El gobierno comunista de China ha endurecido las restricciones religiosas, prohibiendo la evangelización y el discipulado de menores de 18 años. Esta nueva normativa busca impedir que jóvenes y niños participen en iglesias, estudios bíblicos o retiros cristianos, profundizando el control estatal sobre la fe.
La Administración Nacional de Asuntos Religiosos de China publicó el 15 de septiembre un reglamento que veta la organización de retiros, capacitaciones y actividades religiosas para niños y adolescentes, incluso limitando la evangelización en línea.
Las consecuencias para quienes desafíen estas disposiciones son severas: suspensión de licencias religiosas, cierre de cuentas digitales e incluso investigaciones criminales, aumentando la presión sobre la iglesia subterránea china.
La fe que no se rinde: el testimonio de Da Wei
A pesar de la represión, líderes cristianos como Da Wei, de 40 años, continúan evangelizando y discipulando adolescentes en secreto. Convertido en su juventud tras escuchar el mensaje de Jesús en la secundaria, Da Wei fundó el ministerio “Viajantes”, dedicado a servir a menores marginados y en situación de vulnerabilidad.
Por realizar un retiro cristiano con casi cien jóvenes, Wei fue arrestado durante 17 días y multado con 990 dólares. Cada asistente también recibió una multa, aunque la iglesia local intervino para ayudar a quienes no podían pagar.
El proyecto “Viajantes” ha tenido que mudarse cuatro veces en un año para proteger a sus 50 estudiantes, la mayoría provenientes de familias pobres o expulsados del sistema escolar. Aun bajo vigilancia, el equipo continúa compartiendo el Evangelio y ofreciendo un espacio seguro, con formación bíblica, apoyo educativo y contención emocional.
“Me sentí como Elías, exhausto, sin saber dónde seguir refugiándonos, pero seguí orando”, confesó Da Wei sobre los momentos más difíciles durante los traslados forzados.
El Evangelio no se detiene
La organización Open Doors (Puertas Abiertas) conoció la situación de Wei y proveyó un lugar seguro, además de capacitación para asegurar la continuidad del discipulado cristiano. Gracias a este apoyo, varios graduados del ministerio “Viajantes” hoy sirven como misioneros dentro y fuera de China, testificando que, pese a la represión, “el Evangelio siempre encuentra un camino para avanzar y transformar vidas.”
En medio de la persecución religiosa, la iglesia china sigue demostrando que solo el poder del Evangelio puede superar cualquier barrera gubernamental, manteniendo la fe firme ante la oposición, como una luz que brilla en medio de la oscuridad.