Nuestro país se destaca por el cariño que se le tiene a los animales, y celebrarlos nos hace pensar en por qué y cuál es la importancia que les da Dios para que tomen lugar en tantos relatos bíblicos. 

Este viernes 29 se celebró en Argentina el Día Nacional del Animal. Los que tienen mascotas salieron a pasear a los parques, los vistieron con detalles especiales y les sacaron fotos para subir a las redes sociales. Otros protagonizaron marchas de concientización en contra de la explotación y por la defensa de los animales, incluso se brindó atención veterinaria gratuita en diferentes localidades. 

El abanico de acciones fue bastante amplio, pero ¿qué relevancia tienen los animales desde una perspectiva bíblica?, ¿cómo podemos relacionarnos con ellos desde una perspectiva espiritual? 

Como cristianos es primordial que ampliemos nuestra visión respecto a la creación, porque cuando el Señor diseñó a los animales fue intencional. Cada cosa creada, cada criatura, cada astro tiene un papel importante, un propósito, así como también lo tenemos nosotros. 

“Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa”, Romanos 1:20.

Cuánto nos enseña este pasaje, no existe excusa para no conocer a Dios, la misma creación nos habla de Él. Desde la teología podríamos conversar largo y tendido al respecto, lo cierto es que la creación toda, incluidos los animales, cumplen un rol protagónico en el plan de Dios para revelarse a los hombres. 

Por otro lado, como un eco de la eternidad luego de este tiempo, Apocalipsis nos revela la función de todas las criaturas creadas cuando estemos adorando al cordero, a Jesús:  

“Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!”, Apocalipsis 5:13.

Leer estos pasajes nos permite ampliar la mirada, nos da la oportunidad de valorar a los animales de manera especial. Su creación fue perfecta, somos favorecidos al tenerlos y ser rodeados por ellos. Fueron creados para bendecirnos, y en respuesta de gratitud el buen trato hacia ellos sería una manifestación espiritual. Tal como afirma el libro de Proverbios: “El justo cuida a sus animales, pero el perverso es cruel con ellos” (Proverbios 12.10).

Cuánto nos falta aprender de este tema, ser defensores de los animales o del medio ambiente no tiene que ver solo con ONG comprometidas en ello, sino con un llamado del mismo Creador cuando le habló a Adán en el huerto del Edén comisionándolo para sojuzgar la tierra y ejercer dominio sobre los animales. ¿Cómo podemos hacerlo nosotros? Quizás empezando desde casa, cuidando nuestras plantas, tratando bien a nuestras mascotas, no comprando especies silvestres o en peligro de extinción, enseñando a nuestros hijos y a nuestra comunidad a “sojuzgar” desde el lugar que nos toca. Dios nos ayude a ser buenos administradores de todo lo que pone en nuestras manos. 

Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él.  ¡A él sea la gloria por siempre! Amén. Romanos 11:36.

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Ignacio Lucas Albarracín, primer animalista de Argentina

¿Por qué se celebra en Argentina?

A diferencia del resto del mundo que celebra en octubre, Argentina lo hace cada 29 de abril. Este día se eligió en conmemoración a la vida del abogado argentino que fue pionero en la defensa de los derechos del animal, Ignacio Lucas Albarracín. Se lo conoce como el primer proteccionista animal de la nación, su compromiso fue tan destacado que impulsó la aprobación de la Ley Nacional de Protección de Animales (N° 2.786) que se promulgó el 25 de julio de 1891. Este desarrollo que encabezó Albarracín fue la base legal que incorporó la Liga Internacional de los Derechos del Animal (1977) y la ONU. Por otro lado, fundó la Sociedad Argentina Protectora de Animales (SAPA), en 1879. Allí fue el primer secretario y presidente desde 1885, en reemplazo de Sarmiento, hasta su muerte. 

Albarracín fue una figura muy interesante para la época, se lo apodó como “El loco”, porque protagonizó un sinfín de episodios extraños para su época en su denodada defensa de los animales. Por ejemplo, se ponía delante de los carruajes tirados por caballos para evitar que fueran maltratados. Organizaba campañas en contra de las corridas de toros, las riñas de gallos y el tiro a las palomas cuando éstas eran actividades socialmente aceptadas y bien vistas para la recreación de la gente. También se opuso a la existencia de los zoológicos y de los circos. De esta manera, luchó contra todas aquellas prácticas en las que los animales eran maltratados.

Una anécdota que se cuenta de este pionero fue que en 1906 unos niños tiraban sus cuadernos para sacar de sus bolsillos traseros las hondas con las que comenzaron a lanzar piedras contra una bandada de gorriones que dormían sobre las cornisas y molduras de las casas. Sorprendido por estos actos, escribió: «La educación de nuestros niños se resiente ante la falta de principios y prácticas humanitarias. Los que saben qué es la escuela, qué misión les tienen confiada los pueblos amantes de la civilización y del progreso, comprenderán cómo denuncia una verdadera anomalía la presencia de estos pequeños monstruos». Propuso la implementación de una materia en la escuela para enseñar buenos tratos hacia los animales. 

Valeria Viera
Licenciada en Comunicación Social (UBA). Realizó un posgrado en producción de televisión y se ha capacitado en comunicación institucional. Escribió el libro devocional "Guía para extranjeros". Estudia canto lírico que, junto a las comunicaciones, es otra de sus grandes pasiones.