Producir y consumir de manera consciente en función del cuidado del medio ambiente es un desafío que apremia.

En este tipo de intercambio comercial, el productor le lleva el producto directamente al consumidor. Un comercio cercano, amigable, a la mano, que además ofrece respuestas del origen del producto. Cómo se produjo, qué recursos se utilizaron, por qué tales sabores o texturas fueron elegidas. Estas inquietudes pueden ser respondidas en la medida que nos acerquemos más al “consumo sustentable”.

Cuando hablamos de “consumo sustentable” hacemos referencia al uso de productos y servicios que tienen un mínimo impacto en el medio ambiente. Se lo conoce también como “consumo responsable” o “consumo consciente”.

Lo interesante es lograr que los consumidores comprendan que los recursos naturales no son renovables y que ahora debemos procurar que las generaciones siguientes tengan garantizadas las condiciones necesarias para vivir. Se trata de que como sociedad entendamos el contexto ambiental actual, y que nuestros hijos necesitan heredar un mundo donde poder habitar y de donde abastecerse de una manera consciente.

Una guía publicada por el Ministerio de Educación de CABA da las pautas para convertirse en un “consumidor responsable”. Tres son los aspectos fundamentales a tener en cuenta:

Consumo ético

Requiere introducir aspectos valorativos a la hora de elegir los productos de consumo, introduciendo el concepto de austeridad, para discernir entre las necesidades reales y las creadas por la publicidad que incentiva el consumo como forma de alcanzar la felicidad y el bienestar (consumismo). La mirada crítica lleva a una reducción de la cantidad de productos consumidos, que debería derivar en la disminución del volumen de basura y la contaminación.

Consumo ecológico

Implica un circuito básico de producción a partir de la reducción, la reutilización y el reciclaje. También se analizan los productos de origen orgánico poniendo el acento en la generación de una agricultura y ganadería ecológicas, la opción por la producción artesana, y todas aquellas formas de producción que no deterioren las condiciones del medio ambiente.

Consumo social o solidario

Tiene en cuenta las relaciones sociales y condiciones laborales en las que se elabora un producto o se brinda un servicio. Se podría incluir al comercio que propone acercar al productor con el consumidor final para eliminar las mediaciones que elevan los precios. Se trata de pagar lo justo por el trabajo realizado, tanto a los productores de las zonas periféricas como a los que están en nuestro ámbito local, y de potenciar alternativas sociales de producción e integración, promoviendo un desarrollo equitativo y sustentable.

Día del Mundial del Consumo Responsable

La celebración del 15 de marzo recuerda a la primera Declaración de los Derechos de los Consumidores, expresada por primera vez en la misma fecha de 1962 por el presidente de EE. UU., John F. Kennedy, y tiene el fin de hacernos reflexionar sobre los modelos de consumo a los que estamos acostumbrados, para llegar a adoptar conductas que tiendan a cuidar el ambiente desde nuestro rol de consumidores.