A pesar de que los juegos olímpicos del 2020 iniciaron con un año de atraso, millones de personas están expectantes siguiendo el evento más grande del mundo en televisión e Internet.
En La Corriente ya hemos comentado que hemos sido testigos de manifestaciones de fe cristiana por parte de algunos de estos atletas olímpicos, que están seguros de que su fuerza y sus logros provienen de Dios. En este caso, 5 atletas que dan testimonio de su fe dejan el nombre Jesús parado en lo alto tras sus victorias y derrotas.
Uno es el caso de Sydney McLaughlin, la corredora estadounidense de 21 años que se encuentra ya en sus segundas olimpiadas y es la favorita en la lucha por la medalla de oro. Sydney rompió el récord mundial de 400 metros con vallas durante la prueba de pista y campo de Estados Unidos en junio, y así se convirtió en la primera mujer en realizar la prueba en menos de 52 segundos.
“Creo que la mayor diferencia este año es mi fe, confiar en Dios y confiar en este proceso, y saber que Él tiene el control de todo mientras trabaje duro”.
Sydney McLaughlin
El Estadounidense Kyle Snyder ganó el oro en el combate de lucha de 97 kg en los Juegos Olímpicos de Río en 2016, y se convirtió en el medallista de oro en lucha olímpica más joven de los Estados Unidos. Hoy, con 25 años, es uno de los favoritos para mantener el título en Tokio. Probablemente tendrá que enfrentarse al ruso Abdulrashid Sadulaev, cosa que no será fácil ya que Sadulaev ganó el oro en los Juegos Olímpicos de 2016, en la categoría de 86 kg, antes de subir de peso.
Kyle ya habia sufrido una derrota contra el peleador Ruso, cuando ocurrió esto un periodista la preguntó a Kyle: “Los campeones no suelen definirse por victorias, sino por derrotas. ¿Cómo te definirá esta pérdida?”. Y Kyle respondió:
“Ganar o perder no me define. Quiero decir, me encanta pelear; es una gran parte de mi vida; pero no me define el deporte. Me define mi fe en Jesús”.
Kyle Snyder
La colombiana Melissa González tiene el récord nacional femenino en los 400 metros con vallas y competirá por primera vez en los Juegos Olímpicos. Ella tiende a posicionarse como una seguidora de Cristo donde quiera que vaya.
En una entrevista ella expresó “puede ser más fácil y mucho más cómodo estar de acuerdo con lo que están haciendo mis compañeros, pero no es lo que estamos llamados a hacer como seguidores de Cristo. No se nos prometió una vida cómoda. De hecho, si elegimos seguir a Cristo, se nos promete oposición y persecución”.
«No estoy dispuesta a comprometer mis creencias».
Melissa González
Otro deportista olímpico cristiano es Michel Andrew, se convirtió en atleta profesional a los 14 años y es el nadador profesional más joven de los EE. UU. en lograr la hazaña. Hoy, a la edad de 22 años, debutará en los Juegos Olímpicos en los 200 m medley individual y 50 m estilo libre.
Después de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio, Michel habló de Jesús abiertamente diciendo: “Este resultado de hoy es increíble, pero es perecedero. Y creo que puedo soportar los bloqueos hoy y mañana y el resto de mi vida con mucha libertad, sabiendo que eso no aumenta mi valor para mis amigos, mi familia y, en última instancia, para Jesucristo”.
Micah Christenson también participa de los Juegos. Él nació y se crió en Honolulu, la capital de Hawái, el segundo nombre de Micah Christenson es Makanamaikjalani, que significa «regalo del cielo». Sus padres lucharon por lograr el embarazo y con tres meses de gestación, su madre tuvo que someterse a una cirugía abdominal.
“Tenía una gran posibilidad de morir y, por lo tanto, seguir con vida y nacer fue su pequeño regalo del cielo”
Micah Christenson
“Soy un sirviente del Rey», afirma Micah, el armador del equipo masculino de voleibol de Estados Unidos. Los estadounidenses llegaron a Tokio en el cuarto lugar del ranking mundial y buscan su primer oro olímpico desde 2008.
Estos jugadores están dando sus mayores esfuerzos, entrenando sin descanso para poder alcanzar la victoria máxima, dando ejemplo de constancia, esfuerzo y dedicación. Dejando bien expuesto su testimonio de que Dios los acompaña en estos Juegos Olímpicos 2020.