Nací en un hogar donde mis papás me hablaron durante toda mi infancia de Jesús, de sus experiencias, y hasta era testigo de que los usaba para bendecir y sanar a muchas personas, pero hasta el momento, yo no lo había podido experimentar por mí mismo.
Recuerdo que una vez, cuando tenía unos 15 años, aproximadamente, me senté a charlar con papá sobre este tema y decirle que a mí no me funcionaba su Dios, que lo había buscado pero no lo había encontrado, así que le conté mi plan sobre comenzar la búsqueda del mío. Sabía que esto le rompía el corazón, pero había algo dentro de mí que necesitaba resolverlo de forma urgente.
Comencé a visitar diferentes templos y a estudiar sobre religiones similares a la nuestra. Por un tiempo sostuve esta búsqueda, hasta que un domingo, como cualquier otro, estaba yo sentado en la iglesia de mis padres (ya que por respeto no había dejado de asistir), cuando de repente sentí al Espíritu Santo abrazándome, con un amor increíble que no me había ni preguntado porque había estado haciendo eso, simplemente me amó.
Desde ese momento dije, acá encontré a mi Dios, del que tanto tiempo me habían hablado, pero no es el de alguien más, por fin tengo mi propia experiencia, ahora tengo a mi Dios.
En ese momento entendí cuando en Job 42:5 dice: “De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos”.
Guillermo Ledesma, líder del Ministerio Cultura Real
Porque por mucho tiempo había vivido escondido en la religión sin conocer su voz, como le pasó a Samuel, que había vivido con el profeta Elí y servido al Señor toda su vida, pero a Él nunca lo había escuchado ni conocido (1 Samuel 3:1-11).
Busca al Señor, Él te está esperando
Por eso te animo a que busques a Dios mientras pueda ser hallado (Isaías 55:6) y encontrarás que Él está a tu puerta golpeando hace rato para dejarse encontrar (Apocalipsis 3:20). Porque no importa tu condición, al que busca encuentra y al que golpea se le abrirá (Mateo 7:8).
El Señor valora que lo sigas, aun sin una experiencia personal, pero nunca limites a eso la vida cristiana, porque sabemos que debemos vivir por fe y no guiarnos por emociones o sentimientos. Pero también tenemos la certeza de que Él es real y que está en la búsqueda de una relación personal con cada uno.
La fe te da acceso a la vida eterna, pero la experiencia personal, te da acceso a su intimidad, te solidifica la fe, te da identidad, te da revelación de quién es Dios, y nos ayuda a vivir la plenitud de la vida cristiana.
Después de que tengas tu experiencia con dios, ninguna teoría podrá decirte lo contrario, nadie podrá darte un argumento anulando a quien se te ha revelado
Guillermo Ledesma, líder del Ministerio Cultura Real
Así que, si hasta el momento le serviste solo por fe, te animo a que corras a tu cuarto porque Dios te está esperando para darse a conocer, ahí a puerta cerrada, y de esa forma sentirás que eres su hijo y que Él es tu Dios.
Ya no hablarás del “Dios de alguien más”, de experiencias ajenas. Estarás orgulloso de contar la tuya, y motivarás a otros a buscarla también. Porque el Señor nos ama y en estos últimos tiempos quiere darse a conocer.