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Brazos Abiertos: La ONG que devuelve la niñez a chicos con enfermedades

En Buenos Aires, un grupo de personas con un gran corazón y esfuerzo brindan ayuda y asistencia a niños con enfermedades y con bajos recursos económicos, para que ellos puedan disfrutar su niñez.

Se trata de Brazos abiertos, una ONG que se encarga de asistir y acompañar a familias que tienen niños con enfermedades terminales graves y poco frecuentes. Muchas de estas familias vienen del interior del país. La mayoría de esos niños tiene cáncer, si bien llegan familias que están luchando con otras enfermedades graves o familias que están a la espera de un trasplante, pero son pocas. 

“Muchas veces la pregunta es si existe el cáncer infantil y la respuesta es que sí, es más común de lo que parece y se detectan alrededor de 320 casos por día de cáncer infantil en el hospital Garrahan”, explica Gisil Viera, una de las dos directoras de Brazos Abiertos.

Gisil comenta que hay tres tipos de cáncer que son los más comunes, el primero es la leucemia que es el que todos conocemos, que es el cáncer de la sangre. El segundo es el cáncer de riñón y el tercero es el cáncer de la vista, que quizás es poco frecuente escucharlo pero que se da entre los cero y los tres años.

No son muchos los que conocen acerca de estos temas, por eso Gisil comenta “el cáncer es muy inteligente. Lo que trata de hacer siempre es ir a la base, o el punto central que es el cerebro”.

Esta ONG pone el foco en los más pequeños y trabajan con esmero con un objetivo, que los niños no pierdan la niñez. “Cuando entré en la parte más hospitalaria me di cuenta de cómo los niños literalmente pierden la niñez, o sea, a veces nos cruzamos con un nene con cáncer que tiene quizás ocho años y te habla como un adulto”,  “y muchas veces dicen comentarios como ‘¿para qué preocuparse por el regalo de Navidad si en realidad no sé si voy a llegar vivo/a?'» compartía Gisil, quien hace hincapié en que la situación de la enfermedad los atraviesa, y los lleva a caer a lo más bajo.

Brazos Abiertos entiende que la depresión es uno de los temas más importantes a tratar en el paso por las enfermedades, ya sea por la situación económica o por el diagnóstico médico. “Ver que en un año con Brazos Abiertos esa depresión se va y sus caras cambian; las madres vuelven a ser madres y los niños vuelven a sonreír, vuelven a hacer cosas de nenes y que recuperen su infancia, para nosotros es muchísimo”, comparte Gisil.

Esta organización ve mas allá del niño, también ve a la familia, y reconoce que cuando un niño tiene cáncer, toda la familia también lo sufre. Por ejemplo, cuando van chicos del interior con su mamá o con su papá, esa mamá o padre no deja de pensar en cómo va a alimentar a su hijo internado en Buenos Aires, pero también piensa en cómo alimentar a sus hijos que quedaron en su provincia. Por esta razón Brazos Abiertos asiste a la familia, no solamente al niño paciente.

“Porque entendemos que un niño enfermo repercute a toda la familia”.

Por ejemplo, este fin de semana hubo colecta y hay recursos que tuve que dividir para ayudar a toda la familia; ayudamos a una nena y su mamá que están acá y al resto de su familia en su provincia natal, entonces nosotros les damos regalos para el Día del Niño al nene enfermo pero también a sus hermanos que están en su provincia; tratamos también de alivianar la preocupación de las madres y los padres, porque hay que entender que es una familia que sufre la enfermedad, que están en pobreza y que los atraviesa el dejar la niñez.

Brazos Abiertos asiste en las necesidades básicas de un niño

Hacen cinco colectas de alimentos en un año, y se reparte lo que se junta según la necesidad de cada familia. También les asisten en su derecho a la salud “muchas veces llegan a Buenos Aires sin información y no saben qué cosas les cubre o no, entonces hay que ir a reclamar con la gobernación de cada provincia para que se aprueben sus tratamientos, o lo que sea que tengan que aprobar, defendemos al 100% la salud del niño, entonces tratamos de qué más allá de que hay una salud pública, ayudarlos a acceder a todo lo que no saben que pueden acceder”, comenta Gisil 

Si bien esta organización es liderada por sus dos directoras cristianas y el centro de las colectas se realiza en la Iglesia Cristiana Evangélica de la avenida Libertador, Brazos Abiertos se define como una ONG y no como una fundación cristiana, ya que creen que de esta forma lograron compartir el mensaje de Cristo no solo a las familias, sino también a los voluntarios que trabajan con ellos. 

