A los fines prácticos debemos asumir el tema desde muy temprana edad para enseñarles a protegerse.
¿Y quién de los dos padres debe enseñar?
Es conveniente que ambos padres lo hagan. Sin embargo, es posible que uno de los progenitores se sienta más cómodo para abordar la educación en sexualidad. La cuestión no es quién lo haga, sino que lo hagan.
¿Qué enseñar?
El contenido de la educación sexual dependerá de la edad del niño y del desarrollo que presente en particular. Sin embargo, existe un tema relevante que debe enseñarse desde temprana edad, y son las medidas de protección frente al abuso.
Como padre, usted no podrá cuidar a sus hijos todo el tiempo. Enseñarles a proteger su integridad será una valiosa herramienta frente a una situación potencial. Recuerde que el 37% de las personas ha sufrido abuso en la infancia.
¿Cuándo sospechar que hubo un abuso?
Cuando el niño o la niña tienen:
- Cambios de humor muy pronunciados.
- Pérdida del entusiasmo.
- Rechazo a la proximidad física, manifestación de temor y tendencia a mostrarse huidizo.
- Retrocesos en el comportamiento, como empezar a orinarse en la cama o a chuparse el dedo.
- Pérdida del apetito o llanto excesivo.
- Manchas o roturas en su ropa interior.
- Lenguaje soez o sexualizado.
- Juegos con muñecos que coloca en posiciones sexuales, con mucha ira.
- Negativa a usar “los regalos” que le da el abusador.
- Conductas muy “extrañas”: se lastima solo, muestra agresividad o aislamiento.
- Expresiones del abuso mediante el dibujo.
¿A qué edad se debe hacer prevención del abuso?
La mejor edad para enseñar es entre los tres y los cinco años.
¿Cómo puedo llevar adelante este objetivo?
Brindando información elemental, con unas pocas medidas básicas, para que el niño pueda recordarlas.
Es esencial usar palabras sencillas. Una forma que no requiere tanto discurso es por medio del juego: se sientan alrededor de la mesa y, mientras miran revistas infantiles, se dan a la tarea de recortar varios personajes femeninos y masculinos.
Luego marcan cuáles son las partes íntimas de esos personajes y se dan dos recomendaciones:
- Que nadie intente sacarte la ropita de esos lugares.
- No guardes el secreto de alguien que te pida eso.
No es aconsejable hablar de violación o intentar explicar qué significa. Tampoco infundir miedos. La idea debe ser ponerlo sobre aviso para que pueda defenderse, no traumarlo creando miedos y desconfianzas hacia quienes lo rodean.
Algunas expresiones que pueden emplear:
“NO”, si alguien te quiere acariciar la cola.
“NO ME HAGAS ESO”, si alguien te quiere tocar tus zonas privadas o íntimas.
CORRE, HUYE, si alguien más grande te quiere tocar con su genital.
“NO” Y GRITA, si alguien te quiere tocar entre las piernas.
Persuada a que cuente lo que le preocupa acerca de cualquier tema.
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Guiar a sus hijos en el camino de Dios es la tarea más importante de su vida ¡Anhelamos cuidar a su familia con valiosos recursos al alcance de todos!
