Comenzando en Hechos 6 vemos cómo el liderazgo de siervo se expresaba en la iglesia primitiva. Cuando surgió el conflicto entre los judíos y helenistas sobre el servicio de comida, los Doce entendieron sus prioridades como líderes siervos. “No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas”.
No es que ellos fueran tan importantes para servir a las mesas sino que al hacer eso serían mayordomos pobres de lo que Dios y los seguidores les habían pedido hacer. Estos hombres sirvieron mejor al liderar. Ellos lideran mejor al servir y ministrar la Palabra de Dios y orar.
El liderazgo de siervo no puede ser separado de la buena mayordomía. Los primeros “diáconos” (literalmente “siervos”) fueron seleccionados para ocuparse de la tarea de servir a las mesas. Uno de estos hombres, Esteban, tenía calificaciones excepcionalmente altas. Aún así él sirvió fielmente a las mesas como siervo. Debido a que él fue fiel en esta cosa pequeña, Dios le dio la oportunidad de servir otra vez al predicar el evangelio ante el Sanedrín, que eventualmente lo apedreó. Su descripción de trabajo cambió pero su actitud de servir no cambió.
Si no puedes servir o no servirás, entonces no estás calificado para liderar como cristiano.
Pruebas de los líderes-siervos
- ¿Tus subordinados te contratarían otra vez para que los lideraras? ¿Tu staff y voluntarios dirían: “Queremos que nos sirvas mejor al liderarnos?”
- ¿Aquellos que están bajo tuyo se sienten valorados y estimados? ¿Sus contribuciones son reconocidas y apreciadas?
- ¿Estás usando a la gente para lograr tus metas o trabajar juntos para lograr las metas de Dios?
- ¿Estás sirviendo a tus seguidores o tratando de impresionar a tus superiores o protegiendo tu posición?
- ¿Estás dispuesto a hacer lo que se necesite hacer sin considerar tu posición o plataforma?
- ¿Hay más seguidores que se están convirtiendo en siervos-líderes como resultado de tu liderazgo de siervo?
- ¿Estás desarrollando a aquellos bajo tuyo? ¿Los seguidores están alcanzando su potencial? ¿Están aprendiendo? ¿Sirviendo? ¿Creciendo? ¿Estás edificando líderes o seguidores? ¿Quién podría reemplazarte mañana?
- ¿Tú y tus seguidores logran las metas que se propusieron?
- ¿Estás compartiendo el crédito y regularmente estás diciendo: “gracias”?
Lo que el servicio hace por mí
- Vital a la madurez cristiana — Nunca soy más como Jesús que cuando estoy sirviendo. Él es el líder que sirve y el siervo que lidera. El vino a “buscar y a salvar … a servir y a dar”.
- Promueve intimidad con Jesús. “Si alguno me sirve, sígame: y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará” (Juan 12:26).
- Promueve intimidad con aquellos a los que sirvo. Mandar produce distancia.
- Es efectivo en el evangelismo. “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.”
- El servicio es una marca de humildad. Probablemente el peligro ocupacional principal del liderazgo es el orgullo.
- La confianza y el respeto de los seguidores. En momentos críticos la gente mira para ver si las decisiones están basadas en tu bienestar a expensas de su bienestar o viceversa. Cuando violamos esta confianza, nuestra credibilidad se va a pique. Ganamos la lealtad y confianza de la gente al ayudarlos a crecer. Puedes rebelarte contra los líderes pero es difícil rebelarse contra los siervos.
- Somos usados en las vidas de la gente. El líder finalmente es el que está dispuesto a desarrollar a la gente al punto en que ellos eventualmente lo sobrepasen en conocimiento, habilidad y aun posición.
- El liderazgo de siervo es vital cuando trabajamos con voluntarios y líderes. No se enseñorea sobre los voluntarios, y los líderes reales son usados para participar en la toma de decisiones.
- Siempre tendrás trabajo.
- Tenemos acceso a las mejores ideas disponibles.
- Si no hemos servido, ¿qué dirá Jesús después de las palabras: “Bien, buen… y fiel”?
El ejemplo de Jesús
El liderazgo tiene que ver con propósito y dirección. Todo lo que Jesús hizo desde su bautismo hasta la cruz estuvo cargado de propósito. Al ser un siervo-líder, su visión era clara. Como siervo-líder dijo a sus seguidores potenciales: “Sé a dónde estoy yendo, Quiero que vengan conmigo y los serviré al darles lo que necesitan en el camino”.
Como siervo-líder él entendió los dones de cada discípulo, los hizo trabajar en línea con sus dones, los hizo rendir cuentas y los ayudó en sus debilidades. Tomó tiempo para explicar una y otra vez a dónde iba. Para Jesús, el liderazgo de siervo no era un programa sino una respuesta. Sí, él lavó los pies de los discípulos una vez, en respuesta a una necesidad real, pero su deber principal no era el lavado de pies. No había ninguna tarea que fuera demasiado buena o demasiado importante para llevar a cabo.
También Jesús involucró a sus discípulos en el proceso del aprendizaje. Él los ayudó a ser más efectivos y tener mejores logros en lo que hicieron. Los discípulos que no podían echar fuera demonios en Mateo 17:14-22 lo hicieron muy bien en el libro de Los Hechos (5:12-15). Él equipó a sus discípulos para resolver problemas y tomar decisiones a la vista de la misión establecida. Él estaba libre para dejar el ministerio. La prueba real de su liderazgo fue cuán bien los discípulos se desempeñaron después de su partida. ¡Funcionó!
Este artículo es parte de una serie de artículos sobre el verdadero liderazgo de siervo. Si todavía no has leído la parte uno, puedes ver la primera parte haciendo click aquí.
Sobre el autor
Mario Bloise
Director ejecutivo de la Red Sembradores. Cofundador, director ejecutivo y profesor de la Facultad de Teología Integral de Buenos Aires.