La Unión de las Asambleas de Dios publicó un documento en respuesta a las declaraciones de la presidente la Madre de las Plazas de Mayo.
La semana pasada se hicieron públicas las palabras de la apoderada de la organización que milita por los derechos humanos, en las que dijo que “los macristas son cómo los evangélicos, te pudren la cabeza” y sentenció “son muy peligrosos”. Estas afirmaciones se dieron en el marco de una entrevista radial, realizada para FM La Patriada, y que no tardó en repercutir en la comunidad evangélica. En respuesta a estas difamaciones públicas, la UAD difundió un comunicado de prensa en repudio a tales expresiones y explicó «el riesgo» que genera en la sociedad este tipo de discurso.
El documento declara que “la Unión de las Asambleas de Dios, con más de 2000 congregaciones y más de 3000 ministros, y miembros de ACIERA, entidad que nuclea 15000 congregaciones, repudia terminantemente expresiones de odio religioso”.
La UAD afirma en su documento que la comunidad cristiana no es un sector minúsculo de la población, y estima que son más de 8 millones de personas las que expresan la fe evangélica en Argentina. Además, añaden que se trata de un colectivo que “sirve todos los días a su comunidad, de diferentes maneras, creando con sus acciones solidarias una de las redes de contención más grande del país”.
También se asevera en el comunicado que los dichos de la titular de las Madres de Plaza de Mayo es un “discurso de incitación al odio” por que está caracterizado por la intencionalidad y la “capacidad de dañar a otros”. Y que el peligro radica en la potencialidad de “fomentar futuros actos de violencia” hacia las personas que profesan una fe evangélica.
En la comunicación oficial se le solicita a las autoridades del Estado que puedan “garantizar la libertad religiosa y acabar con todo discurso de odio”, y el consejo directivo nacional de la UAD señala que la Constitución Nacional contempla la libertad religiosa: “por tanto, hechos de discriminación religiosa, que sigan incitando a la violencia y enfrentamiento, no deben ser desestimados y deben ser castigados por todos los componentes de la sociedad”.
El documento de Unión de las Asambleas de Dios concluye asegurando que este tipo de comportamientos no lograrán que abandonen el camino en defensa de la paz y el bien del país.