“Aún no eres quien se supone que deberías ser”. Así comienza este libro que sin preámbulos nos derroca de cualquier zona de conformidad y autocomplacencia en la que pudiésemos encontrarnos.
Craig Groeschel sabe de eso: lo que es quererse a uno mismo bajo las condiciones de una reputación y demás estigmas humanos, es por eso que abre su corazón en esta oportunidad trayendo un testimonio vivo que redirecciona nuestra mirada hacia la verdadera y única identidad que nos corresponde como cristianos: la identidad de la Sangre de Jesús.
“Cuando Dios te da un nuevo nombre, incluso si parece que no puedes cumplir con él, no tienes que preocuparte. […] Quizá no te sientas merecedor de ese nombre o entiendas cómo se aplica a ti. Quizá no te sientas digno. […] Por su Espíritu y a través de Su Hijo, crecerás en ello”.
Craig Groeschel en Ego en el altar
Desde los primeros capítulos se presenta una cuestión incómoda, sistemáticamente escondida por este mundo vigente, la cual señala que por mucho esfuerzo y dedicación que por nuestra parte hagamos, ninguna persona puede definirse solamente como una suma o falta de cosas, ni de logros y fracasos, ni de buenas o malas decisiones. Nada de eso refleja en profundidad la identidad de alguien, aunque a veces pretendamos conocer a través de lo llanamente perceptible. Las etiquetas, sean buenas o malas, ciertas o falsas, esclavizan y atan a un nivel de vida mediocre y volátil donde cualquier opinión puede llegar a destruirnos.
Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20 NTV.
La noción de «sacrificar» el ego en la que el autor desarrolla a través de cada página, habla de un dolor implícito consecuente, destrucción de estándares, exposición y vulnerabilidad. Puede que fuera de nuestro rol habitual no encontremos real sentido a la vida, pero nunca hemos sido hechos para cosa semejante. Fuimos creados para nada menos que la Gloria de Dios. Siendo hechura de sus propias manos, barro que encuentra forma solo a través del contacto divino, podemos estar seguros de que nadie más que Él puede convertirnos en la mejor versión que por determinación humana jamás alcanzaríamos.
“La palabra griega traducida por ‘hechura’ en Efesios 2:10 es ‘poiema’. Significa una obra hecha por Dios. Debido a que derivamos la palabra poema de esta palabra, me gusta pensar en nosotros como sus hermosos poemas. En Cristo, tu vida debería ser una declaración poética de la bondad de Dios”.
Craig Groeschel en Ego en el altar
Ya sea por ignorancia o egoísmo, lo que en realidad sucede cuando no conocemos el verdadero propósito de nuestras vidas es desperdiciarla. Ego en el altar no solo nos recuerda el invaluable precio de sangre limpiando nuestros pecados, sino que expone y desacredita cualquier autojustificación humana y concepción mediocre de la salvación que no implique una transformación total en cada área y esfera de la vida.
“Es el momento de pensar en lo que significa representar, reflejar, y reverberar con el carácter de Dios mientras vivimos como embajadores de Cristo”.
Craig Groeschel en Ego en el altar
Como John Maxwell dijo una vez, muchas veces buscamos nuestro valor fuera de los dominios de Dios y, efectivamente, lo encontramos en títulos, reputaciones y cuentas bancarias. No fuimos llamados a vivir una identidad mediocre como esa. Ese no es el pequeño precio que Jesús estuvo dispuesto a pagar. Llegó la hora de rendir por completo nuestros egos y comenzar a glorificar a Dios respondiendo a su amor de forma total, dispuestos a no encontrar otro valor en nuestras vidas que no sea Cristo mismo en ella.
TÍTULO: Ego en el altar
AUTOR: Craig Groeschel
PÁGINAS: 234
AÑO: 2013