Celebrar su día nos da la oportunidad de reflexionar sobre el modelo bíblico para vivir en estos tiempos.

Hoy en día, la crisis climática nos hace tomar conciencia del cuidado del medio ambiente y la importancia de proteger los recursos naturales, entendiendo que son esenciales para la vida. Pero, esta  crisis que afecta directamente nuestro diario vivir, no solo representa una problemática medioambiental, sino también moral y espiritual. 

Cada 29 de agosto se celebra en el mundo el día del árbol, su rol fundamental para la supervivencia de la humanidad es innegable. El oxígeno que aportan junto con su papel en hábitat de múltiples especies animales, su sola presencia disminuye la ferocidad de los fuertes vientos y da alivio en épocas de  calores sofocantes. Nos hacen reconocer su gran importancia. Nos preguntamos, cómo aprender de ellos, por qué son valiosos en el texto bíblico al ser mencionados, por ejemplo, en el primer Salmo del rey David.  

En este mes cuando conmemoramos la Biblia, la Palabra de Dios mismo, es crucial acercarnos a ella con una mirada actual y práctica. La crisis climática, de la mano con la crisis moral en la estamos sumergidos, nos insta a buscar más del consejo Divino para traer a nuestras familias, trabajos, escuelas y vecindarios la paz, el amor y la verdad de Dios tan necesarias. 

David escribió: 

1 Bienaventurado el hombre que no anda en compañía de malvados, ni se detiene a hablar con pecadores, ni se sienta a conversar con blasfemos. 2 Que, por el contrario, se deleita en la ley del Señor, y día y noche medita en ella. 3 Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el momento da su fruto, y sus hojas no se marchitan. ¡En todo lo que hace, prospera! 4 Con los malvados no pasa lo mismo; ¡son como el tamo que se lleva el viento! 5 Por eso los malvados y pecadores no tienen arte ni parte en el juicio ni en las reuniones de los justos. 6 El Señor conoce el camino de los justos, pero la senda de los malos termina mal. Salmo 1

Antes de ser rey, David fue pastor de ovejas y músico, me atrevería a decir, un compositor poeta. Su experiencia como hombre de campo entendió la gran valía de contar con la presencia de un árbol, conocía de sus virtudes y aprovechaba sus beneficios.  

En su salmo David nos invita a seguir el ejemplo del árbol. De uno que no está en un lugar tranquilo y sin tormentas, sino aquel que se encuentra en las orillas de un fuerte río donde las tormentas lo azotan tal cual como nos ocurre a nosotros hoy en día cuando pasamos por esas pruebas que nos golpean, en medio de una sociedad con valores diluidos por la liviandad. Pero allí es que, sin escaparnos hacia la comodidad podemos asumir una actitud valerosa y firme, sin caer en los lazos seductores del mundo podemos ser como el árbol de la ilustración de este precioso salmo.  

Cual árbol estamos firmes cuando hacemos propias las convicciones de Dios en nuestro corazón. Estaremos seguros cuando no negociemos por placer a nuestra familia, que es regalo y bendición del Señor. Seremos felices cuando meditemos en la palabra y descubramos que seguir y vivir por su verdad nos trae una doble alegría, porque cuando David habla de ser “bienaventurados», esa palabra se refiere justamente a eso, a ser doblemente felices.  

Nuestra vida se sana, prospera, tiene convicción solo cuando afirmamos nuestras raíces en el agua de Dios, cuando nos alimentamos de los nutrientes de su palabra. Sigamos el modelo de esta hermosa enseñanza del salmista, seamos como el árbol. 

Día del árbol en Argentina

Desde 1901, cada 29 de agosto, nuestro país celebra el Día del Árbol. La conmemoración resalta la importancia de este recurso natural: los árboles oxigenan el aire, protegen el suelo y reducen los efectos del calentamiento global, entre otras de sus numerosas y vitales funciones.

El 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación instituyó esta fecha para celebrar el Día del Árbol, impulsada por el Dr. Estanislao Zeballos y anteriormente por el principal promotor de la actividad forestal, Domingo Faustino Sarmiento. Aunque recién se comenzó a festejar a partir de 1901.

Licenciada en Comunicación Social (UBA). Realizó un posgrado en producción de televisión y se ha capacitado en comunicación institucional. Escribió el libro devocional "Guía para extranjeros". Estudia canto lírico que, junto a las comunicaciones, es otra de sus grandes pasiones.