“Defiendan la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia”. Salmos 82:3.
Del 24 de agosto al 5 de septiembre se celebraron los juegos paralímpicos en Japón, en los que Argentina participó con 57 atletas en 11 disciplinas, consiguiendo 9 medallas y 32 diplomas olímpicos. Con ocasión de esta histórica participación, nos tomamos el tiempo para reflexionar en el tema de la discapacidad y las oportunidades de integración que ofrece la iglesia.
Al final de la Segunda Guerra Mundial en un hospital de Inglaterra se fundó el Centro para lesionados medulares y amputados. El doctor Ludwig Guttmann, su fundador, estaba convencido de que la práctica deportiva favorecía a los lesionados a tener una mejor calidad de vida. El éxito de este centro llevó a crear organismos y federaciones a nivel internacional centradas en personas con discapacidad.
Los Juegos Paralímpicos tuvieron lugar por primera vez en 1960 en Roma, Italia, y participaron 400 atletas de 23 países. Desde entonces se han realizado cada cuatro años, sin interrupción, y la de Tokio 2021 fue la 16° edición.
En forma resumida, al deporte adaptado a personas con discapacidad podemos dividirlo en tres grupos: motora, sensorial y mental. En cada una de ellas se integran los atletas que tienen limitaciones similares para que puedan competir bajo condiciones de igualdad. En esta clasificación se valora el potencial físico de cada atleta y se reparten en diferentes categorías que van de T1 a T13 en función de la discapacidad.
Si la práctica es lúdica o recreativa puede servir para fomentar la integración, autonomía personal y para ayudar al desarrollo de la persona y su entorno.
Más allá de los juegos paralímpicos
Nos emocionamos al ver a un corredor ciego o a un tenista en silla de ruedas. Pero, más allá de la satisfacción de ver que estos atletas no tienen limitaciones a la hora de demostrar su valor deportivo ¿qué podemos hacer como Iglesia?
- Orar para alcanzar este sector de la población.
- Preparar los lugares para cuando lleguen las personas con discapacidad. Ejemplo: Preparar una sala multisensorial, reemplazar escaleras por rampas.
- Capacitarnos. Debemos informarnos, capacitarnos y armar equipos de trabajo para aprender a integrar a las personas con discapacidad.
Podemos formar campeones paralímpicos, pero lo más importante es que podamos prepararnos para ser una iglesia inclusiva.
El Salmos 82 es atribuido al músico Assaf, es una denuncia contra los líderes que deben atender al pueblo. Acude a “Dios que preside el consejo…” Y en el verso 3 dice una palabra que nos llama a actuar: “Defiendan la causa del pobre y el desvalido…” Te invito a sumarte para alcanzar a todos para Cristo.
El autor
Pedro Tabares es profesor de Educación Física y pastor de la iglesia bautista Tu Familia, en el partido de Tigre, Buenos Aires. Fundador del Centro del Cielo, un centro de día para jóvenes y adultos con discapacidad. Es licenciado en Teología IBBA. Es recibido como profesor de Educación Física del Instituto Nacional de Educación Física Romero Brest Cenard. Su pasión y entrenamiento es en carreras de 42 k y triatlón. Email: [email protected] Instagram Pedro Tabares