una sensación fuerte de digerir. Pero Dios es Dios, y Él ya sabía que esa imagen lo acompañaría en toda la eternidad. Así que le dio una tarea de señorear por sobre todo lo creado. Entonces, de alguna manera, el hombre estaba tomando un lugar de preeminencia, de supremacía respecto al resto de la creación.

‘También les dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento. Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el sexto día. Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra». Y así sucedió, Génesis 1:29-31.

Al concluir ese sexto día, el Creador se dio cuenta de que el hombre estaba solo. Que necesitaba ayuda y compañía humana. Fue allí donde Dios le regaló la vida de Eva a Adán, y a Eva le dio la vida de Adán, para que juntos fueran una sola carne. 

Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada», Génesis 2:18.

Entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras este dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida. De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: «Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada». Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza, Génesis 2:21-25.

A la primera pareja de humanos les dio los placeres más hermosos y profundos que se pueden brindar un hombre y una mujer. Había felicidad, alegría, gozo, plenitud. Una mutua atención y una entrega total del uno para el otro. ¡Eran verdaderamente uno!

La semana de arreglos había terminado. El Jardín del Edén estaba concluido, junto a sus habitantes y sus administradores. Dios miró todo lo hecho y estaba satisfecho con su Creación. La obra de arte principal estaba concluida. Todos los días dialogaba con Adán y con Eva, y entre ellos había confianza y paz. Los animales estaban contentos y bien alimentados. La vegetación daba frutos hermosos y sabrosos. Flores por doquier. Colores brillantes para descubrir. Cantos de aves que registrar. Peces en el agua para pescar. Sólo una restricción había. Una sola y nada más: “del fruto del bien y del mal” no debían comer.

¡No se diga más! El séptimo día es para descansar… y vio Dios que era bueno.

Esteban Fernández
Nació en la ciudad de Lobos de la provincia de Buenos Aires. Es esposo, padre y abuelo. Lleva 36 años de casado con su amada esposa, Patricia. Tiene cinco hijos. Es un siervo que lleva el periodismo en su sangre. Tiene una licenciatura en Teología; un grado de Doctor Honorario en Literatura Sagrada, del Logos Christian College, y otro académico en Ministerio, Organizacion y Liderazgo de Faith Theological Seminary.