En la foto se puede ver una colecta realizada en la iglesia.

“Nosotros tenemos gente de afuera que sí se compromete; una de nuestras últimas nenas que falleció se llamaba María, y en la pandemia como no podíamos llevarle la comida de otra manera, me contacté con la iglesia bautista de Paso de los Libres y Américo, el pastor de ahí, le hacía las compras y se las llevaba. En ese hacerle las compras y llevarle le presentó a Jesús a María y ella aceptó a Jesús. Y su madrina de Brazos Abiertos, que no era cristiana, aceptó a Jesús también con nosotras, entonces si la condición para estar en Brazos Abiertos hubiese sido tener que ser cristiano quizás nuestra voluntaria se habría perdido de aceptar a Jesús, y de ver otra realidad de la iglesia”, explica Gisil. 

Muchas personas que no son cristianas conocen el corazón de la iglesia evangélica cuando les abren sus puertas a Brazos Abiertos y conocen otra realidad diferente de la que creían.

“cada vez que un voluntario que no era cristiano se acerca a Jesús digo ‘Brazos Abiertos cumplió su misión’, o sea, ayuda a la familia y ayuda a que alguien más se convierta.

En medio de este trabajo de amor muchas personas conocen el amor de Jesús en el cual está basada la ONG, el dar sin esperar nada a cambio, dar a los que necesitan. “Brazos Abiertos es el lado B de la iglesia que quizás no es tan estructurado, que quizás no lleva el nombre de un ministerio dentro de la iglesia pero en medio de esto sale la evangelización, charlar con una familia sobre Jesús”, dice Gisil.

Para el Día del Niño organizaron la entrega de «regalos especiales», obsequios personalizados después de preguntar al chico qué cosas le gustan, y se intentó conseguir algo en relación a sus intereses. También contaron que en época sin pandemia se hacían eventos masivos y alquilaban inflables.

Habiendo conseguido un permiso de la municipalidad de San Isidro, ahora se preparan para organizar un evento el 4 de septiembre alrededor del hipódromo en una de las plazas, que pronto darán a conocer. 

Ser parte, involucrarse

Cualquiera que quiera colaborar con Brazos Abiertos puede ser voluntario. También tienen una cuenta bancaria en la que pueden aportar recursos para ayudar a estos niños y sus familias. “En realidad lo que más necesitamos es eso, es dinero para todas las cosas que nosotros hacemos, a veces parecen pavadas como ir a merendar, ir a tomar mate afuera del Garraham, pero para ellos es muy importante”, comparte Gisil.

También hay una cuenta que se llama “donemos es una suscripción mensual para donar en pesos $100, $200, $300 o más y se acredita automáticamente. También está la posibilidad ofrecer ayuda con su profesión, ya que muchos profesionales al día de hoy se encargan de hacer tareas como terapia psicológica con los padres, con los niños, abogados que contribuyen con ayuda en lo legal, y hasta choferes de Cabify que donan viajes. 

Niño recibiendo un regalo en un evento antes de la pandemia.

Hasta el momento pasaron 43 familias por Brazos Abiertos, muchas que han tenido finales muy felices y otras que tuvieron finales malos. Y brazos abiertos se involucró tanto, que el acompañamiento es hasta el final, incluso a la despedida del niño que parte a la compañía del señor. “Con todo el dolor del alma, pero entendimos que somos la familia, entonces la familia significa eso también, implica haberlo acompañado en el proceso de enfermedad, darle una buena calidad de vida en el tiempo que esté, sea ahora o sea en el futuro”, finaliza Gisil.

Esta ONG Sigue abriendo sus brazos para abrazar a cualquier familia que lo necesite, y con ellos van a encontrar una familia, un acompañamiento y lo más importante, el amor de Dios.

Rodrigo Acosta
Rodrigo Acosta
Escritor, redactor, músico, productor y compositor argentino. Forma parte de la banda Fila 9 desde el año 2016 como bajista y segunda voz.

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