Cuando hablamos de Jesús, a veces pensamos en la típica pintura de un hombre, de tez blanca, cabello largo, barba abundante y una cara agradable.
También solemos asociarlo con una persona “buena”,...
Puede ser que al leer el título te hayas sentido identificado y hayas pensado que iba a describirte, pero no, no es precisamente lo que quiero tratar en los siguientes párrafos.