¿Alguna vez sentiste que amás a Dios, pero estás lejos? Como si hicieras cosas para Él, pero te faltara estar con Él. A mí también me pasó. A veces el alma se desgasta por fuera… porque se está secando por dentro.
Hoy quiero hablarte de algo que lo cambia todo: la intimidad con Jesús.
Dios no quiere solo tu servicio, quiere tu corazón
Vos no fuiste creado solo para hacer cosas grandes, fuiste creado para conocerlo a Él de cerca. Desde el principio, su deseo no fue solo que le obedezcas, sino que camines con Él.
“Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes.” (Santiago 4:8)
Dios no es una meta a alcanzar, es una presencia que habita con vos. Y cuando empezás a vivir cerca, todo empieza a sanar desde adentro.
¿Cómo se ve una vida de intimidad con Jesús?
No es mística, no es complicada. Es real, sencilla, constante. Te lo digo desde lo que viví, no desde lo que leí.
Cuando vivís en intimidad con Jesús:
• No solo orás, hablás con Él.
• No solo leés la Biblia, Él te habla a través de ella.
• No solo cantás, tu corazón se rinde mientras adorás.
• No solo hacés cosas para Dios, empezás a vivir con Dios.
“Más que tus obras, Dios ama tu voz buscándolo en lo secreto.”
¿Qué me alejó a mí (y tal vez también a vos)?
• La rutina espiritual sin relación real.
• Querer correr sin antes sentarme a sus pies.
• Llenarme de ruido y olvidarme del silencio.
• Pensar que Dios se impresiona más con lo que hago que con lo que soy.
“Podés estar cerca del ministerio y lejos de Jesús.”
¿Y entonces? ¿Cómo empiezo a caminar más cerca?
No se trata de hacer más, sino de volver al primer amor. Así fue como empecé a reconectar:
- Búscalo en lo secreto. No esperes sentir algo, empezá hablando con Él como un amigo.
- Abrí la Biblia, pero no por obligación. Pedí que el Espíritu te hable mientras leés.
- Reservá momentos solo para Él. Si bloqueás tiempo para todo, ¿por qué no para Dios?
- Aprendé a estar en silencio. La intimidad no siempre tiene palabras. A veces es solo estar.
- No te castigues si fallás, volvé. La gracia no caduca, Jesús sigue esperándote.
“Jesús no quiere tu perfección, quiere tu presencia.”
Intimidad: más que un hábito, es un hogar
Hoy entiendo que la vida abundante no está en tenerlo todo claro, sino en tener a Cristo cerca. Y cuanto más cerca vivís, más descubrís quién sos, qué sentís, y hacia dónde vas.
“No fuiste creado para funcionar lejos de Dios, fuiste creado para florecer cerca de Él.”
No estás seco, solo estás siendo llamado de vuelta
Si hoy sentís que algo falta, quizás no sea actividad… quizás sea intimidad. Y si hoy decidís volver a estar cerca, aunque no sepas cómo orar o qué decir, te aseguro algo: Jesús va a estar ahí, porque Él nunca se fue.