Las madres somos jugadoras indispensables en el desarrollo madurativo y evolutivo de nuestros hijos. Está entre nuestros roles ayudarlos, potenciarlos, estimularlos, pero hay veces que, sin darnos cuenta, podemos frenarlos.
A menudo me encuentro en el consultorio con mamás desbordadas, colapsadas por todas las responsabilidades que enfrentan, probablemente todas hemos vivido alguna vez momentos como estos.
Mientras compartíamos sobre el tema, una mamá muy sincera me dijo: “en pandemia me frustró la maternidad. Primero fue una sensación de impotencia, después apareció el desánimo y mucha angustia y cuando nada cambia o pasa, me viene mucha bronca. ¿Cómo hago con todo eso que me pasa y además intentar ser un agente de estímulo y refuerzo para mi hijo?”
Cuando la escuchaba vino a mi mente una conocida frase: “Keep Calm and Carry On”: “Mantén la calma y sigue adelante”. Curiosamente esta frase fue escrita en el contexto de la segunda guerra mundial para mantener alta la moral de la gente en medio de un entorno hostil. Muchos dicen que el Covid-19 es una guerra invisible, que “estamos en guerra”, entonces es en este momento que necesitamos mantener la calma nosotras para infundirla a nuestros hijos.
¿Cómo hacerlo? Enfocate en las prioridades del día a día y en lo que es beneficioso para vos como mujer primeramente y después para tu hijo. Sí, leíste bien, primero vos, como mujer, porque no vas a poder dar lo que no cultivas primero en vos. Si estás alegre, tu hijo va a vivenciar un hogar de alegría; si estás triste, por más felicidad que quieras trasmitir va a ser imposible proporcionarla.
“Por eso, una clave para ser un agente de cambio y de estímulo para tu hijo es comprender que no podés darle lo que no tenés”.
Celina Gatti
Estimular a nuestros hijos no significa llenarlos de tareas y actividades inalcanzables, sino, desde lo cotidiano, desde lo que se puede y lo que se tiene, darles vivencias que fomenten su crecimiento.
Esta pandemia nos ha llevado a todas a tener que reinventarnos y reorganizarnos, pero en ese proceso muchas mamás dejaron al azar de la instituciones y jardines el aprendizaje o la estimulación de sus hijos.
Estadísticamente la pandemia trajo como resultado un retroceso significativo en el lenguaje como consecuencia de la falta de socialización o la estimulación en grupos. Hoy la prevalencia de déficit en el lenguaje en niños con conductas antisociales es diez veces mayor que en la población típica.
“La situación actual es difícil para cualquier niño y más aún para aquellos a quienes le cuestan las habilidades comunicativas”.
Celina Gatti
¿Cuáles son algunos de los factores que han causado este desfasaje y en el que nosotras como mamás nos vemos envueltas en muchos casos sin saber bien qué hacer?
- Cambios abruptos de rutinas.
- La imposibilidad del compañerismo, de compartir lo social, la escuela, plaza, jardines.
- Exceso de pantallas.
¿Qué podemos hacer para que estas y otras cuestiones que nos dejó la pandemia no repercutan negativamente en nosotras como madres y en nuestros hijos?
Sostener una rutina en el hogar, respetando un orden y horario, nos ayuda en lo personal a organizarnos mejor y les da un marco de contención a los chicos para cumplir con las actividades.
Separar momentos de juego o descanso en los que podemos involucrarnos para fortalecer los vínculos, bajar tensiones, compartir con nuestros hijos tiempos especiales, para que no todo lo que se viva sea en relación a lo escolar o terapéutico.
Si nuestros hijos tienen muchas dificultades respecto al lenguaje, podemos utilizar estimuladores visuales como dibujos, fotos o agendas que expliquen qué actividades realizarán en el día y al anticiparlas creamos un ambiente de mayor tranquilidad.
Tal vez hoy te sientas desbordada, como en una tormenta, o en guerra, pero no estás sola. En este camino Jesús está a tu lado, y te dice:
Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10 NVI)
No dejes de disfrutar de la maternidad, no solo acompañando el crecimiento, sino siendo un agente de estimulación y bendición para tus hijos.